Capítulo 26

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No tiene ojos, pero podía ver claramente aquello que ante el sucedía, aquella persona que ante el se encontraba. No había tardado mucho en encontrar su puerta asignada, conocía los pasillos de memoria, ya que había estado ahí un sin fin de veces a lo largo de su vida, y en este momento estaba hipnotizado, por primera vez desde aquel día en el que la vida eterna dejo de valer la pena, el burdel de las parafilias había logrado captar su atención, no podía creer lo que estaba ante el.

-Va... Valentina.

Ella bailaba hermosamente, seductoramente, estaba observándolo mientras movía su cuerpo, lo estaba llamando, ¿Era ella?, se veía demasiado real, el burdel siempre jugaba con sus mentes, de eso se trataba, pero, no la había visto en 70 años, y la deseaba tanto, la necesitaba. Si no era ella, entonces por que sabia cómo moverse?, era el mismo baile que ella había hecho para el antes de su muerte, cada día recordaba con nostalgia cada movimiento de la chica, y este era exactamente el mismo, frente a ella había una silla, era parte de la rutina, el debía sentarse ahí y ella bailar para el.

-¿No vas a sentarte? -Dijo ella, era su voz, le hacía dudar el lugar en el que estaban, pero, no podía resistirse, la razón se fue, y se dejó guiar por el corazón-.

Slenderman caminó hacia la silla hipnotizado por el espléndido cuerpo de la que alguna vez fue su chica, a pesar de estar completamente cubierta de ropas que hacían juego con el tono moreno de su piel, jamás perdía su sensualidad. Guiado por su esencia, ocultó sus tentáculos y se sentó en la silla preparada para el, poco a poco, Valentina comenzó a deshacerse de sus prendas guiandoce por la música, no podía dejar de verla, su cuerpo y la música hacían el juego perfecto y la composición del mejor poema, la extrañaba tanto, y estaba tan concentrado en ella que jamás logró sentir que la gravedad en el lugar en donde estaba había aumentado y su cuerpo se encontraba inmóvil, pero para el todo era perfecto, de pronto sus tentáculos comenzaron a salir a voluntad propia aparentemente, pero en realidad, la música era la razón, poco a poco el ritmo de la música iba en aumento, y con ello sus tentáculos crecían y crecían forrando las paredes de la habitación y atrapándose a si mismo con ellos.

La desnuda mujer caminó hacia el, acortando la distancia entre ellos y con cada paso los tentáculos crecían haciendo mas grueso el muro espectral en el que aquellos dos seres se encontraban. Valentina se sentó sobre las piernas de su amante y con ambos brazos rodeó su cuello, sin perder aquella sensualidad que lo tenía interno en sus deseos.

-Quiero que estemos juntos...

-Va... Val...

-Solo mira... -Levantó los brazos hacia el escenario-, tus tentáculos bailan, junto con nosotros -Se acercó a su oído y, con sus intenciones malditas susurro-, me deseas... déjate ¡LLEVAR!, Ahhm -Aquel último grito fue producto del deseo...

Slenderman aun sentado tomo a Valentina de los brazos y la acercó a el, uno de sus tentáculos se deslizo hacia el eliminando su característico traje dejando al descubierto su blanco cuerpo. A pesar de ser un monstruo sin rostro, su cuerpo era el de un hombre a ecepcion de su miembro el cual poseía espinas y era realmente enorme, ella lo sabía y lo provocó a propósito.

-Tómame... por favor... TÓMAME. ¡AHH!

De golpe, hipnotizado, embriagado de deseo mortal imposible de apasigüar, la sentó sobre él introduciendo su inaudito miembro en ella para después sujetarla de los brazos y piernas con sus tentáculos para asi moverla a su gusto. Estaba ciego, aturdido, no sentía mas que placer, ese que solo ella le podía dar. Con sus enormas garras comenzó a herir los pechós de aquella alma que gritaba y gemía de dolor y placer hasta que ya no hubo mas...

Como ficción, como cada uno de los hechos en la vida de estos seres, aquella enorme esfera existente gracias a los danzantes tentáculos del mítico demonio desapareció.... Sin dejar rastro.

Esto es sobre nosotros (Jeff the killer y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora