Yamila de pequeña era soñadora, soñaba despierta todo el tiempo y cuando en sus noches lo hacia todo lo recordaba y le encantaba. Eso la convertía en alguien especial, magnífico, fantástico. Tenia mucha imaginación y aquello la ayudaba. Era la primera en su clase, nunca reprobó un examen, sus notas eran las mejores de su clase. Sus padres eran muy comprensivos y amables. Era muy querida por sus vecinos, pues siempre los saludaba con un cordial "hola, buen día" a pesar de tenes 12 años era muy inteligente y sabia. No se le escapaba nada de nada. Pero todo cambió cuando ella cumplió sus 18 años.
Pero no nos adelantemos. Sigamos con la vida actual que ella lleva. Su rutina de mañana era desayunar con sus padres antes de ir al colegio. Su padre trabajaba como administrador de automotores y su madre era una exelente ama de casa. Ese momento era especial pues ella se levantaba con todas las ganas de contar sus sueños a sus padres en pleno desayuno.
Mama: - ¿Cómo durmieron, mis amores?
Papa: - Yo muy bien, aunque un poco contracturado. Esa almohada nueva es muy dura y me deja como una tabla de madera de pino: duro!
Yamila: - Jaja, eres muy gracioso, papá. Pero yo tengo una historia mejor
Mamá: - ¿Cuál hijita? ¡Dinos ya!
En ese momento Yamila pegó un salto de la silla a la mesa, se paró y con una cuchara sopera en la mano y apuntado hacia el cielo dijo: "Yo os contaré mi historia con con todo lujo de detalles si me prometeis que escuchareis absolutamente todo lo que salga de mi pequeña boca". Los padres impresionados miraron a Yamila con sorpresa y, entonces, la mamá tomó cartas en el asunto y dijo:
Mama: - ¡Qué te dije Yamila de subirte arriba de la mesa en pleno desayuno, almuerzo, cena o lo que sea!
Yamila; - Lo siento, mamá. Me deje llevar por la emoción
Papá: - ¿Qué tipo de niña usa ese acento y pronuncia esas palabras? ¿De dónde lo has sacado, hija?
Yamila: - No lo se, papá. Solo me salió de adentro. Es más "si quereis puedo contaros este sueño con lujos de detalles y con este maravilloso acento"
Mamá: - Está bien, Yamila, está bien. Pero déjame recojer todas las vajillas de la mesa y nos sentamos en el sofá a escuchar tu maravillosa historia.
La famila terminó de desayunar y se sentaron en el sofá para escuchar el sueño de Yamila. Los padres de ella ya estaban acostumbrados a hacerlo pues, a pesar de tener 12 años ya desde mas pequeña contaba sus sueños como si fuera una película con lujo de detalles y sonidos. Veamos que cuenta Yamila...
YOU ARE READING
Sueños reales
FantasyLas noches de esta muchacha parecen como las de cualquiera pero si nos centramos en sus sueños y realidades como deberíamos pensaremos lo contrario ¿Vemos que sucede?