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Morfeo:

El cuento de la ninfa no me cuadraba del todo, pero tampoco me esperaba esto. Artemisa mira a Medusa con dolor y lágrimas en los ojos, jamás vi a esa mujer mostrar la más mínima vulnerabilidad. Y ahora llora en silencio mirando a mi amiga.

-Alguien viene... Alguien de arriba. -Artemisa me mira y entonces lo noto.

Admito que me distraje con esta escena tan conmovedora. No reparé en que hay algo diferente, algo chispeante en el ambiente. Separo mis labios, siento toda la gravedad arremeter contra mi cuerpo cuando caigo en la cuenta de quién es.

-Hera -pronuncio.

Artemisa se limpia las lágrimas con brusquedad y mira a su alrededor, alarmada

-Vengan conmigo.

Nos dirige al fondo de la habitación, dónde hay un arco que conecta dos columnas, similares a las que solía tener en su templo cientos de años atrás. Pasa una mano por la pared, el papel tapiz se arruga y contrae, dejando ver unos ladrillos que comienzan a separarse y hundirse hasta formar una entrada. Un pasadizo. Empujo a Vyn y a la nefilim adentro, Hades se encarga de Freya, Apolo se queda mirando a su hermana.

-No te voy a dejar -asegura-. Si te busca a ti, tal vez me busque a mí...

Ella le voltea el rostro de una bofetada. Y el drama no se acaba.

-Reacciona de una maldita vez -espeta y lo empuja al pasadizo, donde Hades lo sujeta para que no haga una estupidez.

-¿Medusa? -La voz de la nefilim capta mi atención, Med sigue dónde estaba, con la mirada fija en Artemisa.

-¡¿Qué crees que haces ahí?! -chillo corriendo hacia ella-. Vamos.

La tomo por los brazos y la obligo a caminar. Lo último que necesito es que Hera la encuentre. Artemisa cierra el pasadizo y nos sumimos en la oscuridad. Le doy una palmada a Apolo en el hombro.

-Rayito, haz lo tuyo -musito y luego tanteo en la oscuridad hasta que doy con el traje de Hades-. Ah, aquí estás. ¿Me solucionas lo de la visión? No quiero perderme esto.

-¿Hera no va a poder sentir nuestra presencia aquí? -pregunta Vyn-. ¿Qué diferencia hay?

-Estos pasillos están sellados. -La voz de Apolo se escucha rasposa, luego un orbe de luz se forma sobre nuestras cabezas, iluminando todo-. En caso de emergencia, las ninfas pueden huir por aquí sin que las detecten.

El muro se vuelve traslúcido cuando Hades le pone una mano encima. Hera está muy cerca de Artemisa y no se ve nada feliz. Trae el pelo atado en una trenza que le llega al suelo, con apliques de oro y piedras preciosas. Artemisa da un paso atrás. Nos quedamos en silencio y entonces sus voces empiezan a oírse algo amortiguadas.

-...en lo que a mí concierne, tú y tu hermano no son nadie. Podría hundirlos en el Tártaro si quisiera -escupe Hera tomando a Artemisa por el mentón-. Pero tu hermano tiene algo que yo quiero. Así que me dirás dónde está.

-No lo veo hace un tiempo -pronuncia Artemisa-. Desapareció desde lo de Eris.

-¿Crees que no sé cuándo me mienten? -escupe y ríe con incredulidad-. Dime dónde está.

Los Brazos De Morfeo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora