Este es el cuarto día del septimo mes.
Trato de establecer contacto a través de un viejo radio que hayé en la estación de policia de Ferrie, hasta ahora lo único que puedo escuchar es el granizo que emite el parlante. Al parecer, toda comunicación con el exterior e interior de la isla es nula, estoy solo, y necesito saber por qué.
____________________________________Ya era mediodía, mi vuelo esperaba, y la órden de desalojo estaba más que sentenciada.
Vamos, no es que mi apartamento estuviera tan mal, no es mi culpa que el vecindario esté lleno de chicos combatiendo la abstinencia, sin dejarle ni asomarse mediante sus drogas claro.
Ya prontas las maletas, emprendí viaje al aeropuerto con mi coche, o lo que quedaba de él, luego de tantos años de idas y vueltas al trabajo, el estrés parecía tocarle, pero un buen cambio de vida, casi llegado del cielo y otorgado por el mismismo gobierno por mis pasados servicios militares, venían como antibiótico a aquella infección llamada rutina.
La idea de dejar el vecindario era simple, ver el panorama alejarse por mi espejo retrovisor era más que satisfactorio. Veinticuatro años de servicio militar, veinticuatro jodidos años y justo ahora, en la cumbre de mi adultez, esta carta llega a mi puerta diciendo, explicitamente, que sería trasladado a la parte sur de Isla de Trouble, ya que bajo estas circunstancias y con el servicio prestado a mi país, no podía continuar viviendo, que le den al gobierno, ¿Recién se enteran de que aún sigo vivo? Por favor.El vuelo despegó luego de unos cuarenta minutos de retraso debido a la tormenta. Necesitaba despedirme de todo eso, pero no sabía como. Me separé de mi familia con apenas catorce años, eran tiempos un tanto duros, o quizá deba echarle la culpa a mi padre y su adicción al alcohol, pero eso lo hacen todos, y no buscan su camino como yo intenté hacerlo.
Adiós casa, adiós chatarra con ruedas, adiós vecinos cuyo vicio los estaba carcomiendo, adiós toda relación que pude tener con una dama en aquel sitio, pero que jamás funcionó, una nueva vida me esperaba, en la isla.Spoiler: ESTO DE ACÁ ABAJO VA MUCHO DESPUÉS, PERO QUERÍA PROBAR, SI QUIEREN LEERLO, LEANLO (?)
Todo comenzó un veinticiete de junio, Dios sabe a que hora. Me levanté muy temprano como de costumbre, fuí al baño, tomé una ducha y me preparé para partir rumbo al trabajo, pero no sin antes encender la tele y desayunar con un fuerte café.
Al principio creía que mi contrato de cable había expirado, o que mi antena estaba averiada, las rayas horizontales recorrían con un color grisaseo la pantalla de arriba hacia abajo, y todos los canales eran iguales.
El café recién había terminado de calentar, y el tiempo no alcanzaba para tomarlo y llegar a la carretera antes de que comiencen los atascos, así que di un sorbo rápido de aquella amargura energizante y corrí a encender el coche.