Petrichor

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Lucia Carnevalli, una chica citadina hija de 2 importantes cirujanos de la ciudad se encontraba a punto de entrar a la ducha llorando, pensaba en todo lo que había ocurrido en ese día.

Desesperada por la ansiedad se miró en el espejo, sus ojos rojos exaltados por su angustia y su ritmo cardíaco aumentaban lentamente mientras intentaba mantener la calma, su desesperación aumentaba, se dijo a si misma:

—"Piensa en todo lo que hiciste mal, como pudiste arruinarlo así".

Frustrada entra a la ducha con pocos ánimos, enciende la regadera y el agua caliente le quema la espalda. Dando un giro rápido acomoda la perilla del agua fría y pega la cabeza con la pared de la regadera.

Automáticamente y sin poder controlarlo las lagrimas empiezan a brotar de sus párpados y a recorrerle las mejillas, combinándose con las gotas que le deslizaban desde la cabeza hasta los hombros. Por un instante aguantó la respiración buscando sentir calma por un segundo...

Lucía, como cualquier chica de 18 años tenía aspiraciones para su futuro; un poco exageradas e improbables, metas borrosas y decisiones ambiguas en su pasado que le llevaban a no saber ni que quería realmente. En la noche del 20 de enero había cerrado un ciclo importante de su vida. Solo que aún no lo sabía, se sentía confundida; como nadando en el agua fría de un lago congelado sin poder ver. Palpando el hielo sobre su cabeza, aguantando el aliento para no morir y sintiendo como cada hueso y músculo se congelan lentamente. Buscando con desesperación el agujero por donde había entrado en primer lugar.

Volvió en si misma y decidió tomar un poco de shampoo para lavarse su largo cabello rojizo, a lucia nunca le gusto ser pelirroja. Se sentía incomoda, siempre se pintaba el cabello para no lucir su color natural, para ella más que una bendición del azar genético era una pasada de mala suerte. Su corazón saltó y su respiración se aceleró nuevamente invitándola a llorar otra vez; de media vuelta inclino su cuerpo hacía la pared y se sentó en el piso de la regadera mientras sus manos entrelazaban sus piernas semiflexionadas. Con su cabeza posada en sus rodillas rompió nuevamente en llanto sin poder controlarlo decidió soltarlo todo y gritar mientras sollozaba.

—"Que voy a hacer... Ahora que voy a hacer sin ti".

A lo lejos se escucha el sonido de la puerta, era su madre. Llegaba de su guardia, por un momento recordó que eran las 4:20 am y que no había podido dormir esa noche. Se seco sus lagrimas y medito un momento en que excusa diría de porque estaba duchándose a tales horas de la madrugada.

—"Ahora que le diré a mami, debo tener los ojos muy rojos. No quiero que piense que estoy drogada, espero que este tan cansada que no se de cuenta que estoy acá".

Sin poder terminar de ducharse bien, decide apagar la ducha silenciosamente y al salir nota automáticamente que se le había olvidado buscar la toallas para secarse, como el airé frio pasa por debajo de la puerta y como el vapor de la ducha se dispersa en el aire.

—"¡Ah!, y ahora que haré".

Para lucia contarle a su madre, como la ruptura de ella y su novia la mantenía despierta a esa hora sonaba como chiste.

—"No tengo ganas de tener que inventar un nombre para mi supuesto ex-novio otra vez.".

Lucia sabía perfectamente que si decía una palabra, la madre querría saber más y tarde o temprano terminaría siendo descubierta. Por tanto, debía mantener su dolor en secreto como su relación con Sofia había sido lo mejor que le había pasado en su vida y que ahora ya no estaba ahí.

—"¿Que haré para poder secarme?".

Se escucha como Carmen su madre, se prepara desayuno en la cocina.

—"¡No se ha dado cuenta que estoy acá, esta es mi oportunidad".

Abriendo rápidamente la puerta del baño, lucia sintiendo la brisa del pasillo secar las gotas del agua que ya frías, yacían sobre su cuerpo desnudo; tiembla por un segundo y de puntillas camina directo a su cuarto al final del pasillo. Una puerta rosada con varias calcomanías de Hello Kitty y rayones de crayón ya viejos la esperaban. Sin hacer ruido, se desplaza sosteniendo su cuerpo con la pared para no caer al piso en las resbalosas baldosas que bajo sus pies congelados podía ser una caída fácil si no tenía cuidado.

Entra a su cuarto y escucha como los pasos de su madre se avecinan desde el pasillo y recuerda haber dejado la luz del baño prendida. Rápidamente y llena de agua apaga la luz del cuarto y se sumerge en la cama, debajo de las cobijas. Se escuchan los pasos acelerados de Carmen acercarse cada vez más. Se voltea y cierra los ojos, manteniendo el mayor silencio posible.

Carmen irrumpe al cuarto y prende la luz, nota que Lucia está dormida y piensa en que está realmente cansada y que lo que quiere es comer para dormir, luego de una fuerte jornada laboral.

Carmen es una respetada cirujana de trayectoria dentro del hospital clínico de la ciudad, de 54 años de edad, divorciada, de valores firmes y bastante conservadores. Había esa noche perdido al segundo paciente del mes en la sala del quirófano, una sala a la que le tenía cierto aprecio emocional por sus grandes éxitos en el pasado para salvar vidas. Bostezando se limpia los ojos y piensa:

—"Ya no eres la misma de hace 10 años Carmen, necesito unas vacaciones".

Lucía al notar que Carmen ya había abandonado el pasillo y seguía cocinando se dirige a su closet y busca unas pijamas y la toalla para dignarse a dormir. Estaba agotada y necesitaba conciliar el sueño, pensó en un instante en salir a intentar robarle unas pastillas para dormir a su madre; algo que cada vez hacía con mayor recurrencia. Pero tacho la idea de inmediato pensando en que la podrían descubrir.

Siente otra vez el nudo en la garganta y sospecha de que pronto empezará a llorar nuevamente. Así que decide cerrar la ventana al lado de su mesa de noche y acostarse nuevamente, siente la cama mojada pero intenta cerrar los ojos y respirar. Más en lo único que piensa fue en esas últimas palabras que quedaron pegadas en lo mas profundo de su subconsciente, esas ultimas palabras que Sofia le dijo antes de despedirla:

—"Fue un placer, hasta siempre".



MoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora