-¿Puedes recordarme una vez más qué hago yo aquí?
Albert y Pablo se encontraban andando por la calle, ya decorada con luces navideñas debido a la proximidad de esas fechas; y el segundo no parecía tener muy claro que pintaba él en toda esa historia.
-Tengo que alquilar un traje para la fiesta de cumpleaños de Inés y necesito la opinión de alguien.
-¿Y por qué ese alguien tiene que ser yo?
-Porque ninguno de mis padres podía, y no iré con Inés a por la ropa que voy a llevar en su fiesta.
-Ponte el móvil en la oreja.
-¿Qué?- Le sorprendió la orden repentina.
-Que te pongas el móvil en la oreja; para que parezca que hablas con alguien. Te recuerdo que soy invisible a ojos de los demás, y supongo que no quieres ser el loco que habla solo por la calle.
Se sacó el teléfono del bolsillo y se lo acercó al costado de la cara, tal y como le había propuesto el genio.
-¿Así mejor?
-Ni punto de comparación.- Pero Albert se sentía más idiota ahora que antes; el hecho de que le costara asimilar que Pablo solo era visible a sus ojos debía tener algo que ver.- ¿Los pijos siempre vais de traje a los cumpleaños?
-Sus padres han preparado una cena con toda su familia.- Explicó.- Y el restaurante donde has reservado no es precisamente un McDonald's.
-¿Dejas a su hija y te siguen invitando a restaurantes de lujo? Que buen rollito con los ex suegros, ¿no?
-No saben que ya no estamos juntos.
Pablo se paró en seco.
-¿Perdona?
-¿Qué? Inés dice que no es el momento; que no quiere darle disgustos a su madre.
-¿Cuanto hace que rompisteis?- Preguntó, volviendo a reanudar la marcha.
-Un año, mas o menos.
-¿Y en un año no ha encontrado el momento?
-¿Por qué te indignas tanto?- Albert no entendía el enfado del otro.
-La pregunta es: ¿por qué no te indignas tú?- Y Pablo no podía decidir si Albert era desinteresado consigo mismo hasta dar rabia o si simplemente era gilipollas.
-La dejé delante de todo el mundo después de darme el lote con un tío; se lo debo.
-Y que vas a hacer, ¿estar toda tu vida haciendo lo que ella te pida porque "se lo debes"? Ha pasado un año, Albert; debería haberte superado.
-Ese es el problema. No quiero quedar de creído, pero no creo que lo haya hecho. Lleva unos meses no siendo ella misma: está triste, apagada. Ella insiste en que no le pasa nada, pero yo se lo noto; y odio verla así.
-Vamos, que lo haces porque te da pena.
-No me da pena; lo hago porque es mi amiga. Y los amigos están para eso.
-Ningún amigo debería pedirte que fingieras ser alguien que no eres.
Albert volvió a esconder el móvil en el bolsillo, dando por finalizada la conversación. ¿Por qué era tan entrometido? Darle opinión estilística no le apetecía, ahora opinar sobre su vida y decirle como tenia que vivirla, eso sí; en eso era todo un experto. Si es que a veces no lo soportaba.
Pero lo peor de todo era que, en el fondo, Albert sabía que Pablo tenía razón.
Cuando quiso darse cuenta, el genio ya no estaba andando a su lado. ¿Cuanto hacía que había desaparecido? Él y su estúpida manía de irse sin decir nada. Le sacaba de quicio.
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Como desees
Fanfiction"¿Qué pedirías si un genio con coleta te concediera dos (que no tres) deseos? Albert tampoco lo tiene muy claro." Regalo de amigo invisible para la bella @knightofarthur <3