La música es sinónimo de libertad, de tocar lo que quieras y como quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión, que la música sea el alimento del amor.
Kurt D. Cobain
Prologo
Estando en casa de la abuela recibí una llamada de mi padre. Después de 2 años sin una llamada de su parte esto ha sido realmente extraño.
-¿¡Hola!? – digo con rabia, enojo, pero a la vez tristeza, son tantos sentimientos que me llenan que no se cómo no le he soltado de una todo lo que siento.
-¿hola? ¿Hija? – suena una voz algo temerosa y metálica por el teléfono, puesto que el teléfono de mi abuela es algo anticuado
Trago saliva, respiro hondamente y pienso las mejores palabras para hablarle.
-¿sí?
Se escucha un suspiro del otro lado de la línea, casi puedo sentirlo enfrente de mí, como cuando era una niña y suspiraba cada que debía decirme algo que me irritaría
-es bueno escuchar tu voz nuevamente
Me reprimo de escupirle mis sentimientos pues dentro de mi pienso en ¿cómo puede ser tan hipócrita?
-Pienso lo mismo. Y bien ¿para qué llamaste?- tenso la mandíbula, se que pronto empezare a decir tantas cosas de las cuales me arrepentiré.
-yoo….
-¡¿tú qué?! Vienes a echarme en cara nuevamente lo de mamá - espeto - porque si es así, pierdes el tiempo
- ¡por supuesto que no! –grita
- entonces, ¿para qué llamas? – digo cortante
- yo… - se aclara la garganta y añade – solo quería decirte que iré a casa de tu abuela dentro de 2 semanas
-¿Qué? – esa noticia me ha dejado estupefacta, ¡el no puede venir! no después de todo lo que ha pasado, ¿es que acaso aun no se ha cansado de reprocharme la muerte de mi madre? – ¡no puedes venir!
- ¿Por qué no? – vuelve a serenar su tono.
- ¡porque no tienes nada que hacer en esta casa, es de mi abuela y fue de mi madre, por favor, no vengas a arruinar el ultimo buen recuerdo que aun me queda de mi madre!
- pero….
Interrumpo cualquier explicación que me quiera dar y le espeto
-¡no! ¡Entiende! ¡no quiero volver a verte en mi vida! – cuelgo la llamada y aviento el teléfono. Paso las manos por mi largo cabello y mi cara. Ahora camino por toda la habitación dando vueltas con las manos en la cintura tratando de analizar la última noticia que me ha dejado sorprendida. Tal vez sea tiempo de encararme con mi pasado, con ese pasado que me ha lastimado tanto y he tratado de olvidar. Tal vez sea tiempo de recordar a mi madre, a mi padre, a mis amigos y a Nathan, y volver a enfrentar eso que he dejado atrás.
Mi abuela aparece por la puerta del jardín, ella es la única persona en la que puedo confiar, la única persona que se que no me haría daño jamás, pero debo hacer algo para que ella no sospeche nada de la conversación con mi padre, no quiero involucrarla en esto, ya que es un asunto entre mi padre y yo.
Trago saliva y trato de poner la mejor sonrisa.
-¡hey abue!
-¿que haces hija?- pregunta mi abuela mientras entra por la puerta del jardín
-nada abue, voy a salir a pasear a la calle para distraerme un rato - respondo tratando de que mi voz no siga sonando alterada por la reciente conversación con mi padre.
-está bien, pero regresa temprano, ya ves que se pone oscuro
Asiento. Voy por mi chamarra al perchero y me la pongo junto con un gorro. Me despido de mi abuela y salgo a la calle. El aire se siente frío puesto que estamos a mediados de diciembre y en está ciudad el frío nunca falta en estas fechas. Camino por la calle sin tener un rumbo fijo durante algunas cuadras, así que decido dirigirme a la alameda, la cual es lo suficientemente grande para que mientras camine aclare mis ideas.
Llegó a la alameda y casi no hay gente, sólo unas cuantas parejas que se sientan en las bancas tomados de la mano y una pequeña familia formada por el papá, la mamá y una niña que puede tener unos 7 años. Su padre la ayuda a subirse a la bicicleta y la ayuda a no caerse de ella. Ambos parecen felices de estar juntos, lo cual me hace sentir cierta envidia por ellos y rencor hacia mi padre. Camino más rápido esperando no seguir observando esa escena y me dirijo hacia el kiosco en el centro de la alameda. Llegó al kiosco y me siento justo en el centro.
Mi mente empieza a divagar y me voy perdiendo en los recuerdos de mi infancia cuando aún éramos una familia feliz, o por lo menos cuando mi madre aún vivía. También me viene a la cabeza los momentos con Nathan, no he sabido de el en años. Me parece que ha llegado el momento de enfrentarme a mi pasado, pero antes quiero recordar como empezó todo. Quiero encontrar el momento en que la historia de nuestras vidas se desvío y ahora estamos aquí varados. Quiero encontrar el por qué. Quiero saber sí mi historia pudo haber sido distinta. Quiero recordar aquello que he tratado de evadir porque se que esto me hará fuerte algún día.