*Esta es una cortísima historia que escribí alguna de esas veces cuando no sabía qué más hacer*
La habitación de pronto comenzó a oscurecerse. Ella lo sabía, estaba demasiado cerca. Demasiado como para no ser perceptible. Intento mirar hacia los lados. Imposible, todo aquel rastro de objetos en la habitación había sido cubierto por la oscuridad que solo sus ojos podían ver. Comenzó a caminar, estirando los brazos para evitar chocar con algún mueble, o peor, con esa cosa que no la dejaba vivir en paz. Su respiración cambio de tranquila a agitada. Mil pulsaciones por segundos se sentían en su corazón. Había tocado algo, asustada, retiro la mano inmediatamente y segundos después, volvió a toca. Era un tocador. Un suspiro de alivio salió desde lo más profundo de su garganta. ¿Un tocador? ¿Había un tocador en esta habitación? ¿Lo había cuando ella había sido transportada hasta esta habitación? Sintiendo la desesperación y la adrenalina por dentro, ella sabía que tenía que salir lo antes posible de esa habitación. Lo antes posible. Siempre que llegaba la oscuridad ella cambiaba de lugar, y cada uno era peor que otro. Se echo a correr un poco con los brazos al frente para amortiguar el golpe si llegara a chocar. Toco hacia los lados y encontró una manija. No estaba cerrada. La abrió y salió corriendo. La luz del pasillo estaba con poca iluminación, ella ahora se encontraba en… ¿el pasillo de un hotel? Había demasiadas puertas, y solo una era la indicada. La puerta que estaba a su izquierda dio un rechinido amenazando con abrirse. Tragó saliva para evitar que su boca se secara por completo. Un rechinido mas y otro... La puerta se abrió bruscamente echando viento fuerte hacia ella, junto con un grito maligno. Ella calló al chocar con la pared. Sin pensarlo dos veces, se puso de pie y salió corriendo de nuevo. Unas cuantas miradas hacia atrás le avisaron que la oscuridad, el viento, el grito... como sea que sea, la estaba persiguiendo. Corriendo y abriendo cada puerta sin éxito, su cara estaba llena de terror, esta vez, era la última vez en su vida.
