IV- Preguntas.

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~ "No hay ningún lugar a dónde ir, y espero que te quedes esta noche."~ Stay the night- James Blunt.

Harry había dejado de quejarse y Nora se había ido hacía rato. El reloj marcaba las nueve de la noche y en la cocina nos esperaba la cena. Nora había dejado la comida lista antes de marcharse. La paz que se había establecido era frágil, podía notarse. El silencio era fino a comparación de la tensión que comenzaba a amontonarse dentro de estas paredes.

Entré nuevamente a la habitación, ya estaba mejor aunque con un fuerte dolor de cabeza. Me había dado una ducha y vestido con ropa más cómoda. Aún faltaba para recuperarme completamente, más precisamente una semana. Mi estómago rugía y podría adivinar que el de Harry también. Me acerqué a él, todavía dormía y lamentablemente tenía que despertarlo. Él necesitaba alimentarse bien para sanar más rápido. Para irse más rápido. Tenerlo aquí era incómodo en todos los aspectos. No estaba acostumbrada a la compañía.

-Harry.- Sacudí levemente su hombro. -Despierta, tienes que comer.- Luego de llamarlo cuatro veces más, él despertó.

-¿Qué pasó?- Preguntó sentándose en la cama lentamente.

Su cabello estaba completamente desordenado y su voz más ronca de lo normal. Me miraba fijo, sin expresión alguna en su rostro. Sus ojos jade estaban clavados en los míos y la tensión se intensificó. Eso era aún más incómodo. Pero, de repente, justo cuando empezaba a creer que se había quedado paralizado, Styles frunció el ceño bruscamente. Comenzaba a reaccionar y las preguntas serían inevitables.

-¿Qué fue todo eso en el callejón?- Rayos, había empezado antes de lo que esperaba. -Ciara, contesta. ¿Qué fue todo eso? ¿Qué hago aquí?.-

-Vamos a cenar, tienes que comer.- Evadí sus preguntas.

-Contesta, ¿Esta es tu casa? ¿Qué hago aquí a esta hora?- Se levantó demasiado rápido, mareándose.

-Lo único que te diré es que tienes suerte de estar vivo y no lo estarás si no bajas a comer y dejas de hacer preguntas.- Lo tomé de los brazos, estabilizándolo. 

 Estaba intentando ser lo más suave posible pero no era algo fácil. Su confusión se hizo más grande y sus ojos penetraron los míos buscando respuestas. ¿Cómo alguien podía mirar fijo a esos ojos? Tan intensos que daba la sensación de que leían tu alma y no podías despegar la mirada de ellos por que parecían imanes. Su altura se imponía ahora que estaba sin tacones. Sus brazos, debajo de mis manos las quitaron de encima pero no las soltaron. Su tacto mandaba señales a mi cuerpo, señales que no conocía y eran difíciles de describir. Él todavía estaba sin camisa, con su torso al desnudo buscando miradas.

-Bajaré a cenar si tú contestas mis preguntas.- Soltó mis manos suavemente.

-Okey, vamos a cenar.- Me alejé de él.

Tomó su camisa y empezó a ponérsela, botón por botón, mirándome e interrogándome con su mirada. Mi cuerpo parecía entrar en un trance si seguía observando esos ojos. Corrí la mirada hacia el balcón, que daba hacia mi jardín y traté de no volver a mirarlo. Fije mi atención en el agua que corría por la fuente. Alejé todos los pensamientos que chillaban por tenerlo vistiéndose frente a mí. Yo no era así, mis hormonas estaban en perfecto control. Ahora necesitaba pensar en lo que le diría. ¿Cuál sería la mentira perfecta para explicarle que esta aquí en mi casa?

Bajamos en silencio a cenar, era extraño cenar acompañada.  Harry comía sin dejar de fruncir su ceño, sabía que él no olvidaría fácilmente todo lo que pasó. Él aún estaba asumiendo lo que recordaba y podía apostar que se estaba volviendo loco por buscar una explicación lógica. Yo haría lo mismo. Estaba hambriento pero no dudada en que cuando saciara su apetito retomaría las preguntas. Ay Neoma, la falta que me haces. Ella le hubiese hecho olvidar todo a Styles pero yo no, no tenía ese don. 

Dorchadas Álainn ||H.S|| a.u (Wattys 2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora