#1 Fiesta de Nicki 1/5

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Cuatro años después.

Mi teléfono sonó lo que me provocó un susto.

—Maldición....

Tanteó buscando el celular en mi mesa de noche, exasperando por no encontrarlo y cuando lo encuentro se cae.

—Hola... —mencionó medio dormida y despierta.

—Beth que bien que me respondes... ¿irás a la fiesta de mañana? —era Lila una chica baja y delgada con unos ojos celestes claros y pelo corto, la hermana de Tobías; si el mismo con el que me enrollo.

—Habrá fiesta ¿mañana, domingo?

—¡Si! Claro. Por eso tienes que ir.

—No creo que me dejen...

—Y desde cuando ¿importa eso?

—Tienes razón iré, nos vemos.

—Si ah te quie.... —colgué.

Me levante de la cama yendo directo al baño. Luego escogí lo primero que vi y baje a la sala.

—Bueno días Beth. —mencionó mi madre llevando su café a la boca.

—Hola... ¿y los demás? —pregunté mientras me servía algo de comer.

—Tu padre está su despacho y Wendy en la universidad. —respondió sin dejar de mirar su agenda.

—No inicia dentro de unas semanas ¿aún?

—Sí, pero ya sabes cómo es, quiere conocer todo el campus antes de vivir allí.

Mi madre adoraba a Wendy, era la hija que todo padre deseaba tener estudiosa, bondadosa y competitiva. Por años competía con ella en respecto a nuestras notas pero mediante fui creciendo encontré otras necesidades.

—Bien.

—¿Y tú? ¿Qué planes tienes para este tú último año? —esta vez me lo pregunto apartando su vista de su agenda y centrándose en mi.

—Humm... tomarme un año sabático. —le respondí con autentica satisfacción.

—Hablo enserio Beth, por lo menos ya tienes una carrera en mente ¿no? —ah... detestaba cuando se ponía así.

—Si si.... —le reste importancia— iré a casa de Lila hoy. —como que Lila era una chica dulce por fuera, pero al igual de podrida por dentro como yo, no diría que no.

—Claro. Le mandas saludos.

—Lo que digas. —con eso cogí mis llaves y me dirigí hacia mi moto para darle una vuelta antes de la fiesta.

Al montarla probé el motor y ese sonido era música para mis oídos. Me puse mi casco y arranque con dirección el estudio de James.

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Aparque mi moto y entre al local saludando a la perra en la entrada.

—Hola Perls... —le rasque las orejas, mientras ella movía su cola de un lado a otro.

—¡Beth! —gritó con los brazos abiertos James al verme llegar.

Solté a la perra y me dirigí junto a mi mejor amigo.
—¡Ey! Te veo bien. —le dije antes de abrazarlo.

—Lo se... —mencionó en medio del abrazo— ¿quieres una foto?

Tienes a tus pies Mi CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora