Fingiendo ser fresa [EDITANDO]

5: Todo solucionado

Liam POV

Una semana, ha pasado una puta semana y Nicole no da señales de vida, desde que se fue de la casa de Hanna desapareció y nadie sabe nada de ella. Bueno, a excepción de su familia la cual afirmaba que ella está bien pero no piensan revelar su paradero.

—¡Liam!— gritó Scarlett.

—¿Ah?— pregunté mirándola.

—Te estoy hablando y tú no me prestas atención— dijo Scar cruzando los brazos.

—Disculpa, hermosa, ¿qué decías?— pregunté.

Scar me había arrastrado hasta el centro comercial ya que ella quería comprarse ropa y pues bueno estoy sentado en una silla con mi hermoso y gran trasero entumido por estar sentado tanto tiempo.

—¿Qué cómo me queda esta blusa?— preguntó Scarlett.

Tenía una blusa de rayas negras y blancas.

—Bien— dije y ella rodo los ojos y entró al vestidor.

Dios, estaba cansado de estar aquí. Scar salió del vestidor y me miró.

—¿Qué te pasa?— preguntó ella sentándose a mi lado.

—Nada— dije frunciendo el ceño.

—¿Sabes, Limy?— Scar me llamaba así desde que era un bebé— Yo se cuando me mientes y lo estás haciendo ahora. Eres mi hermanito y te conozco— dijo ella.

—Scar, no soy tú "hermanito" yo soy mayor que tú, bebé— dije cruzándome de brazos.

—Ay ya no seas llorón, quiero que me digas que te pasa y quiero que me lo digas ahora, ¿entendido?— dijo Scar sosteniendo mi barbilla en su mano con fuerza.

Suspire y le conté a Scar todo lo que había pasado estás últimas semanas.

Lo que más me gustaba de Scar era ella no comentaba nada hasta que yo terminará de hablar.

—…Y ahora no aparece— termine la historia y ella sonrió pícara.

—Te gusta la chica— respondió Scar.

—Claro que no, sólo que es divertido hacerla enojar, reír, gritar— dije encogiendome de hombros.

—Te gusta y no lo admites— dijo ella.

—Que no.— dije.

—Que si.— dijo Scar.

—No.

—Si.

—No.

—Si.

—No.

—Si.

—No.

—No.

—¡Qué si y punto!— grité exasperado.

Scar sonrió con suficiencia y ladeó la cabeza.

—¿Qué sigues haciendo aquí?— preguntó frunciendo el ceño.

—¿Ah?— pregunté confundido.

—Ve a ver que paso con la chica— dijo ella. Scar se levantó y me tomó del brazo y me empujó y cómo todo chico maduro que soy salí corriendo en dirección a la casa de Nicole.

(…)

Toqué el timbre repetitivas veces de la casa de Nicole y nadie abría, ya estaba empezando a desilusionarme cuando una cabellera roja se dejo ver. Un espécimen de metro sesenta y con una melena revuelta y roja, vestida con una camisa de hombre que decía: Guns and roses y un short corto de flores estaba al frente mío con cara de sueño.