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Al abrir los ojos de golpe me volví frenética, mis movimientos no tenían coherencia, sentía el sudor resbalando por mi frente
Deje de jadear cuando sentí más de cerca a Rafael, me tomó de la cara y me obligó a verlo
Ojos verdes
-¿quien era ese?- pregunta, y me eché a llorar, lo extrañaba, y yo lo maté
Rafael dió masajes mi espalda pero lo aparto
-oye tranquila cariño- se mueve de lugar quedando pegado a la ventana, hice respiraciones regulares y profundas hasta detener el llanto
-Ada- escucho la dulce voz de mi hermana
-ahora no Vee- digo duramente, ella pedía respuesta, pero no podía dársela ahora
Ella asiente y me regala una sonrisa triste, después va a dormir.

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Llegamos a un vecindario, todo parecía normal, familias riendo, novios besándose, ancianos sentados en los escalones de su casa, niños volando cometas
-ahí- señala Rafael, mi hermano se estaciona en frente de la casa y la miramos
-vaya- se sorprende Rafael
-¿qué ocurre?- pregunta Gab
-nada, solo que...esperaba verla abandonada- y se baja del auto, camina a la puerta y toma el cerrojo, espera unos segundos para después girarlo y adentrarse en la casa
-¿se cree el dueño a caso?- pregunto yendo hacia él molesta, entro a la casa y parecía que no había nadie
Del lado derecho parecía haber una sala, había fotos de una mujer, de niña, de cuando se graduó
Atrapé a Rafael admirando una foto en su mano, parecía nostálgico
-¿la conoces?- me mira frustrado por un momento, pero parece que se da cuenta por mi reacción confundida
Su facciones se suavizan y sonríe coqueto
-no, pero es muy guapa ¿no crees?- se guarda la foto en el bolsillo trasero de sus vaqueros, me encogí de hombros y seguí buscando, no sabía qué pero algo debía aparecer
-¿seguro que la perso...- lo demás lo reemplace por un pequeño grito por el susto, Rafael me había jalado del brazo y me colocó detrás de él mirando cuidadosamente a todos lados
-ya sal, te encontré- dice mientras ve detrás de la barra
Una cabeza se iba asomando, de un hombre, un demonio, creo que lo vi en el campamento, pero nunca entablé conversación con él
-Rafael, que gusto verte por aquí nuevamente-
¿Por aquí?
-no vine a quedarme vine por ayuda, ¿donde está sabelotodo?- el demonio ríe y me mira, sus ojos llenos de reconocimiento
-pero que tenemos aquí, la princesa que rechazó a papi- me estaba haciendo enojar
-¿como vas con lo de tu novio...-
-BASTA, responde solo a Rafael- ordena Gab, el demonio ya no parece divertido y se concentra en Rafael
-Alicia se fue hace tiempo Rafael, la ultima vez que la vi estaba en los bosques en una cabaña con algunos otros-
¿Alicia?
-¿que cabaña?- pregunta Rafael
-junto al lago, le va a dar gusto verte...vivo- dice con una risa, como si fuera un buen chiste
-soy difícil de matar amigo- Rafael se da la vuelta
-¿valió la pena perder las alas por ella, Rafael?- los músculos de Rafael se tensaron, se giró y lo miró
-no lo vuelvas a mencionar, o lo último que oirás será mi risa mientras te aplasto como cucaracha, ¿entendiste?- por un momento el demonio se lo tomó como broma, pero por la mirada de Rafael claramente iba en serio, así que el demonio desapareció
-¿Alicia?- pregunto imaginándome de quien se trataba
-si, es una mujer inteligente, andando- pero lo tomé del brazo
-espera, a caso ¿de cariño le dicen Alice ?- asiente, y lo empujo
-¡nosotros la conocemos, maldición, nos lo hubieras dicho!-
-joder, si ustedes la conocían deberían saber que es buena en muchas cosas- mira a Gab-o me van a decir que no tenían idea- mi hermano parecía avergonzado, respuesta a que no lo sabía
-hago lo que puedo princesa para salvar el pellejo de tu hermana, si hay otra cosa que me quieran comentar, de la que me e perdido, este es el momento- sus ojos parecían ver puntos rojos, pero no era solo por mi, sino por lo que le dijo el demonio
-solo una cosa- le digo, el se aleja un poco para verme bien y escuchar
me acercó a él un paso, y levantó la vista
-no soy, una, princesa- y me fui al auto.

Entre la Vida y la Muerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora