Dorchadas Álainn ||H.S|| a.u (Wattys 2019)

II - Él es guapo.

~Desde la forma de cómo hablas. Hasta la manera en cómo te mueves. Todo el mundo aquí está observándote.~ When we were young- Adele.

El ruido de mis tacones golpeando el mármol hizo que mi asistente levantara la cabeza. Leigh acomodó sus rulos al notar que comenzaban a escapar de ese moño desarmado. Ella me brindó una pequeña sonrisa y caminó a mi lado.

-Hoy tienes las entrevistas con los fotógrafos.- Leigh leyó mi agenda. -A las nueve, la reunión con el representante de las modelos. Y también está la sesión de fotos para el especial de novias. El resto está libre.-

-Okey, apenas lleguen los fotógrafos, los haces pasar. No iré a la reunión de la agencia de modelos,que se reúna Mark con ellos, quiero ir a ver la sesión de fotos. No quiero dejar esa producción en manos del estúpido de Bill, sus fotos nunca se compararán a las de Lisa por eso pedí un nuevo fotógrafo. Avísale a Tyler que sí hoy logro encontrar al fotógrafo perfecto, empezará hoy mismo con las novias. Se me terminó la paciencia con Bill.- Entré a mi oficina y prendí mi laptop.

Leigh terminó de escribir y asintió con la cabeza, luego se retiró de mi oficina. Me concentré en los gráficos de las ventas de este mes y en cada papel que tenía que firmar o examinar. Sin darme cuenta ya había pasado una hora y media y los fotógrafos empezaron a llegar.

Leigh hizo pasar al primero, Sammy Grey. Un chico recién graduado de solo 21 años, nervioso y alterado por la cantidad de café que había tomado. En su carpeta habían fotografías de buena calidad pero sin emoción y eso no era lo que yo buscaba. Luego pasó la segunda, Amy Spencer de 39 años. Ella había trabajado para un diario en Australia pero la habían echado por una causa misteriosa y eso no me convencía. Además de que sus fotos eran muy saturadas. Entró la tercera, Emma Roth de 34. Sus fotos eran impresionantes pero su actitud tan falsa y desentendida la dejó sin el puesto. Entró un cuarto hombre de cabello canoso, Dylan Cullen de 50 años. Sus fotos eran desprolijas, como si estuviese cansado de trabajar. Esas imágenes reflejaban la personalidad de Dylan, un hombre cansado, sin las energías suficientes. No era adecuado para ese puesto. Sólo quedaba un último fotógrafo. Necesitaba un fotógrafo urgente solo esperaba que este fuera un poco más decente. Harry Styles, 23 años, había egresado hacía solo dos años. Me sorprendí al ver que todas sus fotos eran en blanco y negro pero, a pesar de eso, tenían pasión, emoción y profundidad. En su currículum se describía como responsable, carismático, buen compañero y profesional. También decía que había trabajado en una pequeña revista de interés general en Francia pero había renunciado.

-¿Cuál fue el motivo de la renuncia en Francia?- Le pregunté perdiéndome en esos grandes ojos verdes.

-Me cansé de los croissants.- Bromeó y levanté una ceja en señal de desacuerdo. Si Leigh estuviese presente se hubiese reído histéricamente. Él aclaró la voz. -Perdón, tuve problemas de pareja y el trabajo no ayudaba, tenía un salario bajo.-

-Bueno...- Revisé una vez más sus fotografías buscando concentrarme en algo que no sea su rostro. Una linda cara, eso era indiscutible pero lo que más me desconcertaba eran sus ojos esmeraldas.- Tienes buenas imágenes aquí y dices ser responsable y profesional... Y yo necesito un fotógrafo para esta tarde.- Lo observé de pies a cabeza. -El trabajo es tuyo.-

-No hará falta decirlo otra vez, las cosas se demuestran con acciones.- Estiró su saco sin dejar de sonreír, otro rasgo curioso y bonito.

Él se levantó de la silla y me tendió la mano para saludarme.

-Gracias.- Su mano era cálida y cubría la mía perfectamente. Transmitía buenas energías, esperaba que fuera igual en el trabajo.

-Busca a mi secretaria, ella hará el papeleo correspondiente.- Me volví a sentar y él salió de la oficina caminando lentamente. Lucía bien.

...

Las horas pasaron y yo me encontraba hablando con Mark, mi socio. Él se reuniría con Paul, el presidente de la agencia de modelos. Prefería dejarlo en sus manos, no soportaba a ese tipo. Paul era un hombre desagradable que siempre estaba buscando la manera de ligar contigo. Salí de la oficina de Mark acompañada de Leigh y nos dirigimos al ascensor para bajar al estacionamiento.

-El nuevo fotógrafo es lindo, ¿No crees?- Su rostro estaba lleno de picardía.

-No tuve tiempo de fijarme en su belleza.- Contesté indiferente.

-¿Acaso lo miraste a la cara?- Preguntó sorprendida. -¿No miraste esos ojos verdes grandes y brillantes? Y esa sonrisa enorme... Y esa voz grave tan seductora-

-Estaba más concentrada en sus fotografías, Leigh. Él es fotógrafo, no modelo.- Salimos del ascensor y nos dirigimos a mi auto.

-Pero podría serlo.- Leigh sonrió. -Tiene que serlo.-

-Leigh, ya tenemos suficientes modelos contratados y él tiene fea nariz.- Mentí, él era más lindo que muchos de los modelos que teníamos contratados.

-Ciara, tú siempre encuentras algún defecto... Pero esos ojos, esos labios, esa espalda opacan cualquier defecto.-

-Tendrá lindos ojos pero tiene cara de sapo.- Volví a mentir, tratando de convencerme de que Styles era feo.

-Quizás si lo besas se convierte en príncipe.- Bromeó Leigh.

-Eso pasa en los cuentos de hadas, esta es la realidad, si lo besas seguirá siendo feo y seguirá contando malos chistes.-

-¿Te contó un chiste a ti y lo contrataste igual?- Leigh preguntó algo sorprendida.

- Lo pasé por alto.- Levanté mis hombros. Me tenía como una bruja malvada pero me lo había ganado.

- Menos mal, así la vista mejorará. Mirar a Bill no tiene nada de agradable.- Leigh bajó del auto.

Habíamos llegado al lugar donde sería la sesión de fotos, el Leadenhall Market . Un mercado cubierto, de estilo victoriano. Las modelos, los peluqueros y maquilladores, las vestuaristas, los ambientadores y los ayudantes del fotógrafo ya se encontraban trabajando. Busqué con la mirada al nuevo fotógrafo, se encontraba probando su cámara en la esquina de un café. Había llegado a horario, eso era bueno. Tyler, mi director de arte, se acercó a Styles y yo también y los saludé a los dos. Tyler le daba indicaciones sobre el carácter y el estilo que tendría que tener esa sesión de fotos. Styles, los escuchaba atentamente y asentía con la cabeza. Yo sólo esperaba que no me defraudara, era una de las personas más jóvenes de la editorial, la única persona con esa edad era yo. Pero, todos decían que tenía un alma vieja y era demasiado madura para mi edad. Pero la madurez vino de golpe luego del accidente.

Las modelos estaban listas y la sesión empezó. Me senté al lado de Styles y observé a mi personal trabajar. Todo iba perfecto, exactamente como me gustaba.

-Preciosa, coloca tu mano sobre la mesa así se luce mejor ese vestido en ese hermoso cuerpo.- Indicó Styles con una sonrisa.

La modelo, Cindy Griffin, bajó la mirada con una sonrisa y le hizo caso al fotógrafo. Él coqueteaba con ella y ella respondía a eso. La sesión estaba por terminar y cada vez era más evidente las intenciones de la modelo. Mientras todo eso que pretendía fuera después del trabajo, eso no me importa pero no lo permitiría mientras trabajan. Luego de una hora o más, la sesión había terminado. Todos empezaban a desmontar y a guardar todo lo del set. La modelo se acercó a Styles y le dio un pequeño papelito. Luego, le guiñó el ojo y se fue. Él lo tomó y con esa sonrisa que ya era común en él lo guardó en su bolsillo. Yo seguía sentada en una de las sillas del café que había en ese mercado, mirando a todos. Luego de mirar a mi alrededor, mi vista volvió a Harry Styles. Todo lo que decía Leigh era cierto, él era muy guapo, lo pude notar apenas había entrado en mi oficina. Lo observé de pies a cabezas.  Botas color caramelo, jean negro ajustado, camisa a rayas donde colgaban unos lentes de sol, su cabello ni corto ni largo estaba despeinado. Él se encontraba de perfil, guardando sus utensilios. Su camisa no tapaba todo su brazo y se lograban ver algunos tatuajes. Un ancla, una sirena, una rosa y una cruz en su mano. Sus manos, eran grandes y se veían fuertes sosteniendo su cámara. Él giró y quedó de frente a mí. Sus manos levantaron la cámara y sacó una foto. Me había sacado una foto.