Recuerdos de un amor pasado (ponny)

Cap 19

-Y ahora donde la vamos a encontrar?- su voz estaba rota de tanto llorar

-No lo sé Neni, pero te juro que la vamos a encontrar, no importa cuánto tardemos pero ella va a estar con nosotros otra vez-

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Desperté en un cama gigante, muy desorientada por la anestesia que me habían puesto en la madrugada en el hospital por el fuerte dolor que me habia dado. Abrí los ojos poco a poco, desconozco el lugar por completo, me incorpore con cuidado, ya que el dolor todavía estaba ahí. Me pare de la cama y fui a una puerta la abrí y era un enorme baño.

-Marychelo, Poncho?- dije con la voz débil

-Por fin despiertas mi amor-

Sólo de escuchar esa voz me paralice por completo. Voltee inmediatamente y lo vi ahí parado en la puerta.

-Donde esta mi hermana y poncho?-

-No se, pero ahora estas conmigo y eso es lo que importa, y sabes que? -me tomo por el cuello pegando me a la pared fría- esto -puso su mano en la cabeza- que me hizo tu hermanita, tu me lo bas a pagar.

-Déjame por favor- suplique poniendo mis manos sobre las de el

Me aventó a la cama, y rápidamente me fui al centro recargandome en la gran cabecera abrazando mis piernas

-Por favor ya no me pegues- lloré

- no ya no te voy a pegar siempre y cuando tu seas obediente, si no sí tendré que castigarte, entendido?

Solo asentí, sin dejar de llorar

-Te acostaste con tu amante verdad?-

Dijo mientras se sentaba a mi lado en la cama

-No-

-Por qué me mientes Anahí- dijo frustrado

-Te juro que no te estoy mintiendo-

-Y por que debería creerte?-

-No se- dije en voz baja

-Exactamente, no le puedo creer a una zo*rra-

Paso su mano por mi mejilla, y por instinto me aleje un poco

-Hey, tranquila parece que me tienes miedo- dijo riendo irónico.

-Tengo ganas de estar con mi mujer- dijo mientras acariciaba mi pelo

-No por favor no, Manuel me siento mal-

-y yo pregunté si te sientes mal? Dije que quiero estar contigo, y quedamos que te hibas a portar bien, si no quieres golpes-

Se acomodo encima de mi, y poco a poco empezó a quitarme la ropa, dejando besos por cada centímetro de mi cuerpo, decidí no poner resistencia, ya no podía soportar más golpes, así que deje que hiciera lo que quisiera conmigo, durante todo el acto las lágrimas no dejaron de caer, por la humillación que sentía, por la rabia, y por el dolor que con cada moviento se hacía más agudo.