practica

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Tanta pelea contra si misma dio, para terminar dandose cuenta de lo que por años negó, ella era sólo el juguete de Arthur. Una muñeca de porcelana guardada por años para después de que alguien la encontrara la cuidara y reparara sus imperfecciones, esa era agustina, una muñeca tan protegida y codiciada por años por los fuertes que probaban de su gentil compañía. Una muñeca tan codiciada, utilizada con el simple fin de probar hasta que punto llegaban los encantos de Sir Arthur Kirkland, un caballero con basta experiencia en la marina, gran poder adquisitivo, y cercano a la reina. Pero lo que llamo la atención de la castaña fue su gentil sonrisa, su inteligencia y astucia, rasgos no muy reconocidos en el mayor. Por muchos años observó de reojo a ese señor que siempre le daba problemas a su padre y cuestionando el por que le tenía tanto odio, a lo que el otro veía no mas que una pequeña sin ningún valor pero que poco a poco pasaba de una simple niña a una mujer con grandes dotes en la oratoria, la manipulación y el encanto. No tardaron en congeniar, y a escondidas del padre maquinar bailes al son del viento de la noche que mecía las olas como si de cristal se tratase, de unir sus labios para probar hasta que punto su cordura permanecía en sus cuerpos. La muñeca fue robada de su descubridor para poder ser acariciada por primera vez, descubrir que una simple caricia en la mejilla podía expulsar todas las malezas que invadieran su ser y dejar que los soplos del frío viento de otoño no se sintiesen. Una muñeca cuidada por un antiguo pirata, un pirata de actitudes rudas y frías que simplemente se aburría y decidió robar algo para pasar el tiempo; la muñeca olvidada. No sintió pena alguna por la muchacha, ya lo había hecho con cientos, una mas no le afectaría.

reto: no tengo idea de como se llama el reto realmenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora