Capítulo 10

19 3 3
                                    

Camino lentamente y sin muchos ánimos a mi salón de matemática. Tomo asiento en mi lugar e inmediatamente saco mi cuaderno con la esperanza de encontrar alguna nota, pero es todo lo contrario.

Han pasado dos semanas, deberías terminar de convencerte con que de verdad, no te escribirá mas.

Me quedo sentado mientras el timbre suena, el cual es tiempo suficiente para pensar un poco sobre Kiara y yo.

El fin de semana se me hizo bastante lento, y no fue porque no hiciera nada; salí con Max y Nat a una inesperada fiesta, pero aun así no logré sacarme a esa chica de las notas de la cabeza. Me intriga, y deseo saber quien es.

Por otra parte, no hablé con Kiara éste fin de semana, y parece que lo mejor será aclarar algunas cosas. Tal parece que ya no funcionamos o no nos entendemos, y si es así prefiero no perder mi tiempo en alguien por quien comienzo a sentir nada. Su extraña actitud y algunas faltas seguidas al instituto sin ninguna justificación, comienzan a llamar mi atención. La llamo y me lleva al buzón, le mando mensajes y no responde… así que será mejor terminar.

El timbre suena y saco mis cosas, todos entran y rápidamente la pizarra se llena. Hago mis ejercicios y los entrego a tiempo.

A la hora del desayuno se me hace un poco tarde ya que el profesor me pide que lleve unas carpetas a dirección, por lo que cuando busco a los chicos, los encuentro sentados en la mesa de Mia y sus amigos. Observo bien y me doy cuenta que Mia no se encuentra con ellos.

—¿donde andabas?—pregunta Nat, cuando me acerco.

—en dirección —respondo, sin tomar asiento ni nada.

—¿de nuevo te comías a tu novia? —pregunta Daniell, con un tono bastante irritante.

—no creo que eso sea de tu incumbencia —me limito a responder.

—no discutan —bufa Dana.

—en realidad es tú amigo Daniell —interrumpe Theo —. Ya escuchaste su tono.

—¿que?—quien llega a la mesa es Mia.

Inevitablemente me giro a verla y luce linda, como siempre. Su resfriado ya a sanado, sus ojos están despejados y sus cabellos están bastante organizados.

No seas idiota.

—nada, bonita —le responde Daniell,  sonriendo.

¿qué? ¿por qué le dice de esa forma?

Mia deja su mirada en mí mientras toma asiento y luego se concentra en su desayuno sin decir nada. Es incómodo cuando me mira de esa forma, como si quisiera decir algo que no soy capaz de captar.

—¿tomarás asiento con nosotros? —pregunta Nathan, llevándose su vaso de jugo a la boca.

—¿no sería mejor irnos a otro lugar?

—ya nos sentamos aquí Agustín—responde Max—. Acompañanos, estas personas son geniales.

Suelto un suspiro y me siento junto a mi amigo. Saco mi desayuno y comienzo a ingerirlo. En poco tiempo nos encontramos todos –aunque Daniell un poco incómodo–, en una agradable conversación sobre un partido de fútbol.

—sí, fue bueno —dice Dana, sonriendo—. Aunque no se mucho de eso —rie.

—Oigan, escuché que abrieron un nuevo café en la ciudad —Mike suena animado.

Ocultandome en las notasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora