12| Snape✓

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Acomodo su cabello en una coleta alta, para mala suerte suya le salían pésimo las trenzas y era con estas mismas con las que se sentía más cómoda. Arrugo la nariz viendo su reflejo en el espejo y sacudió su uniforme.

   —Buenos días —saludo Catherine bajando a la sala común con una radiante sonrisa.

Ron y Harry se levantaron de los aterciopelados sillones, habían estado esperando diez o quince minutos pero aún era temprano para el cuarto día de clases. Ambos le dirigieron una sonrisa a la escarlata y juntos salieron de la sala común, bajaron las escaleras hechizadas por Rowena hasta que por fin llegaron al Gran Comedor.

Varios almunos ya se encontraban comiendo con rapidez mientras veían el horario, por suerte Percy les había entregado el suyo en una rápida pasada con ellos la misma mañana de su primer día de clases.

   —¿Entonces que nos toca ahorita?

   —Dejame ver —respondio Harry sacando la hoja del horario. Ron no espero a que sus amigos sirvieran su comida y comenzó a comer como si la vida se le fuera en ello—. Transformaciones con McGonagall y Pociones dobles con Snape.

Catherine soltó un suspiro frustrado y sirvió comida en su plato. Snape era el jefe de la casa Slytherin, un profesor de mala cara que parecía odiar al mundo casi tanto como a Harry, su salón era frío y húmedo, tal vez porque las clases de Severus Snape eran dadas en un calabozo.

Por suerte la escarlata, al darse cuenta del estricto carácter de Snape, leyó un par de hojas del libro que se les había encargado. Ya no tenía más que poder leer, todos sus libros se habían quedado en casa de sus ex tutores y como lo había pensado antes de partir con sus padres, no tendría tiempo de leer. Todo es interesante, pensó Catherine antes de leer el libro de pociones y aunque no pudo evitar negar que el tema era un poco aburrido le parecío interesante la ausencia de varita a la hora de preparar pociones.

   —Ojala McGonagall nos favoreciera tanto como hace Snape con las serpientes —se quejó Ron dando un último sorbo a su jugo de calabaza.

Sin recibir respuesta, el trío vio como las lechuzas entraban por las ventanas del Gran Comedor. Sin darse cuenta, este se había llenado de alumnos que charlaban animados en sus respectivas mesas, con ello el número de lechuzas también aumento.

   —Hedwing —susurro Harry con sorpresa al ver que su hermosa lechuza blanca tenía amarrada en su pata una carta.

Catherine no prestó atención al detalle y se sirvió más jugo de calabaza acompañado de una porción extra de puré de papas. Sin jugar con los cubiertos siguió comiendo sin decir palabra alguna, Gregory la había acostumbrado a no hablar duranta la comida.

   —Hey tomatito, alguien te envío una carta —exclamo Fred mirando con curiosidad la lechuza que se habia detenido frente a la escarlata. Ron picó su brazo llamando su atención.

La escarlata, quien miraba con la cabeza agachada su plato de comida dio un pequeño salto al darse cuenta del ave que caminaba de un lado a otro sobre la mesa. Miro a los pelirrojos que la veían con ansias de tomar la nota atada en la pata de la lechuza y apretó los labios.

Querida Cathe.
Las semanas se van demasiado rápido sin tu presencia...

   —Ron, no te acerques tanto —se quejó Catherine dandole un codazo a su mellizo—. Traes puré de papas en... ahí —se rió y siguió leyendo.

Mi Unico Propósito (Harry Potter y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora