Y será cierto todo eso que dicen de que jamás olvidas tu primer amor, tengo catorce años y sigo esperando poder encontrarlo, sigo esperando el chico adecuado para dar mi primer beso. Pero dicen que lo bueno se hace esperar, que viene cuando menos te lo esperas. Muchas veces me he preguntado si de verdad llegué a enamorarme alguna vez. Mi físico no es que sea de los mejores, estoy harta de mirarme al espejo y ver lo gorda que estoy. Por más que me lo propongo, no consigo adelgazar, no me gusta el deporte y no creo que pueda llegar a ser precisamente una de las mejores en ellos. Me considero alta, un metro sesenta y cinco centímetros aproximadamente. Mi pelo es negro, aunque me he teñido un par de veces y.. bueno, ahora lo tengo entre negro, castaño y rojo. Mis ojos son verdes y uso gafas, yo creo que son lo que más me gusta de mi. Dado que debido a los genes y el haberme refugiado en la comida cuando he tenido problemas, han provocado que esté gordísima y que piense que jamás nadie me podrá querer. No es que me considere muy fea, soy más bien del montón, de debajo del montón, pero lo que más estropea mi imagen son esas piernas que heredé, junto con la barriga que tanto odio, de la familia de mi madre. Todos son bien hermosos, están regordetes y pues el ser así me acopleja, llegué a 'cortarme' un verano por ello; pero bueno, son las diez y media de la mañana y no es momento de ponerse a pensar eso. Debo levantarme y preocuparme más por lo que voy a hacer esta tarde, ya que he quedado con las chicas. Empezaré por ducharme. Me metí en el baño y comencé a desvestirme, no pude evitar ver mi cuerpo, gordo y asqueroso, de nuevo en el espejo. Terminé de quitarme la ropa y me metí en la ducha, el agua caliente caía por todo mi cuerpo, mientras mis lágrimas se camuflaban con el agua que caía por mi cara. Estaba sola en casa, podía escuchar el agua caer mientras 'Little things- One direction' sonaba en mi móvil. Yo no tengo esas pequeñas cosas, yo me odio de pies a cabeza, incluyendo is hoyuelos, Dios, los odio. Al salir de la ducha deseé poder ponerme esa toalla corta que queda por encima de las rodillas, si, esas de las películas. Me miré al espejo y empecé a llorar de nuevo mientras que pensaba que todo era culpa mía, todo era mi culpa, por haber comido toda esa p*ta basura. Me daba cuenta de que no podía permitirme el lujo de llorar así, porque sí. Me vestí, con unas mayas negras que me hacían un poco menos de pierna y una camiseta azul que llegaba por debajo del culo, para que no notaran 'eso' que tenía ahí. Me puse mis Vans y me empecé a secar el pelo, luego me lo alisé y comencé a maquillare. Un poco de corrector en las ojeras, una larga línea negra encima de mi ojo y una preciosa sombra color verde azulado. Esperé a que fueran las once para salir de casa y dirigirme al lugar en el que habíamos quedado. Una vez allí procuré que hubiera alguna persona que conociera.
-¡Boba!- oí a alguien gritar y me giré.
-Hey, feo- sonreí al ver a mi mejor amigo acercándose, ¿qué hacía allí?
-¿Cómo estás? Hoy no tenía nada que hacer y me apetecía estar con mi mejor amiga así qué me acoplo con vosotras -me sonrió y le abracé.
-Eres un puto amor, Yediel. -Le dije sonriente.
Ambos estuvimos hablando y comentando algo sobre que hacer mañana. Le pregunté por sus amores y me sonrió. Al verle pensaba en como alguien de su nivel, podría ser mi mejor amigo. Era muy conocido, y en su popularidad yo estorbaba. Le miré directamente a los ojos y me limite a sonreír.
-Y tú, ¿cómo estás, enana?- me preguntó con esa mirada brillante que tenía.
-Bien, ya sabes.-Le sonreí como siempre lo hacía y se puso a perseguirme justo cuando nos topamos con Sheryl y toda su tropa.
-¿Qué miras niña?- me dijo con cara de asco, una expresión que se le quitó de la cara cuando vio a Yediel. -Hola, amor, ¿qué haces con esta cría?- le preguntó señalándome.
-Eh, es mi mejor amiga, así que no te metas con ella, Sheryl. No vales nada comparada con ella, así qué cierra tu estúpida boca ya. -Ella me miró extrañada y Yediel me miró sonriente- además, que nos vamos que nos estorbas.
-Pensé que tu mejor amiga era yo -dijo mirándose las uñas fijamente- tengo más cualidades que ella y tú lo sabes.
-Mira, te juro que dices algo más de ella y...
-Vámonos, Yediel, no pierdas el tiempo. -Le acaricié la espalda sonriendo mientras él poco a poco me miraba a la cara.
Nos fuimos y le pregunté a Yediel el por qué de esa especie de enfrentamiento. Me dijo que había salido con ella y que aunque no se arrepintiera de nada, había sido un error. Le miré a la cara y le dije que era un chico sensato y con lo guapo e inteligente que era encontraría a alguien pronto, alguien que le quisiera como se merece. Me miró y me dijo que era la mejor chica que había conocido nunca, que adoraba tener una mejor amiga como yo aunque no entendía por qué, lo miré con aprecio y lo abracé fuerte antes de sonreír en su cuello.
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Nunca olvidas tu primer amor. [You never don't forget your first love]
Teen FictionHaridian tiende a odiarse de arriba a abajo, pero pronto conocerá a alguien que la enseñará a quererse tan y como es, mientras, le bastarán el apoyo y el carió de sus dos mejores amigos, Yediel y Kathina.