Especial

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Luego de el evento del Grand Prix, Viktor decidió llevar a Yuri de compras, a hacer algo de turismo por Rusia mientras se iba haciendo de noche. Era 24 de Diciembre, a unas horas del 25, una fecha muy especial para el albino, ya que era su cumpleaños numero 28. Mientras caminaban y miraban distintas tiendas, el de ojos claros pensaba qué haría Yuri para su cumpleaños, ya que este no le dijo nada en todo el día y se dedicaba a ignorar el tema.

Yuri, ¿sabes qué día será en dentro de unas horas?- comentó finalmente

Claro, 25 de Diciembre, será Navidad.- respondió el japonés con una sonrisa nerviosa. - ¿Podemos ir a aquel puesto de ahí? Venden paletas de caramelo y algunos dulces que te gustan.- añadió cambiando de tema y dirigiéndose rápidamente hacia el puesto de caramelos tomando de la mano, casi arrastrando, al albino.

Viktor intentó evitar su expresión de pena, verdaderamente pensaba que se había olvidado de su cumpleaños, eso lo entristecía.  Pero veía emoción en los ojos del japonés, lo que más le interesaba era su felicidad, sin importar los regalos ni festejos. Lo acompañó por toda la tienda y decidieron comprar una paleta de caramelo para cada uno, la verdad, Yuri había hecho que se obsesione con esos dulces. Cuando veía al de ojos cafés, su cuerpo se llenaba de calma, como si con tan sólo mirarlo se tranquilizara y todos los problemas se esfumaran. Quería demasiado a ese chico, era muy especial para él y, cuando lo miraba fijamente a los ojos, estos brillaban como nunca, como si su ser estuviera hecho de pureza.

Ya faltaba media hora para  las 00:00 pm, en dentro de poco tendía que estar todo listo para el cumpleaños de Viktor. Yuri tenía una sorpresa y necesitaba distraer por un rato al albino para hacer tiempo, pero para que el festejado no se diera cuenta, decidió evitar el tema haciéndose el distraído y yendo a diferentes lugares buscado otro regalo más, además de los que ya tenía preparados. Había preparado una pequeña fiesta con algunos patinadores que conocían de sobra a Viktor, pero su regalo era un poco más especial, y decidió que se lo daría cuando termine la fiesta.

Mientras el japonés distraía al de ojos claros en diferentes tiendas, paseos y festivales, en el hotel donde se alojaban todos los patinadores, en la habitación de Viktor y Yuri, se encontraba Yuri P. alistando algunas cosas y haciendo espacio, ya que la habitación era algo pequeña. Invitaron a algunos patinadores y entrenadores, así que era inevitable que el albino no se encontrara con Yakov, su antiguo entrenador y el cual entrenaba Yuri P.

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Mientras caminaban, se notaba la expresión de nerviosismo en el albino, no era como los otros días, su pareja no se mostraba tan cariñoso como lo hacía siempre y, además, era raro que no le haya dado ni un beso en todo el día. Se sentía algo excluido, el japonés se la pasaba mirando su celular cada dos segundos y escribiendo cosas que no podía descifrar. Un silencio los invadía mientras caminaban por un festival, lleno de luces y colores. Yuri seguía atrapado por los mensajes de su celular, pero finalmente, sonriéndole al último que leyó, lo apagó y se dedicó a prestarle un poco más de atención a Viktor.  

¡Viktor!- exclamó. - Vamos al hotel, quiero mostrarte algo.- comentó emocionado y el albino obedeció.

Una vez en la puerta de su habitación, Yuri le tapaba los ojos con una venda y entran. Como si del cumpleaños de un niño se tratara, todos los invitados saltaron de su escondite una vez se encendió la luz y los ojos del albino se descubrieron. Una alarma en el celular del japonés comenzó a sonar, habían llegado justo a tiempo, sin esperar más, Yuri sorprendió aún más al de ojos claros con un dulce beso, era el principio de toda su sorpresa.

Mucho más que simple admiración {Viktuuri}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora