En Venta

2.6K 394 258
                                    

@PonyUnnier muchas gracias por este edit, no me lo vi venir xD Estoy como jasjahsjahs *w* Te quedo precioso <3 Miles y miles de gracias :D

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

@PonyUnnier muchas gracias por este edit, no me lo vi venir xD Estoy como jasjahsjahs *w* Te quedo precioso <3 Miles y miles de gracias :D

-----

El momento del fin, para el poco de libertad que tenía, había llegado. El tan temido y aborrecible momento que cambiaría su vida, drásticamente, para bien o para mal –obviamente, él rezaba porque fuera la primera opción y no la segunda.

Sus compañeros de cuarto estaban animados ante la idea de pertenecer a una sola persona, pero él no le veía gracia alguna. Al contrario que todos ellos, él prefería ir a las calles por su cuenta y venderse a sí mismo porque por lo menos, en las calles, él tenía poder sobre su persona, él podía elegir con quién acostarse, él podía decidir si decir "sí" o "no", él podía ir a donde quisiera con quien quisiera mientras le trajera a los dueños del prostíbulo el dinero que esperaban.

Así que ¿tenía que "ser positivo" como todos le decían? ¡Ja! Como si seguir las reglas de otro y no poder decidir por ti mismo fueran algo por lo que alegrarse y sentirse tranquilo. ¿Acaso esos chicos no se pusieron a pensar que les podría tocar algún viejo baboso? ¿Un sádico? ¿Alguien que los prestaría a otros? Joder, ¡serían tratados como mascotas! ¿Es que no veían eso? Él no estaba siendo negativo, estaba siendo realista.

Además, cabía agregar, que si no tuvo suerte de pequeño con la madre que le había tocado y un padre ausente, él no podía esperar que algo bueno le pasara ahora. Si le tocaba alguien joven, él se consideraría lo suficientemente afortunado.

Suspiró por no sabía cuanta vez. Estar encerrado en ese cuarto lo ponía claustrofóbico y más ahora que estaba a solo unos minutos de saber si alguien lo había comprado o no.

Que la gente se prostituyera ahora era tan normal, que nadie se ponía ya a cuestionar si todos lo hacían porque querían o porque se sintieran obligados. Y la compra de prostitutos se había hecho viral en cuestión de un abrir y cerrar de ojos, tan rápido, que todos querían tener uno rápidamente. Parecía que todos deseaban tener a un chico para tocar bajo sus manos, al cual controlar y manejar a sus antojos. Para él, eso era como ir a una veterinaria a elegir una mascota y ponerle un bonito y reluciente collar –aunque de seguro las mascotas tenían mejor vida que las suyas.

Inhaló fuertemente cuando la puerta, por fin, se abrió. Ahora iban a decir quiénes se quedarían en la casa y quiénes ya tenían dueño. Cruzó los dedos para ser uno de los que se quedara un tiempo más allí porque no se sentía listo para pertenecerle exclusivamente a alguien desconocido.

Y rió con fuerza cuando la puerta se cerró, rió histéricamente sin control, tanto, que sus compañeros lo miraban como si estuviera loco. Lo habían comprado, lo habían vendido, y la foto que le mostraron de su dueño era tal como se lo había imaginado en sus peores pesadillas: un maldito viejo verde.

En VentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora