Pasé toda la noche pensando en cuál sería la mejor opción para conquistar a Emma. No la conozco mucho, pero sé que le su color favorito es el morado, y que además, le encantan los chocolates y los peluches. Así que en cuanto despierto, me arreglo lo mejor que puedo, tomo mi cartera, mis llaves y salgo de mi casa.
Antes de hacer cualquier otra cosa, compro un ramo de flores moradas y un osito de peluche que tiene una cajita de chocolates con forma de corazón. Creo que eso le gustará... Sin demorarme más, voy a su casa, y una vez allí, un poco nervioso, toco el timbre. Unos minutos después, me abre Emma, quien está en pijama y parece sorprendida en cuanto me ve.
-Steven... ¿Qué haces aquí?-
-Te traje esto...- Le doy las cosas que le compré, y ella no hace más que sonreír de lado. Me hace una seña para que entre. Comienzo a caminar a la sala, pero toma mi brazo y niega con la cabeza. Me hace una seña para que vayamos arriba, a su habitación. Cuando entramos, cierra la puerta con llave y muy silenciosamente. Deja las flores sobre su escritorio y el osito sobre su cama. Su habitación es linda. Las paredes están pintadas de morado pastel, tiene una amplia ventana con cortinas blancas y una cama redonda en el medio. Me recuerda a una habitación de princesa.
-¿Te desperté?- Digo algo tímido.
-No... Llevaba unos minutos despierta.-
-¿Te gustaron las flores?-
-Si Steven... Son muy lindas.-
-Como tú...- Me acerco a ella y le doy un fuerte abrazo, el cual ella me responde débilmente y con una queja. Me separo de inmediato y la veo.
-¿Te abracé muy fuerte?-
-No... No es eso... Me duele un poco la espalda.- Dice con una risita nerviosa.
-¿Dormiste mal?-
-Supongo...-
-Si quieres puedo darte un masaje... Mis amigos dicen que soy bueno en eso...-
-No, no es necesario, estoy bien...-
-Entonces déjame revisar tu espalda para ver si está roja...-
-Steven estoy bien, no es necesario.- Parece un poco molesta. Me siento en el borde de su cama y la veo un poco confundido.
-¿Qué es eso que tanto me ocultas? No querías que viniera a tu casa, no quieres que tus papás me vean, siempre que trato de ayudarte te molestas...-
-Estás exagerando. En serio no pasa nada...-
-Déjame ver tu espalda Emma... Por favor... Quizás puedo hacer que te sientas mejor...-
-Necesito pedirte un favor...- Dice ignorando por completo lo que le dije.
-¿Qué pasa?-
-Eh... Yo... ¿Crees que pueda irme contigo?-
-¡Pues si! Pensaba invitarte por un helado y después a un parque...-
-No me refiero a esto Steven...-
-¿Entonces?-
-¿Crees que pueda irme a vivir contigo?- Su pregunta me deja unos largos segundos muy confundido. La verdad no esperaba que ella me pidiera eso.
-Claro... No me importa pero... ¿Por qué?-
-Tengo algunos problemas con mis papás...-
-¿Quieres contarme?-
-No ahora... Mejor ayúdame a hacer una maleta...- Emma saca una mochila de debajo de su cama y comienza a llenarla de ropa de su armario. Se ve apurada, y también parece que está un poco asustada. Lo último que mete a la maleta es el osito de peluche que le acabo de regalar, y una vez que acaba, me hace una seña para que salgamos en completo silencio. Y eso hacemos. Una vez que estamos en la calle, suelta un suspiro de alivio y comenzamos a caminar en dirección a mi casa.
-Estás con pijama en la calle...- Digo riendo.
-No molestes...- Me contesta con una risita tímida.
-Oye... Tienes que saber que no vivo solito...-
-¿Vives con tus papis?-
-No... Vivo con unos amigos...-
-¿Son buena onda?-
-Bueno, eh... No lo sé... Si lo son... Bueno, conmigo no... Pero seguro que contigo lo serán...-
-Está bien, supongo...- Seguimos caminando en silencio hasta que llegamos a la casa. La verdad me pone un poco nervioso que los chicos vayan a ver a Emma, no quiero que la hagan sentir mal o algo parecido. Abro la puerta, y lo primero que vemos es a Axl con una chica en sus piernas, en el sillón. Pero afortunadamente no nos prestan mucha atención. Así que tomo a Emma de la mano y la llevo a mi habitación, en la cual está Duff revisando mis cajones.
-OYE QUE HACES.-
-Estaba viendo si tenías un condón por aquí...- Dice sin mirar.
-No puede ser... NO TENGO.-
-¿Y por qué gritas?- En ese momento se voltea, y lo primero que hace es dirigir la mirada a Emma. Suelta una risita y le sonríe de lado. Emma no hace más que apegarse a mi brazo y ponerse ligeramente colorada.
-Con que ella es la chica de la que tengo hablas...-
-No la molestes Duff...-
-Es linda... ¿Cuánto me cobrarías para acostarte conmigo?- Antes de que Duff pueda decirle algo más, lo tomo de los brazos y lo saco de mi cuarto, y por si acaso, cierro la puerta con llave.
-Perdona eso... Están un poco loquitos...-
-¿Eres virgen?- Me pregunta de sorpresa.
-¿Qué? Eh... Yo... No, la verdad no...-
-Ah... Ya entiendo...-
-¿Tú sí?-
-Ni siquiera he dado mi primer beso...- Dice sin mirarme. Sé que le da vergüenza hablar de este tema. Pero ahora entiendo porqué no quiso besarme el otro día en el cine...
-Oye no tiene nada de malo...-
-Supongo...- Se sienta en mi cama y observa todo el cuarto.
-¿Por qué quisiste irte de tu casa?- Digo mientras me siento a su lado. Suelta un suspiro.
-Mira mi espalda...- Se da la vuelta, y con delicadeza levanto un poco su camiseta. Lo primero que veo son unos cuantos moretones. No esperaba que estuviera así.
-¿Qué te pasó?-
-Mi papá...- Dice en un sollozo.
-Yo... Vaya... Me hubieras dicho antes, Emma...- Le doy un abrazo y recarga su cabecita en mi hombro. Acaricio su suave cabello. No tenía idea de que maltrataran a Emma, pero si lo hubiera sabido antes, hubiera hecho todo por ayudarla desde un principio. Lo bueno de esto, es que ahora vive conmigo, y la tengo solo para mí. Quizás pueda reparar el daño que tiene por dentro y ser esa persona a la que ella pueda recurrir siempre que lo necesite. Desde este momento voy a hacer que Emma se sienta bien, y daré todo porque sea feliz...
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One in a million. (Steven Adler) TERMINADA.
FanfictionLas personas no siempre son lo que aparentan...