Capítulo dos

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-¿Puedes con eso, Jimin?- dijo Taehyung viendo como su amigo luchaba para ponerse la corbata.
-N-no, ayúdame. Odio tener que usar esto.
-No nos queda otra opción que obedecer, Minnie.
-¿No podemos escaparnos cuando nos saquen de aquí?
-Sh, silencio. No nos pueden oír.- abrieron la puerta repentinamente.
-Espero que estén listos, malditos escuincles.
-S-si señor.- dijo tímidamente Taehyung.
-Salgan.- dijo el sujeto empujándolos por la espalda hasta la puerta.
Afuera dos hombres más aguardaban por ellos, el camino estaba casi a oscuras por lo que no pudieron verlos, unos de ellos sin previo aviso le colocó una bolsa de tela en la cabeza a Jimin.
- ¡Suéltame! ¿Qué nos harán? ¡Taehyung!- gritaba el joven entre sollozos.
-¡Cálmate, mocoso!- el sujeto que había entrado a su habitación momentos antes le dió un golpe en las costillas.
-Es política del lugar, los esclavos no pueden saber dónde están. No es por mí, es por su seguridad.- Jimin sintió miedo, más aún cuando sintió esa áspera voz provenir de quién lo sujetaba.- No se preocupen, llevan poco tiempo aquí, no creo que los hagan exhibirse.
Terminaron el recorrido, el hombre los ingresó en una sala que olía a lavandina, les descubrieron la cabeza y los empujaron contra la fría pared.
-Ustedes son los nuevitos.- dijo un tipo robusto en tono de burla.- estarán a prueba por un tiempo, limpiaran el lugar cuando se les indique, tendrán un horario cada uno.
-Y el que no obedezca, no sabe a lo que se enfrenta.- habló otro.
-Agarren los materiales y comiencen a limpiar aquí.- Todos obedecieron, al fin y al cabo no podían hacer nada para evitarlo.

                         ***
El infierno comenzaba nuevamente, con el paso de los días podía jurar que el recorrido de su hogar hasta la empresa se volvía más y más largo. Llevaba su usual vestimenta, un traje negro, camisa blanca, zapatos color beige y una corbata del mismo color.
-Señor, hemos llegado.- habló el chofer, su jefe se encontraba sumergido en sus propias ideas, por no decir que otra vez se había dormido en el asiento trasero.
-Disculpe.- dijo soltando un gran bostezo.- hasta luego.
Bajó del lujoso auto, el Sol golpeando su pálido rostro provocó que su humor se tornara insoportable.
-Buenos días.- saludaban los empleados a medida que caminaba por los extensos pasillos.
-¿Ya tienes lista la agenda de hoy?
-Sí, mi señor. A las nueve tiene reunión con el embajador de China, a las diez y media debe presentarse en la sala de conferencias, a las doce hay programado un almuerzo con los presidentes de "SK Group", y mañana por la tarde debe volar a Suecia.- el asistente iba casi corriendo para llevar el ritmo de caminar de su jefe.
-¿Suecia?
- Su tía le ha enviado una invitación a su boda.- Yoongi soltó un gemido de frustración.
-¿Eso es todo?- dijo el rubio sentándose detrás de su gran escritorio a la vez que revolvía sus cabellos.
-Esa es toda la agenda de hoy, señor.- otra asistente entró por la puerta cargada con papeles.
-Buenos días, señor. Aquí traigo bocetos y correos que han enviado los inversores, debe mirarlos.
-Bien, gracias. Los llamaré si los necesito, pueden retirarse.- ambos empleados hicieron una reverencia y comenzaron a caminar hacia la salida.

Slave - Yoonmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora