Capítulo 36.

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La tarde había sido algo aburrida para la castaña. Intentó hablar con su novio pero este mantenía su móvil apagado y por otro lado empezaba extrañar a Jimin, la oficina se siente sola sin los gritos de el.
Como siempre se encontraba en su cama leyendo aquel libro que había leído de joven, eran las 9:45pm y aún no podía conseguir el sueño. No ha podido hablar con su hermano desde que se fue a Hong Kong, quizá su hermano ha de estar muy ocupado.

Se quitó los lentes que siempre usaba para leer y los dejo encima de la mesita de noche junto con su libro. Removió las sábanas y camino hacia la puerta de su baño. Una ducha caliente no le haría mal antes de irse a dormir.

Cuando vio que la tina estaba llena por completo decidió introducirse en ella. El humo que salía daba a entender que estaba extremadamente caliente, tal y como a ella le gustaba. Aplico en su cuerpo la crema de baño con olor a avena; adoraba ese olor en su piel y siempre se caracterizaba por llevarlo. Minutos después lavo su cuerpo y se dedico a cerrar los ojos y pensar. Después de tantos días se sentía tranquila.

Un sonido proveniente de su puerta hizo que los ojos de_____se abrieran, con fastidio tomo la tolla que estaba al lado de la tina y se seco su cuerpo con ella. Los golpes eran constantes y cada vez se hacían mas fuertes. No había tiempo para vestirse. Se puso sus pantuflas y con la toalla envuelta a su cuerpo bajo a la primera planta. La castaña pudo sentir como sus mejillas se tornaban a un color rojo carmesí.

-Te extrañe- se ajusto la toalla a su cuerpo y se abalanzó al cuerpo de Jimin. Al separarse ella pudo ver como unas manchas de color morado se hacían presentes por todo su rostro. Estaba demacrado.

-¿Qué le ha pasado a tu rostro?- preguntó ella cerrando la puerta a su paso. Este tomo asiento en unos de los sillones que habían en la sala. Prefirió mantenerse en silencio.

-Tomaba un baño- hablo ella al ver que tenia la toalla puesta. Este le dio una observada y de nuevo se mantuvo en silencio. La mirada de la castaña se dirigió a la pierna izquierda de Jimin.

-¿Qué te ha pasado?- la angustia al ver su pierna sangrar, de repente Jimin empezó a llorar. Ella nerviosa se acerco hacia a el y se arrodillo, llevo sus manos a sus mejillas y las acarició. Cuando ella vio una sombra detrás del cuerpo de Jimin se asusto, no sabia de donde había salido y eso le asustaba aun mas.

-Muere- ella pudo escuchar como era enterrada una daga en su cuello, aquella persona la retórica sin piedad y Jimin tan solo moría lentamente. Cuando este vio que Jimin tuvo una hemorragia desapareció. Con preocupación abrió los ojos de tope, se había quedado dormida, llevo su mano a su frente y pudo ver que pequeñas gotas de sudor empezaban a escurrir por ella. El peor sueño que ha tenido pero algo le decía que tenia que hablar con el, presentía algo malo.

<***>

Al ver aquella cama tan grande se tiro, Carlo se había encargado de reservarle una de las mejores habitaciones. Esta incluía sala, la habitación, un lugar para poder beber, un gran balcón, un plasma inmenso y el baño que además de ser extremadamente grande poseía un jacuzzi. Al ver tanto lujo no sabia que hacer, parecía tan solo un niño de cinco años. Dejo sus maletas encima de la cama. Saco su móvil y busco en sus contactos a Carlo, le daría las gracias por aquella habitación.

-Acabe de llegar Carlo- habló Jimin cuando escuchó la voz de su amigo.

-Me alegro mucho de que halla llegado bien. Hablaron durante dos segundos y este colgó. Tendría que hacer una cosa y no se podría acostar sin haberla cumplido. Bajo a la recepción y estando ahí pidió un taxi.

Del hotel hasta la casa de ella demoró tan solo unos 30 minutos. Aquella casa era enorme y se veía muy elegante. Miro su reloj y vio que estaba un poco tarde. Le pago al señor del taxi y camino hacia la puerta. Dos golpes y nadie abría. Al tercer golpe una pelinegra se hizo presente, aquella llevaba solo un diminuto vestido el cual dejaba ver mucho.

-¿Jimin?- preguntó la chica extrañada. Eso le hacia entender que no lo había olvidado.

-Yooni...que tal- hablo Jimin con una sonrisa.

-¿Qué haces acá?, pensé que estabas en Corea...por favor pasa- y este con la sonrisa aun en su rostro se adentro a la casa de ella. La pelinegra camino hacia la cocina por un vaso de limonada, Jimin observo detalladamente el primer piso. Todo era elegante.

-Bueno no has cambiado en nada- hablo Yooni tomando asiento al frente de el. Este se tuvo que morder el labio al ver aquella ropa interior color negro. Las ganas de quitarle aquel diminuto vestido no le faltaban.

-Te ves bien con tu color natural- Jimin había conocido a Yooni con el cabello negro y aunque no le gustaba tanto así tenia que admitir que ahora se veía jodidamente sexy.

-¿Y eso...a que se debe tu llegada?- preguntó Yooni también tomando de su vaso de limonada.

-Quería visitarte...uno de los de mi grupo sabia donde vivías así que me tome la molestia de venir.

-¿Hablaste con Namjoon?- preguntó ella.

-Siii- dijo Jimin con voz nerviosa. La pareja de "amigos" estuvieron hablando durante una hora y media. La pelinegra había cambiado bastante, no solo en su físico si no en la manera de hablar o comportarse, era raro no verla coquetear. Era demasiado tarde y Jimin noto que Yooni estaba cansada.

-Fue lindo verte- hablo Yooni recargando su cuerpo en el umbral de la puerta.

-Digo lo mismo- Jimin le sonrió y se acerco mas a Yooni para besarla en los labios. Ella al ver aquel acto aparto a Jimin con su mano.

-¿Qué haces?- preguntó ella con las mejillas rojas.

-Olvídalo...¿te gustaría salir mañana?- preguntó el con voz nerviosa.

-¿Puedes a las 2:00pm?. Este asintió. Ambos volvieron a sonreír se dieron un cálido abrazo y Jimin abandonó la casa de Yooni. El también se encontraba algo agotado por el viaje.

#2 ¿quieres jugar? ©park jimin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora