Cartas a Ella

71 1 0
                                    

Paúl Ovalles

Cartas A Ella

Capítulo 1 – El Inicio Del Caso

Soy Damián Gutiérrez, detective. Hace dos meses se me encomendó la tarea de investigar un caso en el que dos hombres habían sido encontrados muertos y enterrados en el fondo de un bosque en el campo de Monte La Plata. Los hombres recibieron balazos en torso y cabeza, posible causa de la muerte. He visitado casas en busca de información, pero no he conseguido nada útil, solo gente asustada y una curiosa casa en medio de la entrada al bosque.

Una señora me dejó pasar a su casa para formularle algunas preguntas, era una mujer muy amable.

-¿Qué es lo que tanto necesita saber? He notado que lleva días olfateando cada rincón de la zona. –Preguntó ella.

-¿No se ha enterado aún de los cadáveres encontrados en la pradera? –Respondí, pensando que era muy extraño que no supiese sobre lo acontecido, ya que, según yo, debía ser un escándalo muy grande en aquel lugar.

-¿Qué quiere que le responda sobre eso? –Contestó ella, con un tono de fatiga.

-Bueno, ando en búsqueda de información, cualquier cosa relevante que me pueda decir sería muy valioso. –Dije yo.

Ella se quedó viéndome como si me quisiera decir algo y a la vez no.

-¿Ves esa casa de ahí? –Preguntó ella, señalando la casa que anteriormente les había mencionado, aquella que está justo en la entrada al bosque.

-Sí, la verdad es que me llamó mucho la atención desde que llegué aquí. –Respondí, esperando que me dijera algo que compensara el viaje hasta aquí.

-El hombre que vivía allí es a quien debe investigar. –Dijo ella.

-¿Por qué? –Le pregunté, confundido.

- Es todo lo que puedo decir, caballero, lo demás le corresponde a usted, solo procure tener mucho cuidado. –Dijo ella, levantándose de la silla en que se encontraba sentada mientras me llevaba hasta la salida.

-¿Está ahí el hombre? Porque la verdad es que no parece vivir nadie ahí, dese que llegué no he visto señales de vida en ese lugar. –Respondí.

-Sería un trabajo muy fácil si le dijera todo, es su trabajo investigar eso, detective, y recuerde, cuídese bien. –Dijo ella mientras me cerraba la puerta en la cara.

Muy bien, ahora es turno mío de investigar lo demás, me quedé con tantas preguntas y dudas en la cabeza, cosa muy irónica, considerando que se me había dado mucha información en esa conversación, o al menos más de la que había obtenido en todo el tiempo que llevo aquí. Toqué la puerta de la casa misteriosa, pero nadie abría, yo no quería pasar la noche en aquel lugar, debía encontrar otra manera de entrar, en ese momento me di cuenta de que la mujer no mentía, o al menos no del todo. Ya la tarde caía, me dirigí al auto y volví a la ciudad, decidí seguir con la investigación luego.

Pasaron noches, días y aún no encontraba alguien que me acompañara, ya saben, dicen que dos mentes piensan mejor que una. Fui con José Núñez, un compañero mío, pero en ese momento se encontraba en la oficina del capitán, probablemente siendo regañado, luego de un rato salió y yo lo intercepté.

-¿Qué sucedió ahí dentro? –Le pregunté como si de verdad me interesara.

-Nada ¿Qué te importa de todos modos? –Me contestó, con un tono enfurecido, al parecer no le había ido muy bien con el capitán.

-Bueno, olvida eso, necesito tu ayuda. –Le dije, esperando que aceptara, algo muy poco probable, de hecho.

-No estoy de humor, ahora ¿Qué no escuchaste lo que pasó ahí dentro? –Respondió él.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 21, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cartas a EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora