ONE-SHOT: Acuario x Escorpio.

One-Shot ||Editado||

"Ya no puedo más"

Acuario (Mujer) x Escorpio (Hombre)

Vidrios rotos en el piso de caoba.

La mesita del centro se encontraba revolcada.

Sonoros golpes de las puertas al azotarse.

Y gritos. Gritos de furia y desesperación.

Escorpio perdía la paciencia en cuestión de segundos. Comenzaba con un simple enojo y terminaba rápidamente en ira.

Dicen que los celos sacan lo peor de una persona... Y Escorpio no fue la excepción.

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-Acuario...- Musitó en un susurro el pelinegro. La voz se le notaba débil, vacía.

Su mirada estaba centrada en la figura de su novia, quien se encontraba empacando sus cosas con rudeza en una maleta. Su semblante serio aparentaba indiferencia.

Cualquiera pensaría que la chica nunca le tomó importancia a la relación. Su independencia y desapego emocional con las personas eran dos aspectos principales para pensar aquello.

Pero el nudo en su garganta afirmaba lo contrario.

La pelirroja odiaba llorar. Y no, no porque creyera en ese estereotipo desubicado que hacía ver a las personas "débiles". Simplemente no le agradaba.

Agarró el cargador portátil para meterlo en su bolso. Se sentía molesta y dolida con un deje de culpabilidad. Ella sabía perfectamente que su actitud cariñosa, en el sentido inocente, y coqueta, para seguirle el juego a los demás, no calmaba la actitud posesiva de su novio.

Y es que no podía controlarlo, pues eso era pura diversión para ella. Cosa que el escorpiano no entendía ni aceptaba. No entendía que su Acuario solo tenía ojos y la mayoría de pensamientos para él.

No importaba las veces que la acuariana le demostrase su amor y fidelidad con acciones y detalles. Tampoco importaba cuando la chica terminaba carcajeándose con sus amigos después de sus actuaciones 'coquetas'. Menos importaba el hecho de que se defendiera cuando un joven se quería pasar de la raya con ella.

Todo aquello no impedía que al final del día, Escorpio se descargase con insultos hirientes hacia su persona.

Los adjetivos calificativos como "zorra", "ramera", "p*ta", "fácil", se habían convertido en el vocabulario favorito del pelinegro.

Y no, la cosa no terminaba en que la chica lloraba encerrada en su habitación todas las noches con el chico pidiéndole perdón desesperadamente al otro lado de la puerta.

Acuario se defendía.

Al principio siempre trataba de calmar a su novio con palabras directas y reflexivas, palabras que pudieran hacer que el contrario se diera cuenta de las consecuencias de cada cosa que decía sobre ella, de lo tanto que la lastimaba.

Y nunca funcionaba, provocando que la joven también elevara el tono para hacerse escuchar, pasando de la tristeza al enojo y a la desesperación.

... Era un milagro que no terminasen a los golpes entre ellos.

Las peleas habían comenzado como tonterías para después pasar a la destrucción, llevándose a su alrededor con ellos.

Y Acuario ya había llegado al límite.