Should've said no.

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¿Dónde mierda dejé el celular? Puedo sentirlo vibrar en algún lugar. Joder, siempre lo pierdo cuando desactivo el sonido, menuda genio que soy. 

- Vamos, no dejes de llamar -pedía mientras desordenada mi cama en busca del aparato. 

- Oye -se asomó por la puerta mi hermana- vaya caos, si no encontraste tu cerebro en 20 años, dudo que lo hagas ahora. 

- ¿Qué quieres? -Hice caso omiso de su comentario. 

- Tienes una llamada en el fijo -dijo y se fue.

Corrí hasta el pasillo y agarré el auricular del teléfono fijo. 

- Diga. 

- ¿Por qué no contestas el celular? -Zayn se fastidiaba a lo grande cuando no le contestaba- ¿dónde estás? 

- Vale ¿sabes que estás llamando a mi casa, no? -Evité reírme de él- Mira, si es por lo de la fiesta, sabes perfectamente que no me puedo salir de casa hasta pasado medianoche. 

- Si, si, pero ¿por qué te cuesta tanto fingir enfermarte y ganar unos minutos? 

- Ya, será mejor que vayas sólo, prefiero estar en la buena con mi familia y evitar discutir contigo, así que vete con los chicos -decidí al final, igual la cumpleañera ni tan amiga mía era. 

- ¿Estás segura? -sonaba dudoso-. Puedo pedirle a Louis que te pase a buscar después. 

- No, de todos modos no me anima mucho ir -le solté con un suspiro. Listo, estaba dicho. 

- ¿Por qué no me dijiste antes? No me hubiese comprometido con llevar la cerveza y me hubiese quedado contigo, amor. 

- Es tu mejor amiga, Zayn, debes estar allá y asegurarte de que la pasen genial, además mañana ya te reclamo el día completo para mi solita -respondí apoyándome en la pared cercana-. Vete ya, que se les hará tarde. Me envías un mensaje cuando estés de vuelta, quiero saber que estás bien ¿de acuerdo? 

- ¿Sabes que eres la mejor? -se notaba el entusiasmo en su voz. 

- Obvio que lo soy -bromeé- pórtate bien, envíale saludos a Jenn. Te amo. 

- y yo a ti, nos vemos mañana, buenas noches. 

- Buenas noches. 

Me quedé pegada al teléfono unos segundos más. Tenía una extraña sensación pero no pude saber a qué se debía porque otra vez apareció mi hermana con sus avisos: 

- La cena está servida, llegaron los abuelos -Johanna me entrega uno de los regalos que le teníamos que dar a mis abuelos por sus bodas de oro y fuimos juntas hasta el comedor para saludarlos. 

- Abuela, abuelo ¡felicidades! -mi hermana los abrazó y le dio el obsequio a mi abue, hice lo mismo con el nono.

Papá había preparado lasaña de verduras, la favorita de los festejados. Mamá se encargó de comprar las rosas rojas para su madre y el mejor vino de la reserva para su padre. Johanna y yo sólo teníamos que lucir adorables, como siempre. Cenamos y conversamos banalidades, nos reímos con viejos recuerdos y nos quedamos hasta que se acabó el vino, luego mis papás fueron a dejar a mis abuelos a casa y con mi hermana nos acomodamos para ver una película en mi habitación. 

- Escoge alguna mientras ordeno éste desorden -dije a lo que estiraba las sábanas y frazadas de mi cama. 

- ¿Viste Carrie? Papá dice que es buena -volteo a verla y sostiene la caja del dvd para que la vea, me encojo de hombros-. Vale. 

Termino de hacer la cama y quito la ropa tirada del piso, ordeno unas prendas y meto todo al ropero. 

- Recuérdame nunca pedirte que órdenes mi pieza -se burló Johanna. 

Should've said no.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora