-Verás, yo vengo a darte un mensaje. - sus ojos mostraban una expresión perdida, con falta de emoción, falta de vida.
-Tú también... ¿a ti también te... te contagiaron? - no estaba segura de si esa era la palabra correcta, y tampoco de si ella era de fiar, así que lo dije susurrando, solo por si acaso.
Sally se rió de forma muda mientras entornaba sus ojos rojos oscuros.
-Sí, a mí también me "contagiaron" hace algún tiempo. - no dejaba de sonreír, como si ya hubiera tenido esta conversación antes.
Había algo de ella que me incitaba a creerla, y había algo de mí que me decía que debía alejarme.
-Bueno, a lo que venía, como ya sabrás, o ya habrás descubierto, eres un vampiro. Bienvenida al clan. Necesito que vengas conmigo y con muchos más como tú. Tenemos que prepararnos para lo que está por venir. - sonreía intentando ser amable, pero solo expresaba maldad y egoísmo. Sin embargo, estaba sola, no quería volver a matar a nadie y quería estar preparada para "lo que está por venir". Pero no iba a irme con ella a la primera de cambio, más que nada porque no me daba buena espina.
-Si me voy contigo, a dónde iremos, con quién, qué haremos para comer y qué es eso que está por venir. - dije intentando parecer que estoy segura y decidida.
Volvió a mostrar su risa muda.
-Verás Lizz, todo esto te lo explicaremos cuando llegues a la escuela. Estaremos algunos meses ensayándolo todo, preparándoos para la batalla final, daréis clases de defensa, transformación, historia del aquelarre, será exactamente igual que una escuela normal, pero adaptada a seres como... como nosotros. Tranquila, no te va a faltar comida. Y lo que está por venir, os lo explicará el Jefe una vez que os hayamos reunido a todos. Ahora, por favor, ven conmigo, tus compañeros nos están esperando.
-¿Y si decido no ir?
-Tendré que matarte - rió desafiante - o te matarán los demás. - se giró y abrió la puerta. - ¿Vienes? - su tono de voz era ronco, seductor y malévolo al mismo tiempo.
Y fui detrás de ella, el plan de ir a una escuela a prepararme para una guerra no me hacía gracia, pero supongo que era mejor opción que morir.
¿Me convertirían en una sanguinaria sin escrúpulos en aquella escuela?
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Diario ensangrentado.
Fiksi RemajaQuerido diario, hoy, no he podido soportarlo. Le he mordido. Me siento viva. Más viva que nunca. Hoy, querido diario, me he convertido en una asesina, en lo que soy, en un vampiro.