La oscuridad llega más temprano esta noche.
El viento invernal se despliega en la ventana, golpeando los cristales una y otra vez, amenazando, chillando y resonando su presencia tras cada instante.
Afuera el silbido de la brisa y los árboles danzan a su par, desprendiendo las hojas y sus ramas chillando y resquebrajándose de cuando en cuando.
Koutarou hace girar su muñeca, la copa se mece y el vino que porta rebalsa algunas gotas. Mas, con una cálida sonrisa, ofrece del líquido deslizando los ojos desde el desconocido hacia la botella que yace en su otra mano. El desconocido niega pronto. Él piensa que es un desperdicio pues el costo de la bebida ha sido tan alto que merece reconocimiento por su delicioso sabor. Prefiere no acotar.
Toma asiento frente aquella visita inesperada, sin embargo.
El chirrido al arrastrar la silla resuena y un joven pelinegro entrecierra los ojos mientras sus cejas se fruncen. Bokuto se disculpa volviendo a implementar un vocabulario de miradas, y deja los objetos sobre la mesa.
La sala alrededor iluminada vagamente. El foco de luz debe estar por echarse a perder, pronto.
Siente una especie de admiración, quizás muy, muy poco de miedo, por aquella presencia que se manifiesta frente a él. Luce decaído, piensa.
Bokuto toma un poco de vino antes de hablar. Tal vez el alcohol le permita hacer fluir la lengua.
— Entonces... — busca las palabras correctas, como cerciorándose de no estar equivocado. Un pequeño titubeo en su voz — Eres un demonio — dice, casi mordiéndose la lengua.
Pronto, su boca queda seca. Tiene que lamerse los labios dos o tres veces.
El pelinegro eleva una ceja inquisitiva a raíz de su dudosa afirmación. Un tono sugerente al que Koutarou prefiere no pensar. Así que mece un brazo hacia adelante. El demonio aleja el cuerpo veloz, huyendo de todo contacto. Luce reacio y ajeno a todo roce. Su espalda pegada a la silla, estático cual hielo. Oh.— ¿Puedo? — Bokuto pregunta directamente mientras crea una plana sonrisa en un vago intento de transmitir confianza. En realidad jamás podría hacerle daño alguno. En cambio siente su lado curioso recorrer dentro de de su cuerpo en cada vena, desde aquí hasta allá y paseando hasta rebalsar como cosquillas que pronto, pronto, explotarán.
La mano aún alzada y los ojos amarillentos fijos en el par de cuernos, aquellos que se extienden sobre la cabellera del pelinegro como los dos focos de atención más importantes. Y lo son.
La luz comienza a titilar y, luego de un instante, el demonio asiente pero todavía con un leve aura de desconfianza que Bokuto nota claramente. Su brazo se mueve por si solo, como un imán, pero aún así temblando a su pasar. De manera que se desenvuelve con cuidado, subiendo y bajando los dedos sobre la textura firme y oscura de la cual están compuestos esos cuernos. Tan extraños.
Él no puede ocultar la admiración, ni aunque se lo pidiesen u obligasen. Piensa que son hermosos, y raros, e increíbles. Un contacto amargo a sus dedos pero agradable a su razón.
Más tarde Bokuto baja la mano hasta la coronilla, lentamente. El deseo lo acapara, él se deja llevar. El cabello toca la punta de sus dedos. Y acaricia, mueve su pulgar sobre la suave tez del demonio. Inesperadamente, el demonio afianza el contacto moviéndose hacia su mano, como buscando contacto, como... disfrutando. Los ojos cerrados y una paz inexplicable que se adueña del ambiente. Es completamente diferente al demonio de hace instantes.
— ¿Podré quedarme un tiempo? — Él escucha la petición, cauteloso. Mas, cuando su voz interna intenta discutir el asunto, su boca ha soltado las palabras:
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Demonio misterioso. - {Bokuaka} / Oneshot AU.
FanfictionEl invierno frío, su temperatura caliente. Akaashi es un demonio misterioso. Bokuto descubrirá el porqué. × Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, sino a Haruichi furudate. (Haikyuu!!)