Introduccion

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Era lunes por la mañana. Una joven se encontraba profundamente dormida.
Mientras que su madre, con el cariño que la caracteriza, entra a despertar a su hija.

—Wheein, cariño. Despierta, es hora de ir a la escuela.

—5 minutos más... —decía la joven adormilada.

—Hyejin te espera abajo.

Tan solo mencionar el nombre de su amiga, su corazón comenzó a acelerarse, cubriéndose con la manta para ocultar su rubor. Dándole la espalda a su madre, y sintiendo la felicidad salir por su cuerpo con patadas al aire, para por fin salir como resorte de su cama.

— ¿Hyejin?

—Sí, llego hace poco.

—Ahora bajo. —Solo era escuchar su nombre, y ya me provoca cosquillas en el estómago. Pensó la joven en sus adentros.

—El desayuno está en la mesa, junto al dinero para que compres golosinas con Hyejin.

—Gracias Mamá.

—Nos vemos en la tarde. Debo ir al trabajo. Te dejo con tu amiga.

—Ve con cuidado.

Despidiéndose de su madre, la chica entro al baño de su habitación. Escuchó el auto de su madre irse, junto con una voz familiar aproximarme a su habitación. Sintiendo como su corazón se estrujaba.

—Buenos días Wheein.

—Buenos días Hyejin. —decía apurada en tocador.

—Uhh~ hoy te arreglaste el flequillo.

—Más vale estar presentable. Solo me cambio, y nos vamos.

—Ok señora vanidosa. Te espero abajo.

Con prisa tomó su uniforme, se aliso el cabello, y bajo de las escaleras hasta el comedor. Desayuno el plato servido rápido y tomó su mochila. Invitando a su amiga a sentarse. Mientras que iba de un lado al otro acomodando sus útiles.

—Siento que poco más, y vivo aquí contigo.

—Aja, ya sabes, siempre hay un lugar disponible en mi casa.

—Te tomaré la palabra. Mis padres han estado ocupados en el cultivo. Prefiero quedarme en tu casa, que ir lejos a la mía. Total, ya hasta tengo mi cepillo aquí.

A Wheein le gustaba cada que su amiga se quedaba, era pasar tiempo de calidad con alguien más que su madre. Le gustaba la idea de tener noches pijamadas juntas. Por lo que su cabeza no paraba de idear nuevas actividades con Hyejin.

Y sin mediar el tiempo, se percató de la hora; se les estaba haciendo tarde para llegar a la escuela. Volteo a ver a Hyejin quien lo entendió todo con una sola mirada, salieron de casa, cerrando bien la entrada, y apresuraron el paso hasta la parada de autobuses. Tomaron el primer autobús que las llevaría al colegio. Las dos amigos fueron a la parte trasera a sentarse.

—Por eso amo alojarme en tu casa. La parada de autobús está cerca.

—Y yo amo tenerte a mi lado, haces llevadero la ida al colegio. No sé qué haría todo el camino a la secundaria.

—De un momento a otro me volví tu guardiana y tu mejor amiga. Me preocupa que la idea de que seas pequeña en este mundo tan grande.

—Oye, sé que soy bajita, pero no tienes el derecho de recordarlo en todo momento.

—Lo siento, llegaste tarde a la repartición de alturas.

—Y tú a la de cerebros.

—Estamos a mano. Por cierto, últimamente he estado recordando la vez que prometimos ser famosas.

Mas que un amiga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora