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Advertencia: Esta historia tiene mención de violación y contenido suicida.
Léelo bajo tu responsabilidad
-Lunatic🌙
______________D&H______________

Sabías que nunca llegarías a ser lo que todos esperaban de ti. Demasiado tiempo habías tenido para pensar en lo miserable e idiota que eras. Siempre siendo un iluso, lastimando aún más tu roto corazón, rogando por algún día desaparecer. Hacerle un favor a la humanidad y morir. Alejarte de una vez por todas.

He estado mirando al espejo por demasiado tiempo.
He llegado a creer que mi alma está del otro lado.
Todos los pedazos... Cayendo destrozados...
Fragmentos de mi muy filosos para reunirlos... Muy pequeños para importar, pero lo suficientemente grandes para cortarme en tantos pequeños pedazos... Si trato de tocarlo. Y sangré... Sangré. Y respiré... Respiré. No más

Tus amigos te habían dejado, condenandote a vagar sólo en la oscuridad, con la Luna como única compañera. Tu mentor, aquel viejo bondadoso y preocupado por tu bienestar, se había ido. Alejándose de ti cuando ya no le serviste. Utilizandote y quebrando tu alma.

Porque Albus Dumbledore se había aprovechando de tu inocencia.

Había aprovechado de que estabas débil, vulnerable a cualquier ataque y te encerró en una vieja aula de clase. El se encargó de tus ataques de miedo, se encargó de lastimarte... Se encargó de matarte...

No pudiste más y gritaste.

Gritaste todo tu dolor y sufrimiento, con las estrellas, mudas testigos de un alma corrompida y perdida en un efímero infierno terrenal, dejándote a tu suerte.

Todos a tu alrededor eran falsos. Vástagos encargados de tratarte y moldearte a su gusto, controlando tus movimientos con hilos en diferentes direcciones, traicionado por tus seres queridos. Deseándote el peor de los destinos.

Aún recuerdas esa noche. Esa estúpida y maldita noche que tuviste que desobedecer las órdenes de tu jefa de casa y saliste a visitar a tu hermoso Dragón con rostro de ángel. Y como eres idiota, no te diste cuenta de los firmes y cautelosos pasos que te seguían entre la Oscuridad del castillo. Recuerdas cómo sentiste un golpe en tu nuca y con el, la inconsciencia. Despertaste, dolorido y confundido, amarrado a una cama matrimonial con resistentes esposas mágicas en tus muñecas. Recuerdas su estúpida sonrisa maniaca y sus manos despojandote de tus ropas, llenas de terror y tu desesperación. El olor de la orina impregnando el ambiente junto con el miedo.

Tomé aliento y trate de sacarlo de la boca del espíritu... Y otra vez, se negó a beber como un niño obstinado.
Miénteme... Convénceme... De que he estado enfermo por siempre. Y que todo esto tendrá sentido cuando me sienta mejor... Se la diferencia entre mi ser y mi reflejo.
Pero no puedo evitar la pregunta... ¿A cual de ellos amas?

Tu inocencia bajaba por tus piernas, resbalando por ese líquido blanco que obviamente no era tuyo.
Supiste lo que significaba. El... Maldito bastardo de Dumbledore se había ido en ti.

Pero en ese momento no pudiste pensar, no pudiste responder, y te preguntaste ¿en donde demonios estaba tu magia? ¿en donde estaba cuando más necesitabas protección? ¿donde estaba?

Despertaste una vez más. Un día más de agonia y miedo de que se volviera a repetir. Maldiciendote una vez más por tu idiotez. Por no pensar con claridad en ese momento... Pero, ¿quien podría en esa situación?

Víctima de un ataque nervioso, tironeaste de tu negro cabello, tan negro como un manto en un cielo nocturno, levantaste las mangas y ahí estaban.

Miles de cicatrices, transversales, horizontales y paralelas, dignas testigos de una de las miles batallas contigo, surcando con un orgullo escalofriante tu pálida y desnutrida piel. Ciñiendose con fuerza.

Tomaste una vez más esa pequeña navaja que siempre tenías contigo en estos casos. Posicionándola en tu muñeca, dispuesto una vez más a acabar con tu vida.

Pero no lo hiciste.

Otra vez.

Alejaste la navaja de tu maltratada muñeca y volviste a llorar.

¿Cuantas veces intentaste matarte? ¿Cuantas veces habías puesto la navaja en tu vena azul? Pero siempre, siempre tenías que pensar en tu rubio Slytherin. Aquella soberbia y narcisista Serpiente que se había enredado con maestría en tu indomable León y ya no se soltó. Él era tu soporte, tu vida y tu salvación. No podías dejarlo en este mundo oscuro y roto, a manos de las personas que querían hacerle daño. Él te necesitaba y tú lo necesitabas. Él era tu droga y tu la suya. Simplemente no. No podías.

Pero luego...

Ginny... Draco... Cama... Engaño.

A tu mente llegaron los fríos y duros recuerdos, golpeándote y dañándote como las más filosa daga. Tu roto corazón volviéndose a quebrar en mil pedazos.

Quedaste estático, testigo de un acto de unión carnal, más viejo que el tiempo, dejando atrás tus ilusiones, tu vida y tu futuro. Viendo como tú perfecto y frágil mundo caía a tus pies, convirtiéndolos en dolorosos recuerdos.

Una vez más.

Y corriste.

No escuchaste los gritos de un Dragón dolido, pidiéndote, rogándote por que regresaras. Pero tu no regresaste. No viste la esperanza alejarse de sus ojos. No viste como cayó al suelo lamentando su estupidez. Y tampoco viste como una maldición verde daba en el desnudo pecho de una joven pelirroja, arrebatadole la vida.

Ese fue el detonante. Tu perdición.

Con decisión, volviste a alzar la navaja, pero esta vez, si la enterraste en el tu brazo, dejando que la sangre corriera en borbotones, acabando una vez por todas tu vida. Tu sufrimiento y abismo personal.

Con las últimas fuerzas que te quedaban, escribiste algo. Una nota para Draco, un último recuerdo de tus momentos junto a él. Los últimos momentos de tu sufrimiento.

Dragón:

Me temo que ahora ya no pude resistir.

Lamento toda la carga de mi presencia cuando estabas con Weasley, créeme, sin mi, todo será más fácil.

¿Recuerdas esa vez que me encontraste llorando, al borde del colapso y te dije que no era nada? Pues la verdad es que ese día, Dumbledore hizo algo... Algo muy malo.

Lamento si alguna vez te hice desesperar y enojar, como te dije ahora todo será más fácil.

Sólo una cosa más, antes de irme, siempre te amaré Draco, no importa las veces que me lastimaste, no importan las veces que me rompiste, tu seguirás siendo el amor de mi vida.

Tu, Draco Malfoy eres un demonio con rostro de ángel. Y así pruebas, que los demonios también se enamoran.

Adio..s

H.J.P.

Y tus ojos se cerraron.

Y Esta vez para siempre.

Entonces sangré... Sangré... Y respiré... Respiré, no sangré... Sangré... Y respiré... Respiré... Respiré... No más

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Holo!
Bueh, estaba sad y como no tenía a nadie para contarle cómo me sentía, escribí esto.
La verdad traté de hacerlo como me pasó a mi. En el pasado también quería morir, pero dos personas me detuvieron.
Y si leen esto, gracias, por todo, son las mejores.
Les recomiendo que lean la historia con la canción, yo la escribí con ella. Necesito música para que fluyan las palabras.
Una cosa más, valorenlo, estuve en clase de Biología y estaba muriendo de aburrimiento y lo terminé.
Ahora si, Bye.

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⏰ Última actualización: Jul 01, 2017 ⏰

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