Puedes vivir en un cuento de hadas, pero la realidad es mucho mas sincera...

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Cuando le conocí tenia 5,000 seguidores en instagram y unos ojos robados al Pacífico. Inmediatamente quise formar parte de su vida. Para entonces él tenía 18 años. Era un surfista mediocre que mal vivía en Hawaii. Pasaba las mañanas surfeando y las noches de fiesta. Su vida era una sucesión de olas y daiquiris. Todos sus amigos eran guapos y el ni ellos parecían necesitar dinero. Su única nomina eran los likes de sus seguidores en Instagram.
Esa noche dormimos juntos en mi hotel. Le pregunte si solía acostarse con mujeres tan menores. Se rió y no dijo nada.
Volví a California. Y cada noche, cuando volvía caminando a casa, las palmeras me recordaban su cabello alborotado. Luego aparcaba y abrazaba a mi novio. Y nunca me acostaba sin haberle dado un like, oh al menos stalkearlo, a su lado me sentía insignificante. Tenía 87 seguidores.
Tres semanas después, le escribi un DM. "Hola Jay. Espero que te acuerdes de mi. Aunque entendería que no lo hicieras. Te escribo porque llevo días dandole vueltas a una idea. Creo que podría convertirte en una estrella. Solo necesitamos Instagram. Créeme. Conozco acerca de la industria del entretenimiento y se como funciona esto, ven a visitarme a Los Angeles y tendré un plan bien desarrollado. Lo veo muy claro. Esto podría cambiar tu vida, espero tu respuesta".
A los dos dias Jay estaba en un avión.
No, no era una estrategia para volver a verlo. Bueno si, pero no solo. Creí honestamente todo lo que le había dicho, yo miraba más Instagram como una fuente de negocios, la fábrica de sueños ya no era Hollywood. Ahora todo el mundo lo llevaba en la bolsa. Alguien con su magnetismo y estilo de vida, podría ser una mina de oro. Si amí, una actriz de 14 años que vivía en Beberly Hills me daba envidia, el efecto que el provocaría sobre la gente mediocre sería devastador. Y no hay nada más valioso en Instagram que dar envidia. Pero, colgado de sus fotos del océano no hiba a llegar a ninguna parte, había que construir un personaje.
Cuando Jay entro a mi "oficina" Alexis ya estaba ahí. Dios, como la odiaba. Era la hija de un ejecutivo discográfico al que había conocido hace un tiempo. Era la típica niñita de Beberly Hills obsesionada con la fama. Pero cuando su padre me dijo que se había aficionado al surf, supe que la necesitaba. Y cuando ví el modo el modo en que miraba a Jay, supe que había acertado.
Les conté el plan. Iban a fingir que eran pareja. Iban a viajar por el mundo de paraíso en paraíso. Harían surf, se tirarían en paracaídas y nadarían con tiburones. Y lo harían juntos a dos personas que documentarían todo. Fotos para Instagram, videos para YouTube, directos para Facebook. Les iban a enseñar al mundo lo que era una vida perfecta. Durante medio año me ocuparía de todos los gastos. A partir de entonces calculaba que ya podríamos estar generando los suficientes ingresos publicitarios para que el proyecto fuera autosuficiente. Cuando hubieran beneficios iríamos al 33%.
A las pocas semanas, ambos habían ganado decenas de miles de seguidores.
La química entre ambos era perfecta. Algunas webs empezaron a dedicarles artículos, hablaban de un "cuento de hadas".  Pero yo sabía que eso era imposible. Cada ves que Jay volvía de Los Angeles el junto con Alejandro (el mejor amigos de Jay) pasaban un fin de semana en su casa de Malibú. Fumaban hierba, bebían tequila y follaban.
Y aveces ami me entraban ataques de celos, y le preguntaba sobre las fotos que subía con Alexis en la cama. Y el me decía que eran las que más likes tenían. Y yo bromeaba diciéndole que me obligaría a hacerle unfollow. Y él se reía.
Pasaron los meses y el plan empezó a dar sus frutos. Ambos estaban cerca del millón de seguidores en Instagram. El canal de YouTube tenían casi 100,000 subscriptores y cada día habían más reproducciones y likes en Facebook. Los números empezaban a salir.
Pero algo se había torcido. Hacía dos meses que solo hablábamos por mail. Yo sabía que el había estado en la ciudad y no me había dicho nada. Y sus fotos con Alexis cada vez eran más cómplices. Sabía que lo hacían porque era lo mejor para el negocio. Y, sin embargo, estaba tranquila.
No sentía celos de Alexis, sabía que Jay no sentía la las mínima atracción por ella, el mismo me lo había confesado. Pero, precisamente por ello, su distanciamiento era preocupante. No me daba miedo que esa niñita caprichosa me quitara un ligue. Lo que me daba miedo era que me quitara el negocio.
Poco tiempo después, ellos mismos confirmaron mis sospechas. Recibí un mail larguísimo de Jay. En él me agradecía todo lo que había hecho por ellos. Y me anunciaba que, a partir de ese momento, querían ambos gestionar su carrera por sí mismos. Que Alexis y el preferían ir por su cuenta.
Me gustaría haberle dicho lo que pensaba. Decirle que, si no fuera por mi, seguiría en Hawaii muerto del asco. Compartiendo esa cabaña de 50 metros cuadrados con esos cuatro colgados. Ligándose a tipas ricas, que lo agarran de ridículo en las fiestas. Colgado de fotos del océano y mirando al horizonte sin saber cómo alcanzarlo.
Me gustaría haberle dicho que no se fiara de Alexis. Que solo lo estaba utilizando. Me gustaría haberle hecho saber mi odio por esa niña consentida. Explicarle los pocos escrúpulos que tenía esa hija de papi. Avisarle de que acabaría dejándolo tirado.
También me gustaría haberle dicho que lo hechaba de menos, pero mantuve la cabeza fría. Y simplemente le contesté que me gustaría que nos miráramos para discutirlo mejor. Pero me dijo que no. Que la desición ya estaba tomada, que lo habían pensado mucho y que no había vuelta atrás. Que habían hablado con un abogado y que, en todo caso, él se pondría en contacto conmigo. Ahí fue cuando me enfade. Sabía que ese sábado tenían que volver a Los Ángeles, empeze a hacer mi plan.
Lo primero que hice fue cancelar las tarjetas de crédito que les había dado a cada uno. Así no podrían pedir un Uber con antelación y tendrían que salir a la calles hacerlo. Ahí estaría mi conductor, preparado para recogerlos. El los llevaría a mi casa de Malibú y yo los seguiría.
Desde el coche observé como mi conductor los hizo entrar a mi casa a la fuerza. Una vez en la casa, empezamos a discutir. Les dije que estaban muy equivocados si creían que podían seguir con su vida sin mí.
Que por muchos seguidores que tuvieran, en la vida real no son nadie. 
Que con tres llamadas podía acabar con sus carreras para siempre.
Jay agachaba la cabeza, pero Alexis no paraba de gritar, era de esperar, Dios, como odiaba a esa zorra. Me amenazó con la influencia de su padre, me dijo que lo sabía todo de mi. Que sabia que estaba en esto porque no podía soportar la idea de que Jay se valiera por sí mismo. Me dijo que me olvidara de él, me dijo que se querían.
En ese momento se me nubló la mente. Agarre una botella de tequila y se la lancé. Le dio un golpe seco en la cabeza. Cayó desplomada. Su melena rubia se tiñó de rojo en cuestión de segundos.
Jay quedo paralizado, me miro durante unos segundos y luego se abalanzó contra mi. Lo intenté detener con un brazo. Quise besarlo. Pero el no dejaba de golpearme. Yo lloraba, le dije que se calmara, que juntos podríamos llegar aún más lejos que con ella. Me llamo loca. Me mando a la mierda. Dijo que no quería saber más de mi mientras caminaba hacia la puerta.
Entonces me di cuenta de que la botella que le había lanzado a Alexis no estaba rota....
La agarre y me abalanzó me sobre Jay por la espalda. Y le di en la cabeza. Cuando cayó al suelo seguía teniendo el cuello sangrando, y los vidrios a la mitad sangrados, entonces tome uno grande, y empeze a clavárselo en la cara con todas mis fuerzas....una y otra vez... hasta dejarlo irreconocible.
Espere hasta la noche para dejar los cadaveres en el pick-up. Conduje tres horas imedia hasta llegar al desierto. Y ahí con la ayuda del conductor, que en realidad era un matón que me había recomendado el padre de Alexis, enterré los cadaveres. Lo único que necesitaba de ellos eran sus teléfonos móviles y sus ordenadores. Y eso ya lo tenía. Al día siguiente publiqué una foto de perfil de Jay y Alexis anunciando que iban a pasar un mes a Indonesia.
Desde entonces eh seguido subiendo una foto cada día, eh contestado todos y cada uno de los mails que han recibido. Todos los wathsapp. Suelo hacerlo con vaguedades. Pero por ahora nadie parece sospechar nada, nadie parece hecharlos de menos en el mundo real. Ambos siguen ganando miles de dolares cada día, y aún no sales de su "perfecta vida en Instagram"...

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⏰ Last updated: Dec 28, 2016 ⏰

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"El oscuro secreto de la pareja mas envidiada en instagram" Where stories live. Discover now