Crazy Little Things In My Head (Crazy Little Things #1) [TERMINADO]

Capítulo 11

El elevador no nos hizo nada bien, sobre todo cuando nadie subió a él, dejándonos privacidad. Al salir de él, apenas y pude mantener mi camisa puesta con Harry manteniéndome envuelta alrededor su cintura mientras caminaba hacia mi departamento, golpeándome contra cada pared, con mi boca prisionera de la suya.

-Steel, déjame... Abrir...- balbuceé, intentando rebuscar dentro de mi bolso pero los labios de Harry en mi cuello me hicieron temblar.- Harry...

-No tengo problemas con tomarte aquí mismo.- gruñó contra mi piel, apretándome más sus dedos en mi trasero. Encontré la llave finalmente e intenté buscar a tientas el cerrojo.

-Pero, yo sí... Steel...- balbuceé sobre sus labios y él gruñó una vez más, quitándome la llave de la mano y pronto la puerta estaba abierta, y nosotros dentro.- Vaya, tienes habilidad...

-Ansias, en realidad...- confesó en medio de una risa, cerrando de un golpe mientras me empujaba contra la pared junto a la puerta.- Ya quiero tenerte en la cama...

-No, sillón.- pedí, más porque las ansias podían conmigo como estaban haciéndolo con él y se sonrió sobre mi piel antes de pasar su lengua por la orilla de mi sujetador.

-No, cama, cariño. El sillón es muy pequeño...- exclamó y como si conociera mi departamento por completo, no apartó sus ojos de mí mientras subía el escalón que lo sacaba de la sala y abría la puerta de mi habitación.- Para lo que voy a hacerte...

-No hagas promesas que no vayas a cumplir.- reí, sacándole su chaqueta por los hombros y pronto me dejó caer sobre la cama, arrancándome un grito de sorpresa.

-Voy a cumplir todas mis promesas, eso y más, voy a superar tus expectativas.- comentó seductor, abriéndose la camisa de pie al final de mi cama. Incliné un poco la cabeza para ver el fuerte pecho que estaba develando y entreabrí los labios para respirar por la anticipación.- ¿Te gusta lo que ves?

-Me fascina, solo que no entiendo por qué está tan lejos de mí.- balbuceé, gateando por la cama hacia él y acaricié la cinturilla de su pantalón, haciéndolo temblar o eso me pareció, cuando presioné mis labios contra su ombligo.- No me hagas esperar, ¿Quieres?

-Jessica...- balbuceó, sosteniendo mis manos luego de que había quitado la hebilla de su cinturón.- Ten paciencia...

-Quiero tener orgasmos, no paciencia.- contesté y solo eso se necesitó para que me empujara contra la cama con brusquedad.

-¿Orgasmos? A la orden.- contestó sin decir nada más, quitándose los zapatos de dos patadas y se subió sobre la cama, sus rodillas entre las mías y se inclinó sobre mí para besar mi vientre.

Trepó por mi cuerpo hacia arriba y buscó los ganchos de mi sujetador en mi espalda para quitarlos. Harry me envió una mirada traviesa antes de comenzar a darme tanto placer como estaba pidiéndolo, lengua, dientes y labios.

Eso fuimos durante horas. Manos, labios, lenguas y dientes... Sudor y pasión, coordinados extrañamente, demasiado cómodo para alejarlo. ¿En qué estaba pensando? Harry y yo hicimos esto una vez y le había dicho muy bien que no quería repetirlo, aunque era una mentira, él no lo sabía. Y ahora lo tenía sobre mí, gruñendo, gimiendo mi nombre en susurros, con su mirada hambrienta en mí, con una sonrisa tan cálida en él.

Sus besos marcaban mi piel con fuego, no solo por la pasión sino como lección, de que aunque más quisiera alejarlo, más cerca lo tenía y más deseaba que estuviera cerca. Estaba segura que enloquecería. Había logrado toda la semana olvidar lo que habíamos hecho en su oficina, había logrado ignorarlo a veces, porque la furia lo superaba, de otra forma, cuando cerraba mis ojos recordaba los suyos, brillantes, observándome. Cuando estaba sola, comenzaba a sentir el hormigueo que dejaban sus labios en mí y la sensación que había tenído cuando me había llenado.