Escuchaba la típica canción de bodas siendo tocada por el bello grupo que el organizador de bodas contrató.
Tan tan taraan, tan tan taraaaan, tan tan tan taraaatan taratantaran.
Veía a todos al rededor, algunos con emoción y otros con obvia flojera en sus rostros, realmente no me interesó en ese momento porque estaba casándome con el amor de mi vida: Roseline Grayson.
La conocí por accidente (o no tanto) en mi primer fiesta de la fraternidad el primer año de universidad, mientras en un juego de botella me tocó ir con ella y pasar "13 minutos en el paraíso"; les seré sincero, ya estábamos en la edad de que no fueran unos simples besos de preparatoria, al terminar, me sonrió y me dio su número, que resultó ser falso, pero no podía hace nada, así que lo dejé pasar. Como 3 o 4 años después me pidió dinero para un taxi en acera frente de un bar, la acompañé a casa, porque estaba pasada de copas, una cosa llegó a otra haciendo que esté esperando con los nervios a todo lo que da, a que aparezca en el día de nuestra boda; la puntualidad nunca fue su fuerte, la verdad.
Por cierto, cuánto tiempo llevo esperándola? ¿10? ¿15? ¿30 minutos?. Cuando me estaba preocupando, aparece, solté el aire que no sabía que estaba reteniendo, sonreí para ocultar un poco los nervios, estaba listo para tener una vida con ella, tan solo imaginarme teniendo unos pequeños demonios rubios me causaba tantos sentimientos.
Ya, Zov, calmate, pareces una chica.
Se veía tan hermosa, ese vestido blanco(corte de pez o algo así) que se le acentuaba en la cintura me hacía perder el control y por dios, ella estaba... ¿Llorado? Oh, dios mío, ésta mujer es mas dramática que mi madre.
Se acerca corriendo, ni siquiera me pongo a pensar en qué drama ha de estar haciendo, ha de ser por algo de las damas de honor (ella y mi hermana no se llevan bien. Ha de ser por eso)
—¿Qué pasa, cariño?— se acerca mas a mi, toma una respiración bastante larga y me dice lo peor que he escuchado en la vida:
—No quiero casarme contigo, Zov.
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Zovatto
Humor30 años. Mi prometida me engañó y me dejó plantado en el altar. ¿Acaso el barman sabe como preparar un whiskey en las rocas con una pizca de cloro?