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- Claire. - Varias personas me zarandeaban y hablaban. - Claire, ¿estás bien? - Abrí los ojos poco a poco, que estaban cerrados después de ver a los mortífagos llevarse a Draco.

Miré a Neville que es quien me hablaba y a Ginny, Dean y Seamus mirándome.

- Neville... - Susurré.

- Vamos, ayudadme. Tenemos que llevarla al Gran Comedor y que Madame Pomfrey se ocupe de ella. - Dean, Seamus y Neville me cogieron por los brazos y las piernas y me llevaron al Gran Comedor. - Ginny, encuentra a Harry, Ron y Hermione. Voldemort volverá cuando se entere de que no están en el Bosque Prohibido. - La vi asentir y se fue corriendo.

Noté como me colocaban en un colchón blando que había libre, y otras personas vinieron corriendo.

- ¡Es Claire! - Gritaban muchos de ellos.

- Necesita descansar. - Dijo Neville, y le dí la razón. Necesitaba descansar o mi cuerpo desfallecería. - Madame Pomfrey, ¿cree que puede hacer que se recupere? - La señora Pomfrey me examinó, pero al final negó con la cabeza.

- Ha sido un ataque provocado con mucha potencia. Lo único que le queda es descansar. - Cerré los ojos al final. - Y tomarse esto. - Volví a abrir los ojos observando el vaso con un líquido amarillento, que no daba buenos ánimos a la hora de tomarlo, que sostenía en su mano. - Tranquila, es solo una poción curativa. No ayuda a curarte al instante, pero sí más rápido de lo normal. - Asentí no muy segura y acerqué mi mano temblorosa hacia el vaso para cogerlo.
Cuando lo hice, miré el líquido con una mueca de desagrado, conté hasta tres mentalmente y, aguantando la respiración y cerrando los ojos con fuerza, me llevé el borde del vaso a la boca, tomando de un trago la poción.
Dejé pasar el líquido por mi garganta, notando un sabor muy desagradable. Era algo que en mi vida había probado, y que rezaba para no volver a hacerlo.

- ¿Y bien? - Preguntó Neville al lado mío. - ¿Notas algo?

- Ya he dicho que la poción no cura al instante señor Longbotton. Tendrán que esperar para que se recupere. - Intervino la señora Pomfrey.

- ¿Cuánto?

- Es diferente para cada persona. No se lo podría decir.

- ¿Cuánto tardó en curarse la última persona a la que le dió esa poción curativa? - La señora Pomfrey tardó bastantes segundos en contestar.

- Cinco días.

- ¿¡Cinco días?! - Gritó Neville. Yo dejé caer el peso de mi cabeza sobre la almohada a la vez que cerraba mis ojos y me pasaba una mano por el pelo.

- ¡Pero ya le he dicho que es diferente para cada persona!

- ¿Y si Claire tarda más tiempo? Estamos en plena guerra. Voldemort vendrá y nos atacará, seguirá matando gente y Claire no podrá moverse.

- Neville... - Susurré con voz débil. - No te preocupes, ¿vale? Todo saldrá bien. Confía en mí, o confía en Harry, Ron y Hermione, y en todas las personas que ahora mismo están esperando a luchar o están luchando ahí fuera. - Acerqué mi mano a la suya para acariciarla. - No te preocupes por mí.

Neville asintió y me mostró una pequeña sonrisa, a la que devolví como pude.
Se dió media vuelta con Ginny para salir del Gran Comedor, pero le interrumpí.

- Neville. - Se giró y se acercó de nuevo. - ¿Puedo pedirte un gran favor? - Frunció un poco el ceño y al final asintió. - Quiero que... busquéis a Draco en el bosque prohibido. - Abrió los ojos como platos.

- ¿Estás loca? ¿¡A Malfoy?! - Soltó una carcajada irónica. - Ni hablar. ¿Por qué debería ir a buscar a ese hurón? - Me quedé seria mirándolo. Esto me iba a costar mucho.

Te quiero, No te quiero || HPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora