Impossible

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Los padres siempre les aconsejaban a sus hijos que tomaran precauciones a la hora de enamorarse de alguien. Ni Barry ni Cisco entendían el porqué de ese consejo hasta ese día.

—Así que esto es todo. —Dijo Cisco con la voz entrecortada —No hay nada más que decir, este eres tú terminando conmigo.

Barry metió las manos a sus bolsillos y fijo su vista en cualquier parte excepto en Cisco. El sabía que si veía por un segundo a Cisco, si lograba ver aunque sea una lagrima correr por su mejilla, se tiraría a sus brazos y le pediría perdón mientras estampaba sus labios con los de él.

—Cisco, lo siento pero no puedo seguir así. —Dijo Barry tratando de sonar calmado —Esto es muy difícil.
— ¿Enserio? —Pregunto con ironía — ¿Y crees que esto es muy fácil para mí? Tú me prometiste que íbamos a tratar de que esto funcionara.

—Lo sé.

—Entonces, ¿qué paso para que dejaras de luchar? —pregunto dolido mientras su voz se quebraba por las ganas de llorar.

Barry poso sus ojos verdes en Cisco y por primera vez lo vio realmente mal. Estaba con los ojos rojos y lágrimas corriendo por sus mejillas. Barry inhalo profundamente tratando de no mostrar debilidad alguna.

Los sentimientos que el velocista sentía por su compañero de trabajo, y pareja, no habían cambiado para nada. El seguía amándolo, con la misma intensidad que el primer día, pero aunque intentaran llevar una relación normal, ambos sabían que las cosas no eran normales.

Desde el momento en que anunciaron la relación a sus amigos hubo complicaciones. Esta noticia había sido una sorpresa para todos, pero terminaron aceptándolo y deseándoles lo mejor a la pareja, aunque los chicos sabían que sus amigos dudaban de si la relación iba a funcionar o no.

En su círculo de amistades, ni Barry ni Cisco se sentían extraños, incluso parecía que no había pasado nada. Todos siguieron su vida normalmente, incluso ellos. Pero ¿qué pasaba cuando salían a una cita? Ahí estaba el problema.

Podía ser que el ver a dos hombres como pareja ya no fuera algo tan alarmante o tabú como lo era antes, pero seguía dando de qué hablar. Cuando Barry y Cisco salían a comer o a tomar un café y mostraban una mínima forma de afecto hacia el otro, rápidamente algunos los veían mal y otros criticaban. Al principio, a la pareja no le importaba pero conforme pasaba el tiempo los comentarios empezaron a afectarlos, sobre todo a Barry. Y no era que al portador de Flash le avergonzara salir públicamente con su pareja, pero los comentarios ofensivos era algo que siempre lo habían hecho sentir incómodo.

Trato arduamente de no hacerles caso pero la presión de la sociedad había ganado y eso nos traía de vuelta a la situación actual: Barry Allen estaba terminando su relación con Cisco Ramón.

—Barry, por favor di algo. —le rogo Cisco después de varios minutos en silencio absoluto.

—Tal vez esto fue un error, igual que hacer promesas vacías. —dijo en tono serio. Cisco lo miro asombrado, no podía creer lo que estaba escuchando.

—Con “esto” ¿a qué te refieres? —Pregunto molesto — ¿A nosotros? ¿A nuestra relación?

Cisco vio como Barry bajaba la mirada apenado y esa fue la señal para saber que todo estaba acabado y no había marcha atrás.

—Perfecto. —susurro Cisco lo suficientemente fuerte para que lo escuchara.

Limpio sus lágrimas y camino pasando a un lado de Barry dándole una última mirada, rezando en su mente que Barry se diera cuenta del error. Pero Barry solo se limitó a soltar un suspiro y caminar en dirección contraria a su, ahora, ex novio. Cisco puso una sonrisa que no reflejaba más que tristeza y volvió a caminar pero a los pocos pasos se detuvo y se giró.

— ¡Barry! —grito, Barry se detuvo y se giró hacia él. —Si vas a darles la noticia mínimo ten el valor de decirles la verdad.
Barry lo miro confundido. —No te entiendo.

—Sé que el equipo te preguntara sobre lo que acaba de pasar, así que diles la verdad.

—Barry iba a volver a hablar pero Cisco se adelantó —Diles que, aunque rompiste mi corazón y traicionaste mi confianza, el tiempo que estuve contigo fue el mejor de mi vida, en ese tiempo me sentí más feliz que nunca.

Sin saber cuándo había empezado a descender de nuevo, Cisco se limpió unas lágrimas de sus mejillas. Barry trago saliva y dejo por fin que las lágrimas salieran de sus ojos y asintió. Ambos se miraron una última vez para después seguir con su camino, habían terminado pero debían seguir adelante, no importando cuán difícil fuera ni cuanto doliera.

Los padres siempre les aconsejaban a sus hijos que tomaran precauciones a la hora de enamorarse de alguien. Ni Barry ni Cisco entendían el porqué de ese consejo pero ahora lo entendían.

El amor es un arma de doble filo: disfrútalo y te sentirás en el cielo, dáñalo y sentirás como si una parte de ti muriera.

Impossible | BarriscoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora