Capítulo 12

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El blanco más infinito que nunca creí posible estaba inundando cada parte de mi visión. Luz, neblina, yo veía borroso, no lo sé, sumida en la oscuridad pero cubierta por la luz, una contradicción que no podía explicar ahora.

Un rostro se hizo visible ante mí y una lágrima cayó por mi mejilla cuando lo reconocí. Ahora, no sabía si correr hacia él o aterrarme, porque él no debía estar aquí. Pero lo estaba...

-Papá...- logré decir, con la garganta seca. Él me sonrió, sus ojos azules siendo tan profundos que me sentía en el océano solo por verlos. Se acercó pronto y me rodeó con sus brazos.

-Fresita...- rio contra mi cabello y pronto se deshizo en mis dedos, y solo se rio, su voz retumbando en el infinito blanco.- Hora de ver tu vida frente a tus ojos, es lo que querías ¿Cierto?

Cada recuerdo me invadió entonces, puntadas de dolor corriendo en mi cerebro y a través de mi cuerpo.

"No sabía que pasaba cuando nací, pero vivía con mamá y con un sujeto que me sonreía cuando ella estaba cerca, pero cuando no, me daba bofetadas o empujones. Mamá dejó a papá, o eso creo, y aunque yo quería vivir con él, me lo prohibieron porque "la madre siempre es la más indicada para cuidar a los niños", según la corte familiar. Los abusos del maldito crecieron, a nivel que golpes se convirtieron en cortes, los cortes en huesos rotos y los huesos rotos en todo eso y más.

Antes de que cumpliera los cinco años, papá llegó a casa y me sacó del cobertizo donde Frederick, el bastardo alcoholico maltratador, esposo de mi madre, me encerraba sin darme comida ni agua por días. Me ayudó a escapar y nos íbamos velozmente por la carretera cuando el bastardo nos embistió en su coche. Papá no era un hombre malo, él no sabía como esquivar baches ni como derribar personas. Él solo quería salvarme. Lo único que recuerdo del viaje es que dio vueltas, vueltas y vueltas. Dimos vueltas y la única razón por la que no comencé a gritar ni me alteré demasiado, fue porque la mano de papá estaba en mi pecho, sosteniéndome y diciéndome que todo estaría bien.

No recuerdo que pasó luego, pero en el hospital, mientras estaba internada por tener una pierna rota, en la televisión dijeron que mi padre estaba desangrándose desde el momento del impacto, y que al parecer, resistió lo suficiente para sacarme del auto y llevarme con alguien que pudiera llevarme al hospital. Lo perdí en ese momento y quedé en manos de el bastardo y de mi madre, que no solo era víctima del abuso, sino que no me defendía en lo absoluto.

Frederick murió dos años después, en un incendio provocado por uno de mis cerillos y mucho de su alcohol. Asumieron que fue accidental porque el era un ebrio despreciable que se pudriría en el infierno y debía acostumbrarse al fuego, o eso pensaba yo..."

-¡Basta!- pedí en un grito, regresando al blanco infinito y sentí lágrimas en mis ojos. Papá estaba sentado a mi lado, pero con su risita, volví a la realidad dentro de mis recuerdos.

"...Poco tiempo después, un sujeto llamado Bob, el mejor padrastro que podría existir tuvo la suerte de ser mi cuidador, casarse con mi madre, durante tres años antes de que su ex esposa decidiera que, en el acuerdo del divorcio, la custodia de su hija, que tenía la misma edad que yo, fuera de él y viviera con nosotros. ¿Se imaginan la felicidad de poder tener una hermana? Pues, yo tuve el triple de eso, pero a la inversa.

Lea era una perra odiosa que buscaba cualquier excusa para atacarme, golpearme, lastimarme y maltratarme de cualquier manera existente. Y mi madre, oh, mi madre dejó los abusos físicos para ser una victima de la forma de manipular que Lea tenía sobre ella. "Jessica rompió el jarrón, Jessica ensució la sala, Jessica rompió la pata del gato, Jessica ensució tu vestido, Jessica es la culpable de la hambruna del mundo..." No creí que me merecía vivir con esa chica, no creí que merecía sufrir aun más y aunque no pareciera posible, Lea me empujó de las escaleras una vez en que mi madre la regañó por primera vez. No resbalé por ellas ni me rompí el cuello, porque logré sostenerme de las barandas, pero eso hizo que mis puntos en mi hombro izquierdo, donde Frederick había abierto una herida con un latigazo con una cadena de acero, se abrieran. Me fugué de casa y el único lugar que encontré, fue la casa de mis tíos, quien me habían acogido como una más, pero yo solo veía que era una carga para ellos..."

Crazy Little Things In My Head (Crazy Little Things #1) [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora