Capítulo 33

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Las aprecientes bolsas oscuras que estaban bajo mis ojos eran un indicio de que no había dormido lo suficiente, analicé cada detalle de mi rostro percatandome del aún existente brillo en mis ojos. Me puse algo de base en el rostro y después corrector que esparcí en la zona donde las ojeras se hacían destacar. Con lentitud moví la esponja en forma de gota por este mientras recordaba cada momento de anoche.

No he podido olvidarme de Leah por más que he querido intentarlo —Y no es que me guste recordarla —, es que estaba tan molesta que no dudaría el hecho de que le dijera a Liam todo lo que estoy ocultandole. Mi móvil se quedó sin batería e internamente agradecí por ello ya que si Liam lo sabía todo al menos no tenía que ver sus llamados haciendome sentir más mal con la sensación de engañarlo y ser una vil mentirosa.

Mientras me aplico rubor miro un punto fijo, esta ahí mirándome..., Johan.

Aunque los moratones en su rostro se han vuelto más coloridos sigue pareciendome guapísimo con el cabello revuelto y bajo las sábanas de mi cama. Su mirada analiza cada detalle de mi rostro y no puedo evitar quedarme como una completa idiota observandolo.

—¿Irás a clase? —preguntó con su profunda voz de recién levantado haciendo que parpadeara para salir de ensoñación.

No podía permitirme quedarme en la habitacion ya que mi padre lo sabría, y como cinsecuencia preguntaría sobre mi ausencia. Además, no me satisface la idea de que me llame la atención o que por un motivo u otro termine aquí en mi habitación.

En la madrugada después del episodio que dejó a mi corazón completamente loco por las palabras de Johan, me despedí de él para poder regresar a la residencia. Johan se resistió y me pidió venir conmigo. Yo no quería por los golpes que tenía pero insistió tanto que no pude negarme. Así que terminó conduciendo mi auto hasta llegar aquí.

—Mi padre es el rector, por lo tanto tengo que ir —murmuré con una pequeña sonrisa avergonzada mientras sentía el calor en mis mejillas. Frunció el ceño confundido pero terminó asintiendo con una apenas notable sonrisa que trataba de cubrir con su pulgar.

—¿No puedo convencerte de lo contrario? —me mostró una sonrisa angosta y sentí como mi corazón comenzó a latir más deprisa con su sugerencia. Me apetecía quedarme con él y meterme a la cama para que me envolviera entre sus brazos pero no podía hacerlo por más que quisiera.

—Me temo que no —respondí para instantes después suspirar y tomar el lápiz labial.

—Entonces tienes que venir ahora si no quieres que cierre la maldita puerta y no te dejé salir en todo el puto día. —abrí los ojos como platos al escucharlo decir aquellas palabras, incluso mi lápiz labial quedó al aire cuando intentaba aplicarlo por las palabras salieron de su boca tan fácilmente, jamás voy a acostumbrarme a su forma de hablar.

Mi estómago cosquilleó y sentí como mi cuerpo se tensó al instante. Johan levantó una de sus cejas y se acomodó de modo que su espalda tocaba la cabecera de la cama. En cuanto llegamos hace algunas horas se había despojado de la sudadera y jeans quedándose en bóxers. Me pidió infinidad de veces que me quedará con él pero no podía permitirme dormir con él así que tuve que tomar mis cosas para ir a la ducha antes de que él mismo me metiera a la cama.

Era todo un privilegio verlo, no pude despegar la mirada de él mientras se sacaba la sudadera por la cabeza haciendo sus músculos contraerse, estaba segura que ahora mismo me había quedado observando su pecho sobresalir entre las sábanas blancas de mi cama. Mis mejillas ardían como confirmación que así era, simplemente no podía evitar derretirme bajo los encantos que Johan posee.

—Nena, no tengo problema en quitarte toda esa ropa y cerrar la jódida puerta para que no salgas de aquí de ningún modo.

Su voz se volvió un poco más profunda y añadió:
—El tiempo se agota.

Johan (Into the Darkness)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora