La habitación de April jamás se había sentido tan acogedora como hoy. El mundo entero parecía estar en pausa mientras exploraba su cuerpo, definitivamente no existia el tiempo mientras estaba a su lado.
La observé dormir unos minutos, quizás fueron horas, ella parecía un ángel, todo a su alrededor no era nada, era perfecta.
No aguanté la tentación de besar todo su cuerpo nuevamente, así que me dispuse a despertarla con suaves y delicados besos en sus hombros, tras varios de ellos April se removió entre las sábanas y posó sus hermosos ojos sobre mi.
- Hola dormilona - dije depositando un beso en su boca, empezó como un beso inocente pero en cuestión de segundos estaba lleno de intensidad y pasión.
- Connor - logro decir April entre nuestros besos, fue algo inaudible, más bien parecido a un dulce gemido de placer, lo que consiguió calentarme por completo.
Me posicioné sobre ella, rozando el sur de nuestros cuerpos haciéndola gemir nuevamente. Me tome un momento para observar una vez más su hermoso cuerpo desnudo, memoricé cada uno de sus lunares, en especial esos dos que tenía en el lado derecho de sus caderas y me hacían perder el control, sin perder tiempo empecé a acariciar su abdomen y sus pechos solo para observar en su rostro esa cara de placer que tanto me exitaba.
Nuestro juego no duró mucho pues unos minutos después teníamos al imbécil de Lucas llamando en la puerta de la entrada, escucharlo pronunciar el nombre de April después de todo lo que había hecho ese día despertaba una inmensa ira en mi.
April se levantó de la cama sobresaltada buscando rápidamente su ropa, podría decir que hasta estaba asustada de escucharlo ahí. Yo solo me limité a imitarla y vestirme.
La vi colocarse sus bragas, tomar mi camisa y ponérsela, le quedaba lo suficientemente larga para apenas cubrir su deseable trasero, yo me limité a tomar mis pantalones mientras disfrutaba de la maravillosa vista que ella me ofrecía.
La observé pararse dudosa en la puerta de la habitación cuando estuvo lista y decidí tomar el control de la situación.
- Yo abriré la puerta - dije en un tono un poco dominante - tu quédate arriba con Hayden.
Salí de la habitación y me dirigí escaleras abajo con intención de partirle la cara a Sparzza, cada vez que golpeaba la puerta con más intensidad mi rabia aumentaba por igual.
Cuando abrí la puerta vi como el rostro de Sparzza perdió color abruptamente.
- Donde mierdas está April - grito al verme intentando entrar a la casa.
Le di un empujón haciéndolo tambalearse hacia atrás.
- Vete a la mierda Sparzza, deja de joderle la vida a April, déjala en paz de una vez y ve a revolcarte con tus zorras - escupí con rabia.
Volvió a pararse frente mi retandome, intentó empujarme con su cuerpo para hacerme a un lado de la puerta lo cual unido a la adrenalina que recorría mi cuerpo llevó mi paciencia al límite y estampé mi puño en su cara haciéndolo caer de golpe en el piso de la entrada.
- Maldición - le oí decir mientras se limpia el poco de sangre que había hecho salir de su boca por el golpe.
- Estás colmando mi paciencia Sparzza, será mejor que te vayas, de lo contrario llamaré a la policía, estoy seguro que tu padre está harto de que seas un imbécil y dudo mucho que te ayude esta vez - solté con desdén, usando mis palabras como cuchillos - déjanos en paz y lárgate de un vez por todas - dije finalmente cerrando la puerta en su cara.
Cerré los ojos y me recosté de la puerta tratando de calmarme, respiré profundo hasta que la adrenalina fue bajando y recobraba el control de mi cuerpo.
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La puerta
Teen FictionLa vida de una joven adolescente nunca ha sido fácil y April Morgan estaba lejos de ser la excepción. Luego de tener un horrible accidente automovilístico, su vida dio un giro de 360 grados al descubrir que todo en lo que había creído no era real. ...