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Y ahí estaba en la fría y oscura habitación de un hospital, el lugar me asfixiaba todo era tan pequeño, la mesa de  madera que estaba en una esquina, un florero de color marrón que estaba posicionado encima de esta; también había un muy diminuto televisor colocado en la pared, justo en frente de mi camilla.

Al parecer mi camilla y un sillón eran los únicos muebles medianamente normales de tamaño, el sillón se veía demasiado viejo e incomodo, estoy seguro que toda persona que se haya acostado mas de dos noches seguidas se rompió la espalda, bueno tal vez estoy exagerando, pero en serio era espantoso. Del lado izquierdo y por enfrente sobresalían resortes, al igual que relleno, de los mismos lados se podía ver muchas manchas color café, sabrá dios de que eran, y yo no planeaba averiguarlo.

Pero todo lo horrible de ese lugar no impedían que mi hermana y madre se quedaran ahí todo el día sentadas en ese tonto sillón, la mayoría de veces viendo a la nada, como si esperaran un milagro para que yo despertara, otras veces leyendo o simplemente durmiendo; pero ni un día de las dos semanas que llevaba en ese sitio habían sonreído. Sus rostros llenos de brillo y felicidad fueron remplazados por ojeras moradas, miradas vacías, sonrisas rotas, me dolía verlas así.

Al principio de mi estadía me paraba en frente de ellas, les contaba como me sentía, como ya quería irme a mi casa, pero no me respondían, ni siquiera reaccionaban cuando ya desesperado les comenzaba a gritar y a reclamar el porque lloraban todos los días, el porque pasaban de mi existencia como si yo fuera nada.

Al termino de una semana no hable, no pregunte, no grite; entendí todo, ellas no respondían porque no me escuchaban, estaba muerto pero a la vez vivo, estaba en coma.

El segundo día de mi estadía ya estaba completamente renovado, salte de la cama apresuradamente, salí de la habitación y al hacerlo me confundí demasiado, en frente de mi estaba Lucy mi hermana junto con el doctor, ella estaba llorando desconsoladamente, al principio pensé que era porque uno de esos cantantes se había separado de su banda o cosas fastidiosas como esa. Pero no, esta vez era distinto, ella lloraba distinto, tan desconsoladamente que al escucharla se me rompió mi interior, lentamente me fui acercando a ellos me despiste por un momento, el doctor le decía que yo había entrado en un estado grave de perdida de consciencia por una enfermedad llamada hipoxia que fue causada por el exceso de tabaco que le metí a mi organismo, llevándome al sueño profundo llamado coma. 

Camine hacia atrás hasta chocar con la pared y poco a poco me fui deslizando hasta caer en el frió piso, era cierto que unos días atrás me había sentido mal, pero no era para tanto, aveces se me iba el aire, me dolía la cabeza y tenia nauseas pero pensé que era por el estrés de los exámenes de ingreso a la universidad, le echaba la culpa a mi mamá por presionarme tanto para ir a uno,  que equivocado estaba, todo era por culpa del maldito cigarro, ya me lo decía Lucy que fumar tanto me  dañaría. Al final termino lastimándonos a los tres.

Después de eso el doctor se fue y dejo a mi hermana en medio del pasillo llorando, no aguante ver eso y me acerque a ella, la abrace y le dije que estaba bien, que yo estaría bien, después de eso ella camino hacia la salida y yo me fui a sentar a ese horroroso sofá.  

  

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Sueño y AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora