Mucho más que simple admiración {Viktuuri}

13, parte 1/4

Cuando Yuri despertó, se acomodó junto al ruso para poder despertarlo. Una vez ambos estaban vestidos, decidieron bajar a comer algo. Allí, se encontraron con Yuri Plisetsky, el cual a duras penas se sentó junto a ellos a desayunar  antes de ir hacia la pista de patinaje.
 
Ese mismo día, les tocaba competir con los programas libres, así sabrían quién sería el ganador de la copa de Rusia  y quién avanzaría hacia la final del Grand Prix. Yuri, como ya era costumbre en él, tenía una expresión nerviosa, pero intentaba ocultarlo para no preocupar al albino, aunque sabía que, actuando de esa manera, no llegaría a nada.
Sus nervios podían llegar a darle un ataque de pánico, desmayarlo y hasta quitarlo de la competencia, lo sabía perfectamente, pero siempre intentaba ocultarlo para no preocupar a las personas que quería. Prefería lidiar con sus problemas sólo, pensando que sería una molestia para los demás, ese era otro de sus problemas de ansiedad.

El japonés era alguien bastante  acomplejado con sí mismo, inseguro de sus acciones y actitudes, pero a pesar de esto, tenía un corazón de oro. Siempre buscaba la felicidad de los que amaba antes que la suya, ya que si estos eran felices, él también lo era. Disfrutaba de la compañía de su familia y pareja, ya que varias veces llegó a sentirse completamente sólo, hasta rodeado de gente. Sentía que estos lo apreciaban como nadie más lo hacía, sólo ellos conocían sus inseguridades, sus problemas de ansiedad y ataques nerviosos. Era una persona dulce, amaba los mimos de Viktor y que los traten cariñosamente, se sentía, en cierta forma, protegido y seguro. Agradecía tener al albino a su lado, el tener a su familia y el poder hacer lo que más amaba. El patinaje artístico era la única manera que encontraba de expresar sus sentimientos sin palabras, de moverse libremente sobre el hielo, podía demostrar que realmente le gustaba. El chico tenía un talento increíble, realizaba programas preciosos a la vista y sus expresiones creaban situaciones específicas, donde relataban una historia acorde a sus movimientos y saltos. 

Sin embargo, sus problemas de ansiedad no le permitían pensar en positivo, centrarse en sus saltos y pensar que todo saldría bien si él se lo proponía. Siempre estuvo dispuesto a enfrentar sus problemas sin ayuda, aunque su cabeza lo pedía a gritos. De vez en cuando, comentaba sus problemas con el albino, aunque intentando no preocuparlo demasiado. Sabía que él podría ayudarlo, estando con él, acompañándolo y apoyándolo en sus peores momentos. Después de todo, él japonés agradecía y amaba su compañía.

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Faltaba poco tiempo para el turno de Yuri, le tocaba presentar su programa libre al final, ya que en su anterior presentación quedó en primer lugar. Sus nervios se calmaron gracias a los mimos incesantes de Viktor, quien no dejaba de darle pequeños besos en sus mejillas, repitiéndole que todo saldría bien, sonriéndole ampliamente con su típica sonrisa que tanto le gustaba. El japonés se limitaba a responder a estas acciones con risas.

Yuri, ya es tu turno.- anunció el albino al notar que el de ojos cafés estaba algo distraído. Ambos se aceraron hacia la salida, mientras el presentador anunciaba en alto el nombre del japonés.

¡Yuri Katsuki, patinara con "Yuri on Ice"!.- decía mientras el lugar se llenaba del sonido de los aplausos mientras el de ojos cafés saludaba hacia las tribunas, acomodándose en su posición para comenzar su presentación.

Nuevamente, una presentación deleitante , con movimientos delicados y saltos perfectamente ejecutados. Algunos de los espectadores lloraban y alentaban al japonés al ver la perfección de Yuri. Cuando término, nuevamente se deslizó hacia Viktor, el cual lo esperaba con los brazos abiertos en la salida de la pista. Las cámaras que gravaban las presentaciones para TV lograron captar un dulce beso lleno de orgullo y lágrimas mientras los ovacionaban desde las tribunas. Para sorpresa del chico de ojos cafés, quedó en segundo lugar, clasificando para el Grand Prix Final. Decidió centrarse en posar para las cámaras, luego, por fin podría descansar antes de dirigirse a Barcelona, España, donde se realizaría la final de dicho evento.