CAP 12
Llegamos y yo me dirigí hasta mi gran sillón detrás del escritorio, la chica se quedo mirándome durante unos minutos hasta que por fin hablo:
-¿Dónde tienes el botiquín de primeros auxilios? – su voz sonaba algo apagada.
-En el primer estante del mueble del baño. – desapareció por un momento y luego volvió con la pequeña caja blanca en sus manos.
-Primero te desinfectaré con un poco de alcohol los cortes. – comenzó a pasarme un poco de éste con algodón, largue un ligero gemido de dolor.- lo siento- hizo una pausa y luego volvió a hablar. – Si no te hubieras metido con ese tipo no estarías así.
-¿Y dejar que ese tipo se te lanzara encima? – le contesté mientras la miraba fijamente, sus ojos me volvían loco, tenían un brillo muy especial. Aun estando triste o enfadada.
-Andrew. Enserio. Estoy bien, ese sujeto no pudo hacerme daño. Me siento culpable por lo que te hizo. – decía mientras una pequeña lagrima caía por su mejilla.
-Hey. – dije suavemente mientras secaba su lagrima con mi mano. – no tienes porqué sentirte mal. A cualquiera pudo haberle pasado.
-Lo sé. Pero creo que todos tus empleados me odiaran.
- No. Claro que no. No tienes de que preocuparte. Félix es un odioso empleado que siempre está quejándose de todo. Parece que no tiene una vida muy feliz. – ella soltó una pequeña risita. - hablaré con todos ellos mañana.
Después de decir esto nos quedamos en un tranquilo silencio hasta que ella habló:
-Oye Andrew.
-Si. Dime.
-¿Yo trabajaré solo en la noche?
- Bueno ya que tú dices que tienes que prepararte para la exposición de cuadros que es dentro de 5 meses, ¿Qué te parece que te pasemos el horario a la mañana o a la hora del almuerzo?
-No lo sé. Enserio Andrew. Después de lo de hoy no creo….- la interrumpí
-Sophie. Por favor. Ya no te preocupes por lo de hoy. Fue solo un accidente. Y ese hombre estaba ebrio, no fue tu culpa. Mira tendrías que venir todos los días de la semana a las 7.30 a.m. hasta las 12.00 p.m. ¿No te parece justo para que tengas el resto del día libre para hacer lo que quieras?
-Suena bien. Quizás pueda hacerlo. – podía notar cómo se entusiasmaba de a poco. Era encantadora.
-¿Quieres firmar el contrato ahora así no damos más vueltas?
-Pero…- le interrumpí una vez más.
-Vamos Sophie. No tienes nada más que pensar. Ya está todo hecho. Tienes trabajo. Un horario justo para que estés cómoda entre los tuyos en el resto del día para hacer otras cosas. Y además nadie te molestará, las empleadas que están en ese turno son muy amigables y Félix solo trabaja en la noche ¿Qué dices?
Se quedó un momento vacilando mirándome fijamente. Ya sé que podía resultar algo manipulador pero realmente quería tener a esta chica conmigo. Tiene algo especial que me hipnotiza. ‘’ ¡Alto Andrew! ¡Tú tienes novia! ¿Cómo puedes pensar en esta joven si tienes a Macy desesperada porque no te has vuelto a comunicar con ella? ‘’. Decía una voz en mi cabeza. Pero no podía obedecerla. Sophie realmente comenzaba a gustarme y tengo que admitirlo. Era una chica demasiado especial.
-Está bien. Acepto. –una sonrisa se despertó en mi rostro. Simplemente no podía ocultar mi emoción sin más me deje llevar por el momento y decidí abrazarla. Ella se quedo paralizada unos segundos hasta que por fin me correspondió.
- No sabes cuánto me alegra esta decisión que has tomado Sophie. – le dije soltándola. - ¿Quieres firmar el contrato? ¿O cómo prefieres?
-No lo sé Andrew. Todo esto es extraño para mí. No sé como agradecértelo.
- No tienes que hacerlo pequeña. – contesté acariciando su mejilla. - con el solo hecho de que te quedes aquí ya me haces feliz.
Sus ojos brillaron levemente al escuchar mis palabras. Cada segundo que pasaba la sentía muy cerca de mí. No físicamente. Pero podía sentir una gran conexión que nos unía. Es como si algo me obligara a estar con ella, cuidarla, quererla era un sentimiento muy extraño. Me hacía volar hasta otro mundo lejos de mis problemas.
Luego de unos minutos saqué del cajón de mi escritorio el bendito contrato y se lo entregué.
-No hay vuelta atrás ¿verdad? – me decía algo insegura, yo solo negué con la cabeza. – está bien. – giró alrededor de la mesa y se sentó enfrente de mí. Segundos después de esto tomo el bolígrafo que se encontraba en el escritorio y apoyo los papeles sobre éste. Su cara era inexpresiva, me hubiera gustado poder leer su mente en ese momento. Hasta que finalmente firmó. – listo. – dijo con un pequeño tono como queriendo cantar victoria y dejando el bolígrafo sobre un costado.
-Te aseguro que no te arrepentirás Sophie.
-Lo sé. Andrew. Si no te molesta. Creo que ya debería volver a casa me siento algo agotada. Además si comienzo mañana desde el primer turno no creo que alcance a llegar son las 12 p.m.
-Tienes razón querida. Será mejor que vayas a descansar para mañana. ¿No quieres que te acompañe?
-No Andrew. No es necesario. Mejor quédate aquí. No quiero que los empleados sigan diciendo cosas.
-Tranquila. Olvídate de ellos. Oye, tengo una idea. ¿Por qué no me das tu número de teléfono así nos mantenemos en contacto?
-¿Seguro?
-Sí, así también me avisas cuando llegues a tu casa y me quedare más tranquilo.
-Está bien. – dijo tranquila y me pidió que le diera un papel para anotar su número, se lo dí y ahí lo anoto. – Ok. Nos veremos mañana.
-Hasta pronto. – le contesté con una pequeña sonrisa mientras salía por la puerta.
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Espero que les haya gustado, comenten! :)
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Señales del destino
RomantikA veces el destino nos sorprende con sus idas y vueltas, giros inesperados, haciendo que pasen cosas que jamás pensamos que podrían suceder y que éste mismo hace que pasen por un motivo, esto es lo que les pasa a Sophie y Andrew dos personas a las c...