Donde te encontré de nuevo

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Resulta que. . .

Siempre hay cosas que duelen más.

Dichas con mala intención

Era una fría mañana aquellas en donde al cuerpo se pegan las sabanas y no deseas levantarte, mirando la amplia cama cerro nuevamente los ojos dejando escapar un suspiro de sus labios, se levantó aun con pereza estirando su cuerpo mientras las sabanas se resbalaban dejándole expuesto al frío de la mañana.

Se estiró para adentrarse al baño sintiendo el frío suelo bajo sus pies, soltó nuevamente un suspiro, cansado de la soledad

Cerro los ojos mirando hacia la cama vacía, una imagen cual espejismo llego a su mente allí estaba un albino durmiendo tranquilamente al abrir los ojos la profundidad violeta que eran estos le miraron y una curvatura en sus labios en forma de sonrisa se formó.

-Buenos días –Pronunciaron aquellos labios sonriente, pero aquella ilusión se deformo demostrándole su estado de soledad –

Maldijo por lo bajo ante aquella imagen que se difumino ante sus ojos, gruñó por ello para comenzar a vestirse y salir a lo que era su trabajo.

Que más contar de un día cotidiano de lo más aburrido, suspiro por ello sobándose el hombro extrañando los días escolares más que lo rutinario de su vida como trabajador.

Pero más que nada se despreciaba a sí mismo en estos momentos por andar viviendo de viejos recuerdos y anhelado poder regresar atrás había tantas cosas que necesitaba arreglar.

Suspiro ingresando al bar de siempre necesitaba un buen whisky en las rocas, un ambiente relajante y perderse en sus abismos.

El ambiente del lugar era ameno, una buena música instrumental que llegaba a lo más recóndito de tu alma perforando en heridas y oscuridad que jamás podría pensar, se acercó a la barra pidiendo el whisky.

Por el rabillo del ojo noto una inusual cabellera armiña, su mirada se amplió al verle allí como si fuera aquel espejismo que se aparecía todas sus mañanas, aquella mirada violeta perdida en la nada de sus profundos pensamientos, oculto en el rincón del bar, aun con el vaso en mano sus pies se movieron hasta donde estaba.

-. . . –no sabía que pronunciar las palabras se habían atorado en su garganta tal vez solo era otra ilusión una de tantas de su enloquecida mente –

-¿qué haces aquí? –Aquella voz oírla nuevamente el cimbraba el alma –

-Te vi –Menciono –

-Tu siempre tan observador ¿no? –Manifestó con burla volviendo su atención al grupo musical–

-Solo necesitaba un whisky y buena música, por eso vine –Pronuncio tomando un trago y recostándose a la pared como estaba su ahora acompañante –

-Supongo que los dos buscábamos lo mismo hoy ¿eh? que gracioso –Respondió –

-Hay tantas cosas de que hablar ¿no? –Su acompañante suspiro –

-No deseo hablar de eso –Se iba a alejar cuando le sostuvo la mano –Yasuo suéltame ahora.

-Por favor escúchame Varus –La mirada decidida del albino era un corte tajante, un odio profundo habitaba en esa mirada violeta –

-¿por qué debería? –Mascullo –

-Para cambiar todo –Respondió –

-Tsk... no se pueden cambiar estos cinco años Yasuo –Se soltó mirándole serio –simplemente no sé puede.

Malas palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora