Capitulo: 10

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A los pocos minutos de entrar a su casa. Jack apareció en la verja de entrada. Mientras veía su coche por las cámaras de seguridad, Elsa se preguntó si habría estado esperandola  apostado en la puerta. Ya se habían visto en el hospital claro que no había sido mucho el tiempo en que Jack había permanecido.  Elsa fue hasta la puerta y la abrió  para que Jack entrara.

----¿A qué has venido?---- le preguntó ella. Jack introdujo la mano en el bolsillo de su chaqueta y sacó una pequeña cajita de terciopelo azul.

----Esto es para ti ----ofreciendosela con una mirada enigmatica ----. Si no te gusta el diseño, podemos cambiarlo por otro sin problemas. A mi me da igual. Elsa lo tomo de su mano, teniendo cuidado de no tocarlo, y abrió la cajita. En el interior había un anillo de diamantes sencillo. Su brillo era sobrecogedor.

----Es.... ----intento decir ella-----. Es muy bonito. Debe haberte costado una fortuna.

----No tanto como el negocio de tus padres, pero no ha sido barato ----replicó él. Elsa lo miro en silencio. Aunque había crecido rodeada de riqueza y lujo, aunque había disfrutado siempre de unos privilegios que la mayoría de las personas no podrían alcanzar jamás, no podía si no sorprenderse por los límites a los que parecía estar dispuesto a llegar Jack para convertirla en su esposa.

----Quiero ponértelo yo ----dijo Jack----. Espero que no te traiga recuerdos de tu antiguo anillo de compromiso que te habra regalo Hans. Elsa miró su mano izquierda para recordar que Ella jamás uso  aquel anillo.

----Claro... por supuesto ----dijo ella insegura estirando la mano hacia Jack.

Jack le acarició la mano con delicadesa y se las llevo a los labio depositandole un beso en los nudillos de una forma muy delicada. El cuerpo de Elsa tembló al sentir ese pequeño roce de sus labios sobre sus nudillos. Elsa podía oir su corazón latir con tanta furia, mientras las manos camenzaban a sudarle y todo su cuerpo se exicitaba. Jack tomo entonces la cajita, la abrió  sacó el anillo de diamantes que había comprado para ella y lo introdujo lentamente en su dedo.

----Creo que te queda perfecto----dijo con una sonrisa----. ¿Qué te parece?

-----Sí, es una suerte----dijo ella alejándose de él.

----¿Vas a invitarme a tomar algo para celebrarlo? Lo pregunto porque, si es así, preferiría quitarme la camisa. No me gustaría tener que llevar está también a la tintorería. Elsa lo miro a los ojos.

----Me comprometo a no tirarte más copas encima si tu no vuelves a hacer comentarios insultantes sobre mi y sobre mi vida.

----¿A qué comentarios te refieres?----preguntó él sonriendo. Elsa se acercó al bar y abrió una vitrina.

----Tengo las cosas habituales. Vino, champán... Lo que más te guste.

----Ya sabes lo que más me gusta ----dijo acercándose a ella. Elsa se estremeció al sentir las manos de él  descendiendo por su espalda. El calor que le transmitía le ardía la piel, y le hizo recordar cómo era hacerlo con el y también se preguntó cómo sería yacer junto a él  todos los días. Se imagino las manos de Jack recorriendo su cuerpo desnudo, por sus pechos. Puede que no le cayera bien pero Elsa no se podía mentir así misma, que lo deseaba. Tenía una forma de tocarla que la exicitaba intensamente.

----¿Qué perfume te has puesto hoy? ----le preguntó él acercándose un poco más.

----Yo... No lo recuerdo----respondió ella.

----Me recuerda a una noche fría de invierno----apuntó él con la voz sensual ----. Huele a nieve, a menta... pero hay algo más. Elsa se preguntó si ese algo más no sería su deseo que sentia por él, el deseo que cada vez le costaba reprimir.

Siempre le había mantenido a distancia con sus comentarios sarcásticos e hirientes, pero ahora su cuerpo la estaba volviendo a traicionar. ¿Era consciente él  de lo cerca que estaba de conseguir lo  que se proponía?

Jack la tomo de los hombros e hizo que se diera la vuelta para poder mirarla. Tenía los ojos brillantes, la piel bañada por un ligero sudor y la boca húmeda. Quería besarla, soborearla, sentir su lengua entrelazada con la suya. Quería apoyarla contra la pared y poseerla como quería hacerlo aquella noche.  Entrar con ella en el paraíso y gritar hasta que no pudieran más.

----Creo que he cambiado de opinión sobre esa Copa----dijo apartandose de ella ----. Tengo un compromiso esta noche. He venido en mi coche en lugar de llamar a un taxi, no me gustaría tener los problemas que tu tuvistes anoche.

----¿No tienes chofer?

----De vez en cuando Sí, pero no siempre. Tampoco tengo un ama de llaves, de modo que espero que no te importe colaborar un poco en la casa cuando empecemos a vivir juntos.

----¿Es broma? ----le espetó ella.

----Por supuesto que no, majestad. Yo siempre me hago la cena, y espero que tu hagas lo mismo.

----¡Pero eres multimillonario, por el amor de Dios!

----¿Y qué?

----¿Por qué no contratas a alguien para que haga esas cosas? Es completamente estúpido perder el tiempo en cosas banales cuando otra persona podría hacerlas por ti.

----Pues resulta que a mi me gusta cocinar ----dijo él. Había estado tan sobrepeotegida ella y su hermana por sus padres, que no tenia ni idea de cómo funcionaba el mundo real.

Iba a hacer un placer para el enseñarle a Elsa que debía tratar con más respeto y consideración a las personas menos afortunadas que ella.

----Si has llegado a pensar por un momento que voy a lavarte los calcetines y doblar tu ropa interior, es que estas más loco de lo que creía ----protestó ofendida.

----Lo único que espero que hagas con mi ropa interior es quitarmela, a ser posible con la boca----replicó él con una mirada lasciva.

----¡No haré nada semejante! ----exclamó ella sulfurada. Jack se río libremente y, antes de sucumbir a la tentación de poseerla se acercó a ella y le robó un beso rápido, se dio la vuelta y se fue.

Elsa pasó los siguientes minutos deambulando por el salón, cruzandolo de arriba  abajo, debatiendose entre el odio que sentía por él y su decepción porque no se hubiera quedado a tomar una copa. Pero cuando se sentó en el sofá, se dio cuenta de que esa no era toda la verdad. Estaba furiosa porque había esperado que él se hubiera quedado el suficiente tiempo para este
echarla entre sus brazos y besarla apasionadamente. Pero se había ido, dejándola sola y llena de pasión insatisfecha. Estaba jugando con ella como un gato con un ratón, martirizandola sin piedad, esperando el mejor momento para juzgarla completamente. Lo odiaba. Aunque tampoco eso era realmente cierto. Y ese era el problema. No sabía que diablos sentia por él, pero una cosa era cierta: no lo odiaba tanto como ella quería creer.

Continuará.. ..................

Domingo
10: 00 am.

Bueno feliz año nuevo.

A qui co  otro capítulo más. Cada vez esto se pone más interesante no les parece?

Nos vemos pronto. Espero no tardar tanto en escribir pero bueno.

ERES MÍA (JELSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora