Be Alright ~JB~ #WeareWorld

11| Mi casa, tu hogar

~Kira~

-Justin, voy al trabajo. Vuelvo a las 13:00- me acerque a él besando la comisura de sus labios.

-Yo tambien iré a la comisaria- comento.

-Bien, quieres que te lleve algo?- él negó-Bien, te quiero- y salí de la casa.

Camine por las calles del pueblo hacia la oficina. Era asistente en un centro de contabilidad.

En la empresa era la secretaria del jefe, aquel hombre asqueroso que sólo quería coquetearme, lo unico que me mantenía allí era el dinero, ganaba lo suficiente para mantenerme.

Entre en el gran edificio saludando a todo a mi paso.

Llegue a mi puesto y al sentarme el Sr. Frendickson.

-Srta. Presscott- llamó y levante la vista- a mi oficina- me puse de pie y entre a ese gran despacho recubierto de paredes blancas y gran ventanal de vidrio.- se que esto es complicado pero no tengo opcion- lo mire confundida- tengo que hacer un recorte de personal y tu estas dentro de el, eres grandiosa en la oficina, pero yo buscaba otra cosa en ti- seguro llevarme a su cama- asi que recoge tus cosas, estas despedida- me quedé en shok.

-Esta bromeando cierto?- el negó seriamente. Me paré de la silla y le dije- vayase al mismísimo diablo- y salí.

Sinceramente no me importaba, conseguiría otro trabajo, vendería mi casa. No lo sé, pero no me importaba ese viejo.

Pegue un grito frustrado en medio de la calle y volví a caminar hacia la casa de Justin, cuando alguien tocó la bocina de un auto.

-Que haces en la calle y con esa caja?- era justin quien abrió el maletero del auto para que yo dejé mi caja.

-Me despidieron- eleve un poco la vos para que pueda escucharme.

Cerré el maletero y rodee el auto para subir a él. Salude a Justin con un beso en la mejilla y me coloque el cinturón de seguridad.

-Que ocurrio?- negué.

-Yo no quería darle lo que el pedía, si ya sabes a lo que me refiero- me miro mal- no necesito que golpees a nadie, me despidió, no me tocara ni un pelo.- dije divertida.

-Pero por que no?- protestó.

-Porque no pasó nada fuera de lo común, Justin- acaricie su mejilla.

-Me acompañas a la comizaria? O te dejo en tu casa o en la mia...- reí.

-Vamos a la comisaría oficial. Respecto a mi casa... deberé venderla- me miro confundido- de aquí a que yo consiga trabajo me quedaré sin dinero.

-Sabes que puedes quedarte conmigo cuanto tiempo quieras- sonreí.

-Lo se, pero no quiero incomodarte, tu necesitas tu espacio, yo me quedaré en lo de Cecily.

-Insisto Kira, quédate en casa.- estaciono el auto en el estacionamiento de la comisaría.

-Ya hablaremos de eso- abrí la puerta del auto bajando de este.

Justin bajo y le puso seguro. Y caminamos dentro de la comisaría saludando a la gente que teníamos al paso.

Entramos a su oficina y me senté sobre el escritorio. Justin se sentó en su silla quedando frente a mi. Colocó sus manos que subían y bajaban por mis piernas. Debo admitir que me ponía nerviosa su tacto.

-Quédate en mi casa Kira, quiero tenerte cerca. Mi casa es tu hogar- lo mire enternecida- ven a vivir conmigo. Tienes tu habitación, mi habitación, tu ropa, mi ropa, tu baño, mi baño. Kira por favor- suplicó. Suspiré frustradamente.

-Bien, me quedaré en tu casa, pero prometeme que me dejarás invitar a Cecily.- sonrió.

-Será bienvenida- reí.

Se paró de su silla y tomó mi cintura con sus manos colocándose entre mis piernas.

Bajo sus manos a mi trasero acariciando sobre mi pantalón de traje.

-Me encanta tenerte cerca- se acercó a mi rostro- sabes, aún tengo ganas de poseerte- rozó mis labio con los suyos-pero no quiero presionarte- mis ojos conectaron con los de el.

-Yo... yo-me cayó con un beso.

-Te quiero tanto Kira- mi corazón dio un vuelco.

-Yo tmbn te quiero Justin- lo abrace.

Al separarnos, me bajé del escritorio y Justin se sentó en su silla, debido a que estábamos en un lugar donde alguien podría entrar.

-Quieres un cafe?- me pregunto.

-No, descuida. Estoy bien así- sonrió.

-Hazme un favor- asenti- Llévale estos papeles a Christian- me entregó unas hojas, les di una ojeada, era la transición de William- quieres que yo los lleve?- levante la vista de ellos.

-No, yo lo haré, ya regreso.- y salí de la oficina.