Narra Manuel:
Tengo 15 años actualmente, estoy alquilando un departamento. De mi vida no hay mucho que hablar.
Tenía ganas de salir a tomar un poco de aire, así que decidí bañarme para después salir a dar unas vueltas.
Al terminar de bañarme y cambiarme salgo y tomo el ascensor.
El ascensor se para en el piso 3, y sentí sus puertas abrirse en un segundo y pude notar unos ojos clavarse en mí, como si ya me conocieran desde antes...
Levanté mi vista y la ví, allí estaba ella, con sus mejillas sonrojadas y una media sonrisa en la comisura de sus labios tan hermosa como siempre lo estuvo.
-¿¡Manuel?!
Dijo ella.
Sinceramente, no lo podía creer, la chica que tanto amé y la chica por la cual deje de creer en el amor, estaba acá, enfrente mío con una sonrisa enorme y sincera.
Se encaminó hacia al ascensor y yo, me alejé unos cuantos centímetros al sentir incomodidad.
-¿Como estás? Preguntó ella, emitiendo una sonrisa sin mostrar sus dientes.
-Muy bien, y vos?
Dije yo, pero lo que en realidad tenía ganas de decirle era, -Mal, estoy muy roto. Desde que te fuiste no encontré persona como vos.
-Bien. Respondió ella.
De un momento a otro, el ascensor se para, y las luces se apagan.
Noté como Valentina se acercó a mí, desde chiquita le tenía un gran temor a la oscuridad. Y todavía no lo puede enfrentar muy bien. Al notar que yo estaba incómodo ella se corre bruscamente.
-Creo que estaremos acá un laaargo rato...
Dijo ella, un poco desanimada, la noté un poco triste. ¿Debe ser por mi comportamiento? ¿Por mi incomodidad? ¿Le habré gustado en algún momento de su vida? Ja sí claro que pensamientos más tontos.
