Ahí estaba. Lo había hecho.
Se había quedado sólo... Otra vez.
Sentado en el frío piso de cerámica blanca y recostado del sillón a sus espaldas, no despegaba su fina vista de la copa de vino tinto número cinco que sostenía firmemente con la diestra. Había perdido la noción del tiempo desde que se echó en ese lugar, y ya que la botella de vino Eiswein estaba sobre la pequeña mesa junto a él, tampoco se había movido de allí, sólo se dedicó a beber y beber hasta acabarla o hasta no poder más.
La gata de a penas seis meses de edad, Nutella, se paseó por todo el apartamento, olfateando cada esquina y husmeando cada oscuro rincón en busca de su compañero de juegos, su repentina desaparición la había desconcertado, y tras rendirse, buscó consuelo en el regazo del profesor. Este le acarició la cabeza suavemente antes de poder servirse otra copa y llenarla hasta arriba.
No se arrepentiría, él había tomado esa decisión por su bien y no daría marcha atrás.
Le había pedido al amor de su vida y madre de su futuro hijo que se fuera de su lujoso apartamento.
Prácticamente, la había echado.
Dicho de esta forma, lo hacía sonar como un desconsiderado miserable, pero lo cierto era que por su mente jamás había pasado la idea de dejarla o rendirse con ella. Levi continuaría cuidándola desde una distancia prudente, atento a todo lo que ____ hiciera, sin mencionar que seguiría manteniéndola económicamente y sin importarle que fuera una mujer independiente. De alguna u otra forma le demostraría que estaba cerca.
Tomó un gran trago de vino y echó la cabeza hacia atrás, clavando su vista en el cielo raso.Sin embargo, su falta de tacto al momento de tratar el asunto provocó que ____ se enojara mucho con su persona. La había herido a propósito y no se lo perdonaría, pero de algo estaba seguro y era que esto no significaba un adiós.
Entonces, ¿por qué la soledad se sentía tan abrumadora en ese instante?
Ya habían pasado tres días desde su discusión, cuando después de la paliza recibida, llegó a la conclusión de que la vida de su amada correría peligro si continuaba a su lado. Al hacérselo saber pudo observar que en su rostro se reflejaba un triste desconcierto que le dolió en el pecho. Lo recordaba todo muy bien y con la misma amargura de aquel día.
-No estoy de acuerdo, Levi - le dijo con firmeza y sin apartar la vista. Desde que había conocido a Levi, había descubierto que si alguien podía discutir a la altura del enano, ese alguien era ella -. No me importa que pueda suceder, estaremos bien. Yo quiero estar contigo pase lo que pase.
-Eso no será posible - sentenció apartando la vista y alejándose de su lado. Su tenacidad era sorprendente, pero cuando ____ acunaba sus frías mejillas en las cálidas palmas de sus manos, dejaba de ser el hombre más fuerte de la humanidad, y no podía permitir que eso le ocurriera en ese momento.
-Pero, ¿por qué? ¿Por qué te empeñas en que tenemos que separarnos? - sin obtener alguna respuesta de su parte, sólo lo vio caminar hasta la ventana y recostarse del marco de la misma.
Era la segunda vez que discutían esa noche. La primera vez que Levi le habló sobre el no poder continuar estando juntos había sido en el momento en que sus heridas eran atendidas; no importó que hubiera usado palabras claras, ____ se desentendió de ello y le miró como si hubiese oído una mala broma. Esperaba que al enfriarse su cerebro, desistiera de aquella loca idea, pero si hablaba en serio entonces no sabría que hacer ya que Levi no cambiaría de opinión, y eso le asustaba.
El silencio dentro de la habitación se prolongó por un par de minutos. Levi insistiría una vez más, aunque con una postura diferente. No tenía otra opción y -en aquel instante- se convirtió en el hombre frío e indiferente que lo caracterizaba.
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Durante un día de Invierno ~SnK~ LevixReader
De Todo2000 años han pasado. Nadie recuerda a los héroes que lucharon y dieron sus vidas por el futuro de la humanidad. Después de haberse conocido gracias al hilo rojo del destino, tú y el inconfundible capitán Levi comenzarán una historia juntos, un nue...