-¿Tener un súper poder?
-No. Me he pasado media vida aparentando ser lo que se considera "normal"; ya he tenido suficiente.
-¿Aprobar bachillerato con buenas notas?
-Eso ya lo estoy haciendo. Mas o menos.
-¿Cambiar algo de tu aspecto físico?
-No me hace falta.- Bromeó, provocándole al otro que pusiera los ojos en blanco.
Hacía por lo menos una hora que estaban en la terraza de casa de Albert, el genio intentando encontrar un deseo que el señorito pudiera pedir. Pero, como de costumbre y fruto de la desesperación, acababa proponiendo tonterías que sabia de sobra que el chico no iba a aceptar, solo por las risas.
-Eres imposible.- Se quejó.
-Es que no es tan fácil.
-No; pero tampoco es TAN difícil. Llevo el doble de tiempo contigo que con cualquiera que haya servido antes, y no has pedido ni un deseo.
Albert se le encendió una bombilla: tuvo una idea.
-¿Tú que pedirías, si pudieras desear algo?- A Pablo le sorprendió la cuestión; nunca se lo habían preguntado.
-¿Qué desearía? Mmm....- Se lo pensó durante unos instantes, hasta que al final, decidido, contestó.- Seguramente viajar a algún sitio.
-¿Viajar?- Albert no esperaba esa respuesta.
-A cada genio se le asignan cuatro países en los que trabajar.- Empezó a explicar.- A mi me tocaron España, Portugal, Italia y Alemania. Así que a parte de esos sitios, no puedo ir a más lugares; y eso me frustra. Como genio es lo único que está fuera de mi alcance, por eso lo desearía si tuviera la oportunidad.
-¿Y si tuvieras que elegir un sitio en concreto?
-Seguramente sería París. Ya se lo que vas a decir: "la ciudad del amor, que cursi".- El otro soltó una risita.- Pero también es una ciudad en la que se respira arte, llena de rincones que explorar. Además, los macaroons esos que me dijiste que eran originarios de Francia estaban de muerte.
-Yo tampoco he estado nunca en París. La verdad es que me gustaría pasar el día allí.
Se hicieron unos segundos de silencio, en los que Pablo trató de asimilar lo que Albert acababa de insinuar.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Se supone que debo gastar un deseo en convertirte en humano; pero como eso no entra en tus planes, siempre puedes substituirlo por otra cosa.
-Albert, ¿eres consciente de que después de tanto pensar este es el deseo más absurdo que podrías pedir? Cuando acabemos con esto y me olvides, tampoco vas a recordar haber estado en París.
-Me da igual; este es tu deseo, no el mío.
-¿Estas seguro?
-Qué si, pesado; tanto insistir en que desee tonterías y ahora que por fin he decidido pedir algo, el que le da vueltas eres tú.
-No tienes por que hacerlo.- Insistió.
-Ya lo sé, pero quiero hacerlo. ¿Qué tengo que hacer?
-Saca el Cubo de Rubik.- Y así lo hizo, sacándolo del bolsillo del pantalón. Pablo le cogió la mano, quedando el Cubo tapado por ambas.- Ahora pide el deseo.
-Deseo pasar el día en París contigo.
-Como desees.
Una luz cegadora empezó a salir del objeto, tal y como pasó cuando Pablo apareció por primera vez. Cuando, por fin, todo ese destello desapareció, ya no había rastro de su terraza, ni de su casa, ni de Barcelona. Estaban en París.
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Como desees
Fanfic"¿Qué pedirías si un genio con coleta te concediera dos (que no tres) deseos? Albert tampoco lo tiene muy claro." Regalo de amigo invisible para la bella @knightofarthur <3