Capítulo 10

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Hace cinco horas atrás, cuando Michael acabó con sus tareas, creí que era buena idea venir a beber y despejarnos del trabajo.

Ahora, quizás no tanto.

-¡You start me up! ¡You start me up...!- me cubrí los oídos para intentar no oír tanto de los gritones cantos de Calvin. Michael se encogió de hombros del otro lado y suspiró.

En medio de nuestra improvisada cena en la barra de ese bar, Calvin se había ido a contestar su teléfono y regresó decaído. Lo primero que hizo, fue pedir un whisky y tomarlo de una sola vez. Michael y yo creíamos que quizás su novia lo dejó o lo despidieron, ya saben, estaba buscando distraerse de las malas noticias.

-¡¡Porque tú y yo, somos el uno para el otro!! ¡¡Pero tú eres una mujer traicionera!!- cantó nuevamente, otra canción a puro pulmón y nuestras dudas se aliviaron. Por desgracia, no cambiaron el hecho de que él seguía gritando.

-Calvin, hermano.- lo llamó Michael y él se acercó tambaleándose hacia nosotros. Michael lo sostuvo a tiempo para que no se cayera.- Es hora de ir a casa.

-No quiero ir a casa, quiero tatuarme su nombre.- balbuceó Calvin con palabras arrastradas.

-Claro, pero iremos a casa por el dinero.- dijo Michael y sonreí alrededor de mi daiquiri de fresas sin alcohol.- Lo siento Jess...

-Está bien, fue divertido mientras duró.- me burlé y me puse de pie para besarle la mejilla a Calvin.- Ya déjala, grandote, no te merece.

-No, no me merece esa perra, pero tú, cielo...- comenzó y Michael lo sujetó con más fuerza para que no se cayera.

-Y tú, otro grandote, es lindo que seas tan buen amigo.- le dije a Michael y rocé sus labios antes de besar su mejilla.- Te veré luego...

-Uhmh, ¿Puedo... Llamarte más tarde?- preguntó, con timidez y asentí en silencio, lo que lo hizo sonreír.- Asombroso, quizás podemos... Salir mañana.

-Claro, solo llámame y arreglamos algo.- respondí con una sonrisa, volviendo a sentarme.- Buenas noches...

-Sí, que tengas buena noche.- me saludó alejándose, tomando con fuerza a Calvin para impedir que se cayera. Se fueron entonces y el sujeto del bar me sonrió mientras limpiaba un vaso.

-Eso sí que estar hasta el tope, ¿No crees?- comentó, hincándose en un codo frente a mí y asentí sorbiendo de mi vaso.- ¿Te puedo ofrecer algo más, delicia?

-Estaré bien con esto por un rato, no soy de las que toman hasta acabar con las bragas por los tobillos.- expliqué, esperando que entendiera que no quería su atención pero eso solo lo hizo elevar sus cejas divertidos.

-Está bien, no me gustan esas chicas.- e inclinándose hacia mí, agregó en un susurro.- Prefiero desaparecer las bragas por completo.

-¡Disculpa! ¿Puedes atenderme?- exclamó una fuerte voz junto a mí, que se oía tan familiar... Oh, no, demonios, no...

-Regreso en un segundo, muñeca.- murmuró el sujeto y se fue hacia mi derecha para atender la voz que lo llamaba.- Señor, ¿En qué puedo ayudarlo?

-Sírveme un whisky en las rocas y mantente alejado de ella.- advirtió y mis dudas se aclararon por completo.- ¿Estás disfrutando la noche?

-Lo estaba... Antes de oírte cerca.- balbuceé, sin siquiera elevar mi mirada. No tenía que verlo, no podía permitirle entrar en mi vida.

-Oh, vamos, no seas así de mala conmigo...- oí su vaso golpear contra la barra y lo peor de todo, era que ya estaba junto a mí.- ¿Te puedo invitar algo?

Crazy Little Things In My Head (Crazy Little Things #1) [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora