Nada es como parece. (Niall Horan y tú)

Capitulo 18

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Niall me miraba fijamente a los ojos con una sonrisa en la cara mientras que yo todavía estaba en shock. ¿Me había besado? Sí. Me había besado. ¿Por qué? Este chico es bipolar, aunque yo también lo era... Pero él más. Me decía que le gustaba, me ignoraba durante una semana y ahora me besaba. No entendía nada. Gracias a él acabaría en un psicólogo. Pero la verdad es que tenía que reconocer que esa alegría que tenía dentro hacía mucho que no la sentía. Era muy inexplicable. Pero tal vez a Niall no le parecía lo mismo que a mi. Es decir, yo estaba enamorada de él, ya con este beso lo tenía clarísimo, pero él nunca me había dicho que estaba enamorado de mi, y es normal. nos conocemos desde hace menos de tres meses y lo único que hemos echo a sido discutir, pero él era diferente, para mi lo era. Me hacía sentir cosas inexplicables, cosas que nadie antes me había echo sentir.

Niall seguía mirándome esperando a que yo le dijese algo...¿Pero que iba a decirle? Oye, gracias por sacarme de clase en contra de mi voluntad y además besarme, que por cierto, besas muy bien. No. Yo, mientras tanto, empecé a jugar con mis manos y a mirar el suelo. Estaba muy avergonzada, no sabía como tomarme lo que acababa de pasar. ¿Y si ahora él pasa de mi otra semana? Demasiadas preguntas. 

- Em... - decidí romper el silencio. - Será mejor que vayamos, digo, vaya a clase. - no le estaba mirando mientras hablaba, sentía mis mejillas arder y eso significaba que estaba sonrojada, además estaba nerviosa y yo no quería que me viese así. - Hasta luego, supongo... 

- Vale.

Empezó a andar a mi lado mientras yo notaba como tenía una sonrisa triunfante en la cara. Yo seguía sin mirarle. Cuando estaba apunto de entrar en clase note como me cogía del brazo y me hacía dar la vuelta, pero yo seguía mirando el suelo. Me parecía muy interesante en este momento.

- ¿No vas a darme un beso de despedida? - vale, ahora si que estaba nerviosa. ¿Qué dice?

- Yo... Em.... Pues la verdad... - me cogió de la barbilla, obligándome a que le mirara. 

- Demasiado inocente. - me dio una sonrisa picara mientras dio media vuelta y desapareció entre los pasillos mientras el timbre sonaba indicando que se habían acabado las clases.

Cuando entré en clase a por mis cosas, encontré a Leire con mi mochila en la mano, mirándome de una manera bastante preocupante. De repente se puso a gritar y a dar saltos. Oh no. Interrogatorio a la vista. 

Acabamos las clases que nos quedaban y no vimos a las demás chicas, pero al menos Leire estaba conmigo. La invité a venir a mi casa -ya que no tenía nada que hacer- y ella aceptó encantada. La acompañé a su casa a dejar su mochila y fuimos a la mía. 

Mi madre no estaba, lo cual significaba que estaríamos solas. Merendamos algo mientras mirábamos MTV en la tele. Terminamos de comer y subimos a mi habitación, eso si, no antes sin recoger y limpiar la cocina. Cuando estábamos en mi habitación, Leire -como no- fue corriendo hacia mi cama y se tumbo boca abajo mientras sus manos cogian su cara. Ya empezamos. 

- Cuéntamelo todo ya. - exigió intentando ocultar una sonrisa. 

Le conté todo lo que había pasado, bueno, tampoco es que hubiera mucho que contar pero yo estaba bastante feliz a medida que se lo contaba y ella se dio cuenta. Cuando hablaba de él no podía ocultar mi sonrisa, era algo inevitable. Aunque estuviese siempre discutiendo con él, le quería. Sí, y parece raro que lo reconozca, pero es la verdad, y cuanto antes lo reconozca mejor. 

- ¡No me lo puedo creer! - gritó mientras saltaba encima de mi cama, deshaciendola. Será cabrona. Pues luego me hará la cama ella. 

- Tampoco es para tanto.