~Deseo.~

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Esta historia participa en la convocatoria navideña de la página MuraAka fans en facebook.
Espero les guste y me dejen saber que les pareció la historia.
¡Feliz Navidad!

Murasakibara estaba deprimido, era más que obvio para sus compañeros, es decir, ¿desde cuándo Murasakibara se negaba a aceptar un dulce? ¿Desde cuándo era menos quejumbroso en las practicas? Algo estaba mal y lo sabían, pero ¿qué demonios podía tener así a ese gigante? A nadie se le ocurría nada. Esto comenzaba a ser hartante.
—¡Ya sé!
—¿Qué, Tatsuya?
—Preguntemos a sus antiguos compañeros.
Tras dicha idea, contactaron con todos, pero a nadie se le ocurría nada. Tatsuya estaba por rendirse, hasta que vio a Murasakibara, viendo totalmente embelesado su teléfono, así que se acercó discretamente y hecho un vistazo.
—*¡Qué idiota! ¡¿Porqué no lo pensé?!*
La respuesta era tan obvia. Tan estúpidamente obvia. ¿Por qué no lo pensó antes? Era tan simple como la raíz cuadrada de uno.
—*Debo avisarles.*
Tatsuya se fue y dejó solo a aquel joven triste.
—*¿Porqué? Esto no es justo.*
Aquel joven hacía pucheros tras cada mensaje recibido y vaya que tenía motivos.
—¡Me rindo!
Murasakibara se levantó molesto y se acomodó su bufanda, casi a la par, sonó su teléfono y al ver de quién era la llamada, simplemente lo apagó.
—*No lo entiendo.*
Él siempre había sido muy tranquilo, así que era raro verlo así de afligido.
Ya resignado, se dirigió a su casa y se encerró todo el día. A eso de las nueve de la noche, encendió su teléfono y vio varios mensajes, pero hubo uno que llamó su atención.
—*¿Kurocchin?*
“De: Kurocchin
Asunto: Debo verte.
¿Podemos salir mañana? Necesito hablar contigo. Kise-kun también vendrá."
Él no estaba de humor totalmente, así que su respuesta fue un simple sí y casi a segundos de responder, llegó un nuevo mensaje.
“De: Kurocchin.
Asunto: ¡Perfecto!
Entonces mañana a las 9:30 a.m. en el reloj del parque central. Llegaremos tan temprano sea posible."
—*¿Eh? Debe ser muy importante para que vengan hasta acá. Como sea...*
Murasakibara se quedó dormido y al día siguiente, salió al encuentro, como había dicho.
Él se veía cada vez más irritado y era lógico, pues se dirigía al parque central; muchos puestos y adornos, aunque lo que le molestaba realmente eran aquellas parejas felices paseando, tomadas de las manos y aquella música navideña que ya lo tenía harto.
Que gracioso, ¿no? Hasta hace una semana no le molestaba, pero gracias a su “pelea" con su amado, todo lo comenzó a poner irritable.
—*Esas malditas canciones.*
Finalmente llegó al encuentro y ya lo estaban esperando, cerca del reloj.
—Hola, Murasakibara-kun.
—Murasakibaracchi, tiempo sin vernos.
—Hola~
—¿Qué les parece si vamos a una cafetería?
Tras la sugerencia de Kise, se retiraron a una cafetería cercana y se sentaron a comer. Todo iba normal, hablaban de cosas como la escuela o cómo les iba con su equipo, hasta que Kise cambió bruscamente el tema.
—Kurokocchi, deberías de ejercitarte más.
—Lo hago...
—... Esto, Mu-Murasakibaracchi. ¿Qué ocurrió entre Akashicchi y tú?
—No pasó nada.
—Pero, Akashi-kun dijo que  te habías enojado con él. Eso no es usual en ti, Murasakibaracchi.
—No me enojé.
—¿Es porque Akashi-kun se... Se irá con Keichi-kun?
—¿...Quién se los dijo?
—Así que era eso.
—Murasakibara-kun, ¿al menos escuchaste sus razones o no lo dejaste terminar?
—...
—Así que no escuchaste lo que Akashicchi tenía que decirte, ¿eh?
—Eso no les incumbe a ustedes.
—Claro que sí, Murasakibara-kun. Después de todo, queremos hacer una fiesta para navidad y no queremos verlos peleados.
—¿Qué-?
— Una fiesta navideña. Haremos un intercambio. Debes ir...
—No iré. Akacchin tampoco irá, así que da igual que yo vaya o no.
—Murasakibaracchi. No digas esas cosas.
—Es mi decisión ir o no. No se entrometan.
—Pero-
—¡Ya basta!
Murasakibara golpeó la mesa con fuerza y ambos optaron por guardar silencio. Todo siguió “normal" y platicaron un largo rato, de diversas y triviales cosas, sin volver a mencionar a Akashi en la conversación.
—Creo que ya es tarde, será mejor que nos vayamos ahora.
—De acuerdo, Kurocchin.
—Kise-kun. Vámonos.
Murasakibara los acompañó hasta la estación y antes de que ello se fueran, Kise sólo gritó una simple cosa, que hizo a Murasakibara estremecer.
—¡Murasakibaracchi! ¡Arregla las cosas con Akashicchi!
Antes de que Murasakibara pudiese dar alguna queja, el tren partió y sólo se retiró con algo de molestia. Es decir, ¿porqué él debía arreglar las cosas? ¿Acaso no fue Akashi quien lo plantó? ¿No fue Akashi quien decidió botarlo en navidad? ¿No fue Akashi el que se equivocó? ¿No fue Akashi el que mandó su relación a un segundo plano? Cada vez, más interrogantes venían a su mente, así que decidió ignorarlas y caminó a casa rápidamente.
Murasakibara estaba un poco feliz, después de tanto tiempo había visto a dos de sus amigos, aunque lo único que no le agradaba era tener que acatar aquella idea...
“Una fiesta navideña. Haremos un intercambio. Debes ir..." Las palabras de Kuroko resonaban una y otra vez en su mente, que molesto. Akashi ni siquiera estará allá, ¿porqué quieren que él vaya?
El tiempo pasó, estaban a sólo cinco días de navidad, ya era 19. El ambiente era muy ameno y relajante para casi todos. Así es, Akashi aún intentaba arreglar las cosas con Murasakibara, pero él no quería ni verlo.
Akashi, harto de esa actitud, decidió ir a verlo directamente, pero no todo salió como él esperaba.
—¡Ya basta, Atsushi!
—No. Vete ahora mismo, por favor.
—No lo haré. No es culpa mía, el no poder venir ese día.
—¡¿Pero si te irás con "él"?!
—¡Ya te lo dije! ¡Es sólo un amigo y-!
—Vete, por favor Akacchin.
—Atsu-
—¡Largo! ¡No quiero verte!
Atsushi empujó a Akashi y lo sacó de su casa, azotando la puerta, pero eso no detendría a Akashi.
—Esto es lo único que diré... Te espero en la estación, a las nueve de la noche, mi tren sale a las nueve con diez y si no vas... Comprenderé que todo esto terminó.
Tras decir eso, la voz de Akashi se quebró, así que se fue y Murasakibara sólo bufó.
El tiempo pasó... 6 de la tarde, 7 de la noche, 8:30 de la noche.
—¡Maldición!
Murasakibara se rindió y fue corriendo en busca de su amado. Llegó a la estación y aún tenía quince minutos, se notaba su desesperación, estaba agitado y un poco sudoroso por correr tan rápido como le fuera posible. Realmente quería arreglar todo, era obvio, de lo contrario no hubiera corrido de aquel modo, Murasakibara no quería romper con Akashi, pero su maldita terquedad era mayor.
—*¿Qué hago?*
Finalmente llegaba Akashi, que se quedó embelesado, con aquel collar en sus manos. Aquel collar con forma de corazón que Murasakibara le dio cuando se volvieron novios.
—*Se ve tan lindo*...
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~FLASH BACK.~

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